Seis grados de separación entre nosotros y el resto del planeta.
El presidente de los Estados Unidos, un gondolero veneciano, cualquiera.
Me reconforta saber que estamos tan próximos,
aunque también me parece una tortura china,
porque tienes que encontrar a las seis personas para lograr la conexión.
No sólo son la gente importante: un nativo del Amazonas,
de la Tierra del Fuego, o un esquimal.
Si seguimos el rastro de seis personas estaremos unidas al resto.
Es un pensamiento profundo.
Todos somos una nueva puerta abierta a otros mundos.
Seis grados de separación entre nosotros y el resto del planeta.
Seis Grados de Separación (Fred Schepisi, 1993)
otra explicación de esta teoría:

Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta.
Estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande, y eso que las he tenido de muchas clases.
Sí. Podría contar mi vida uniendo casualidades
Estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande, y eso que las he tenido de muchas clases.
Sí. Podría contar mi vida uniendo casualidades
Los amantes del Círculo Polar (Julio Medem, 1998)
Milan Kundera decía en La insoportable levedad del ser que hay que reprochar al hombre que esté ciego con respecto a las casualidades de la vida, porque esas coincidencias únicas nos hacen conscientes una y otra vez de la belleza, el orden y la conexión de las historias que vivimos.

I
Estaba pensando en el azar y en el destino cuando el azar quiso que conociera a una mujer y el destino me unió a ella.
II
Convivíamos los cuatro: El destino, el azar, ella y yo. El destino siempre estaba dispuesto a hacer alguna cosa, mientras que el azar se hacía el loco y saltaba por la ventana. Ella y yo contemplábamos estas escenas boquiabiertos.
III
Al final ella se puso de parte del destino y yo del azar: Ella tenía ganas de que hiciéramos algo y yo salté por la ventana.
Siempre he deseado ser el azar, por fin lo he conseguido
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Doctor Deseo - Gotas de dolor... un charco de olvido

I
Estaba pensando en el azar y en el destino cuando el azar quiso que conociera a una mujer y el destino me unió a ella.
II
Convivíamos los cuatro: El destino, el azar, ella y yo. El destino siempre estaba dispuesto a hacer alguna cosa, mientras que el azar se hacía el loco y saltaba por la ventana. Ella y yo contemplábamos estas escenas boquiabiertos.
III
Al final ella se puso de parte del destino y yo del azar: Ella tenía ganas de que hiciéramos algo y yo salté por la ventana.
Siempre he deseado ser el azar, por fin lo he conseguido
Encontrado en el blog de Lovesick. Mi Caos
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