Durante los años 90 surgieron en el País Vasco una serie de jóvenes cineastas que realizaron su primera película con éxito; aunque todas distintas entre sí desde un punto de vista formal y temático, en todas aparece la violencia de fondo, como contexto, circunstancial. Tres cineastas que curiosamente proceden de cada una de las provincias vascas y que contaron en sus películas historias que abordaban la violencia y de algún modo u otro el conflicto vasco.
Ya en los años 80 Imanol Uribe había abordado el terrorismo vasco desde una perspectiva más histórica y política: El proceso de Burgos, La fuga de Segovia, y La muerte de Mikel (la más conocida, y que probablemente es hasta la fecha la mejor aproximación al tema y que cuenta una ficción basada muy libremente en la vida del etarra Mikel Kastresana).
Ya en los años 80 Imanol Uribe había abordado el terrorismo vasco desde una perspectiva más histórica y política: El proceso de Burgos, La fuga de Segovia, y La muerte de Mikel (la más conocida, y que probablemente es hasta la fecha la mejor aproximación al tema y que cuenta una ficción basada muy libremente en la vida del etarra Mikel Kastresana).

En 1991 un joven de 23 años, Juanma Bajo Ulloa, sorprende en San Sebastián con su ópera prima Alas de mariposa. La violencia en este caso emana de la propia familia, una mujer castrada y una madre castradora que odia a su hija por no haber nacido varón como deseaba el abuelo. La crisis de identidad sexual de esta chica que nunca se ha sentido querida emparenta a esta película con La muerte de Mikel donde una madre dominante es el origen y causa del drama que va a desarrollarse.

En 1992 el donostiarra Julio Medem debutaba con Vacas, que sorprendió por su originalidad y que nos descubrió a un autor con esto que llaman un universo propio por sus aspectos formales que ha seguido desarrollando a lo largo de su filmografía. Vacas cuenta la rivalidad y el enfrentamiento visceral entre dos familias vecinas a lo largo de tres generaciones: desde la guerra carlista de 1875 hasta el inicio de la Guerra Civil en 1936. Las vacas son testigos mudos del conflicto entre esas dos familias, del odio transmitido de generación en generación. El amor sólo podrá triunfar cuando los protagonistas salgan fuera del bosque.

En 2003, Medem quiso abordar de nuevo el conflicto vasco en La pelota vasca. La piel contra la piedra, un documental sobre la problemática política y social existente en Euskadi que recoge entrevistas de casi todas las partes (ningún miembro del PP quiso participar, y otros no permitieron que sus palabras salieran a la luz). El documental fue muy polémico. En el mejor de los casos, se le acusó de equidistancia, algo que se entiende mal fuera del País Vasco, cuando no directamente de hacer un panfleto proetarra.
Tras La pelota vasca Julio iba a plasmar en su sexto largometraje de ficción la historia de Aitor: La piel contra la piedra, película hermana del documental, pero aparcó el proyecto por salud mental tras el acoso sufrido para rodar la incomprendida Caótica Ana.

En 2003, Medem quiso abordar de nuevo el conflicto vasco en La pelota vasca. La piel contra la piedra, un documental sobre la problemática política y social existente en Euskadi que recoge entrevistas de casi todas las partes (ningún miembro del PP quiso participar, y otros no permitieron que sus palabras salieran a la luz). El documental fue muy polémico. En el mejor de los casos, se le acusó de equidistancia, algo que se entiende mal fuera del País Vasco, cuando no directamente de hacer un panfleto proetarra.
Tras La pelota vasca Julio iba a plasmar en su sexto largometraje de ficción la historia de Aitor: La piel contra la piedra, película hermana del documental, pero aparcó el proyecto por salud mental tras el acoso sufrido para rodar la incomprendida Caótica Ana.

