Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos,
Como nace un deseo sobre torres de espanto,
Amenazadores barrotes, hiel descolorida,
Noche petrificada a fuerza de puños,
Ante todos, incluso el más rebelde,
Apto solamente en la vida sin muros.
Aleixandre, Cernuda y Lorca
La Generación del 27 es nuestra gran aportación a las vanguardias artísticas del siglo XX que recorrieron la Europa del período de entreguerras, años de revoluciones políticas y de la primera gran liberación sexual, una época creativa e idealista como nunca, nuevas ideas para un nuevo mundo que fueron frenadas en seco con la Guerra Civil y 40 años de franquismo.
Este fin de semana de manifestaciones y homenajes de los que recuerdan con nostalgia
lo que algunos llaman 40 años de "extraordinaria placidez", quiero recordar sin embargo a los que vivieron 40 años en silencio, a los que callaron a la fuerza. Porque este grupo de artistas comprometidos, -...y Alberti, Hernández, Buñuel y tantos otros-, denunciaban la injusticia social y económica, porque fueron unos revolucionarios en la forma y en el fondo, y porque Lorca y Cernuda fueron nuestros primeros activistas radicales gay que, junto a Aleixandre, eran las maricas andaluzas, como les llamaban algunos de sus compañeros de generación.
Corazas infranqueables, lanzas o puñales,Todo es bueno si deforma un cuerpo...
No sabía los límites impuestos...
Leyes hediondas, códigos, ratas de paisajes derruidos.
Extender entonces una manoEs hallar una montaña que prohíbe,
Un bosque impenetrable que niega,
Un mar que traga adolescentes rebeldes.La homofobia que tanto combatieron y sufrieron fue la que también acabó con ellos en cualquiera de sus formas: el asesinato, el exilio o el silencio. Lorca es fusilado nada más comenzar la Guerra Civil, Cernuda tiene que abandonar para siempre España exiliado, y Aleixandre no saldría del armario jamás.
Sólo nos queda el consuelo de pensar que, de alguna manera u otra, al final de sus vidas consiguieron burlar la homofobia. Lorca y Cernuda amaron y fueron amados, tuvieron relaciones que no les negaron. La muerte del primero y el exilio y desarraigo del segundo se han convertido en todo un símbolo. Y Aleixandre, el pobre, tuvo que ocultar toda su vida sus ideas de izquierdas y su sexualidad, pero al menos recibió el Nóbel de Literatura en 1977, que supuso el premio a toda una generación de librepensadores silenciados y machacados por el fascismo, por contar la verdad de la guerra y defender la República.
De otro lado vosotros, placeres prohibidos,
Bronce de orgullo, blasfemia que nada precipita,
Tendéis en una mano el misterio.
Sabor que ninguna amargura corrompe,
Cielos, cielos relampagueantes que aniquilan.
Abajo, estatuas anónimas,
Sombras de sombras, miseria, preceptos de niebla;
Una chispa de aquellos placeresBrilla en la hora vengativa.
Su fulgor puede destruir vuestro mundo
Federico G. Lorca se va a Nueva York en 1929 tras un fracaso amoroso con el escultor Emilio Aladrén, que le abandona para casarse con una mujer. Para él escribió el
Romance del Emplazado. Allí Lorca adoptaría una postura más radical, su poesía se abre a lo social: la gran metrópolis, la crisis económica del 29, los gitanos del Romancero son ahora los negros del Harlem. Si en
Poeta en Nueva York,
El público y
La casa de Bernarda Alba -obras que nunca llegaría a ver publicadas- ya vemos está actitud combativa, en sus siguientes proyectos -que iban a llamarse
La piedra oscura y
La destrucción de Sodoma-, pretendía afrontar de plano el tema de la homofobia.
Luis Cernuda es el poeta sevillano obsesionado por el deseo, el amor y la soledad. Cernuda fue un Bécquer de izquierdas, militante en el Partido Comunista, y homosexual. Siempre fue muy sincero en su obra respecto a sus preferencias sexuales. Llegó en su tiempo más lejos que Lorca, aunque tuvo mucha menor repercusión (de hecho, era infravalorado por la vanguardia por romántico). Su segundo libro,
Donde habite el olvido, es el fruto del fracaso de su relación con Serafín Fernández Ferro.
Los placeres prohibidos es un libro de poemas recomendable para todo el mundo, importantísimo para el adolescente homosexual y la mejor cura contra la homofobia para el adolescente heterosexual.

Cernuda se exilió a Inglaterra en 1938, allí mantuvo una relación con el pintor
Gregorio Prieto (
también amigo de Lorca) de quien son los dibujos que podéis ver. En 1952, tras varios viajes fugaces, se instala definitivamente en México hasta su muerte en 1963. Siempre se avergonzó de la España franquista y el desapego era cada vez mayor, también fue criticado por esto. En México también tendría
un amor correspondido: un enigmático Salvador que le inspiraría en gran medida sus Poemas para un cuerpo.
Vicente Aleixandre también era sevillano pero se fue pronto a estudiar a Madrid y se quedó para siempre. En 1927, tras una grave enfermedad, se encierra en su casa de la calle Velintonia con su hermana y vivió allí hasta su muerte en 1984. Para no ser acosado por el régimen tuvo que ocultar sus ideas y su homosexualidad.
En un artículo encontrado en un blog se habla sobre esta casa de Velintonia, bastante deteriorada, que algunos proponen como museo del exilio interior.
"El monumento a la memoria de quienes, durante la larga noche de la postguerra, supieron iluminar con el arte y la palabra la honda oscuridad de un país maltrecho". Allí leyó Lorca sus
Sonetos del amor oscuro. Por allí pasaron Hernández, Cernuda, Guillén... casi todos. Aleixandre, además del Nóbel en 1977, obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1934 por
La destrucción o el amor, y varias veces el Premio de la Crítica.

Luis Cernuda admiraba a
Vicente Aleixandre:
"el superrealismo francés obtiene con Aleixandre en España lo que no obtiene en su país de origen: un gran poeta", pero a menudo se burlaba de él porque llenaba sus poemas de referencias femeninas donde debían ser masculinas.
La admiración era mutua:
Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
(...)
Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.A estos versos de Cernuda, Aleixandre responde:
Si alguna vez pudieras
haberme dicho lo que no dijiste.
(...)
Si tu me hubieras dicho
Te conocí y he muerto.Luis Cernuda -prácticamente ignorado en vida- es considerado hoy el poeta más influyente de su generación, y
Los placeres prohibidos es un libro de referencia incluso para los poetas de la misma. Y así, es fácil encontrar relaciones entre los poemas de los unos y los otros.
No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe.
En
El moribundo Aleixandre responde a Cernuda
El decía palabras.
Quiero decir palabras, todavía palabras....
Y Lorca, en el
Poema Doble del Lago Edén de
Poeta en Nueva York:
No, no. Yo no pregunto, yo deseo.