Sunday, July 23, 2006

Estoy implicado en algo (II)


Supongo que ser libre es estar solo,
aceptar la violencia con que la noche cae,
sin otra compañía que la noche.
Nadie depende ahora de mí. No tengo planes.
Tampoco estoy seguro de la eternidad,
pero conozco, al menos, mis limitaciones.
Sé lo que quise o que fingí querer
manipulando a veces la memoria.
Y aquí, sentado, espero mi bebida
entre rostros extraños que me ignoran.
Oigo el confuso parloteo de los comensales
y distingo con nitidez una pequeña ardilla desde la ventana.
Juega en el parque, entre la nieve y no
sabe siquiera que es abril y hace frío.
La luz resbala por sus ojos, como
gotas de lluvia. Abre tu puerta -dice,
y no te ocultes en la oscuridad.
Un falso sol que tiembla en el invernadero
tiñe de azul las lilas y los potos.
Saludo sin pasión a un árbol solitario.
Son malos tiempos para la ternura.

Jenaro Talens

4 comments:

senses and nonsenses said...

No conocía este poema de Jenaro Talens que me regala mi amigo Gerardo. Y siguen las casualidades.
Un maestro y alguien a quien admiro unidos por este potente (no sabía qué adjetivo poner) poema que aún resuena muy dentro de mí.

Anonymous said...

Maravilloso, me ha encantado. No lo conocía pero ahora voy a investigar sobre él.

Anonymous said...

Tuve la gran suerte de conocer a Jenaro Talens en su última visita a Sevilla en unas Jornadas que se celebraron en mi Facultad sobre Poesía y Rock and Roll. Brillante.
Este poema me trae a la mente muchísimos recuerdos. Hace justo un año yo tuve una pareja,que perdí en el pasado mes de noviembre. Al principio me sentí colgado, habían sido muchos meses de rutina y ahora de pronto no tenía "otra compañía que la noche". Se trata de momentos en los que hay que ser muy fuerte y tener unos principios muy sólidos: sólo así se puede salir el hoyo y convertir a la noche en tu amante.
Salud y Libertinaje

senses and nonsenses said...

Jamás creí que Jenaro Talens pudiera ser un punto de conexión entre todos nosotros. Me hace sentir menos solo, los rostros menos extraños, y que todavía es posible la ternura.

Un abrazo.