el hombre vive en riesgo permanente de deshumanizarse.

Nuestros ancestros purgaban su culpa a través del destierro, no de la muerte. Y al hacerlo, detenían ese interminable
y vicioso círculo de muerte y venganza.
y vicioso círculo de muerte y venganza.
Eurípides
Una ejecución no es simplemente una muerte. Es tan diferente de la privación de la vida como un campo de concentración es diferente de una cárcel. Le añade una regla a la muerte, una premeditación pública conocida por la futura víctima, una organización que es en sí misma la fuente de sufrimientos morales más terribles que la muerte. La pena capital es el más premeditado de los asesinatos, al que ningún acto criminal, por deliberado que sea, puede compararse. Para que hubiera una equivalencia, la pena de muerte habría de castigar a un criminal que haya avisado a su víctima la fecha precisa en la que lo habría de matar horriblemente y que la haya confinado a su merced durante muchos meses. Un monstruo así no existe en la vida privada.
Las represalias están relacionadas a la naturaleza y al instinto, no a la ley. La ley, por definición, no puede obedecer las mismas reglas que la naturaleza.
Las represalias están relacionadas a la naturaleza y al instinto, no a la ley. La ley, por definición, no puede obedecer las mismas reglas que la naturaleza.

El delito que cometió fue horrible. No le disculpo.
Pero no tiene sentido matar para decir que está mal matar.
Matar es un error; no importa quien lo haga,
sea yo, ustedes o el gobierno. Matar es un error,
matar es un error, matar es un error...
sea yo, ustedes o el gobierno. Matar es un error,
matar es un error, matar es un error...

En 1996 Obama se manifestaba totalmente en contra de la pena de muerte. En 2004 pensaba ya que la pena capital se justificaba en algunas circunstancias, para ciertos delitos, "los peores crímenes".
No parece que en este tema haya hoy muchos motivos para la esperanza, pero éste sí que sería un buen síntoma de cambio.
Pero habrá que esperar a que acaben los fastos, como Irak, Palestina o Guantánamo, que también tendrán que esperar.
No parece que en este tema haya hoy muchos motivos para la esperanza, pero éste sí que sería un buen síntoma de cambio.
Pero habrá que esperar a que acaben los fastos, como Irak, Palestina o Guantánamo, que también tendrán que esperar.

