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Sunday, September 29, 2013

Perlas de la Concha



La 61 edición del Zinemaldia ha terminado dejándonos una sensación agridulce. La cosecha de Cannes, Berlín y Venecia decepcionaron: asi que, era difícil que San Sebastián diera la sorpresa. No llegaron, ni Colin Firth, ni Jake Gyllenhaal, ni Helena Bonham Carter, que les dio plantón. Y dicen las malas lenguas que hubo una rubia que pidió un avión privado para venir: ...¿Nicole?
400 mil euros menos que el año pasado, un futuro complicado, pero José Luis Rebordinos, el jefe de todo esto y que se consolida como un gran Director del Festival, ha logrado que apenas se note la merma año tras año de las ayudas institucionales. Es un lujo para los amantes del cine que tenemos el deber de defender. Por eso me cuesta decir que la Sección Oficial puede resumirse en dos palabras, A-BU-RRI-DA. En cualquier caso, mi apuesta ganadora era Quai d'Orsay de Bertrand Tavernier, que ganó Mejor Guión. No he visto Le-weekend, la favorita del público: Jim Broadbent le quitó la Concha de Plata a Antonio de la Torre, que ni asusta ni emociona con su sastre Caníbal. Pero he descubierto algunas joyitas que paso a recomendaros.


Pelo malo, Mariana Rondón.

La Sección Oficial empezó muy animada, pero no me apasionan los dibujitos. Precisamente, inauguramos el Festival con la venezolana Pelo malo. Nos pareció una cosita mona, pero muy pequeñita. Más interesante por su vocación neorrealista que por lo que cuenta. Pero fueron pasando los días —y, después de varios Edipos sin resolver, niños secuestrados, y 20 minutos de reloj de la agonía de un moribundo en los que solamente deseas que alguien le haga un Haneke de una vez—, la película de Mariana Rondón fue creciendo, y aunque me llevé una sorpresa, no me pareció nada mal a falta de una clara favorita. Todd Haynes, quiso subrayar la unanimidad en el Fallo del Jurado, y que la película venezolana era la única que se merecía la Concha de Oro. A lo que siguieron los abucheos de la prensa y parte del público, todo un clásico del Festival.


Gloria, Sebastián Lelio.

Seguimos a Gloria en su día a día. Gloria es una mujer de 58 años, muy vital, aún guapa y divertida, pero con un problema: tiene un gusto pésimo para los hombres. Representará a Chile en los próximos Goya y Oscars. Ganó el Oso de Plata a la Mejor Actriz en el último Festival de Berlín: Paulina García, que ha sido miembro del Jurado, está inmensa. No sé si es posible, si hay producción española, pero me encantaría que le nominaran al Goya como Mejor Actriz. No os la perdáis.


Dallas Buyers Club, Jean-Marc Vallée.

Del director de C.R.A.Z.Y., la película más turbadora del Festival. Un electricista homófobo y un transexual muy especial se enfrentan en los inicios del SIDA al control que ejercen las farmaceúticas y las asociaciones médicas sobre el AZT. De traficantes de pastillas a crear un Club muy particular. Un irreconocible Jared Leto y, sobre todo, Matthew McConaughey, que cada vez me gusta más, nos regalan unas interpretaciones sobrecogedoras. Se llevó el Premio Sebastiane a la mejor película Gay del Festival.


Gravity, Alfonso Cuarón.

Pero si hay alguna película por la que de verdad ha merecido la pena este Festival esa es la última obra maestra de Alfonso Cuarón (Y tu mamá también, Hijos de los hombres). Nos hace recordar —si alguna vez lo olvidaste— por qué amamos tanto el Cine. Ninguna otra historia me ha emocionado tanto como el re-nacimiento de esta mujer que viaja a la deriva por el espacio.

Prepárate para un viaje en toda regla. Un viaje que te coge desde los pies, te lleva hasta lo alto, lo más alto, y luego te arrastra hasta el fondo, te pone boca abajo, te da dos vueltas más hasta que notas que la tripa se te sube hasta los pulmones y algo te golpea en el costado, y sientes que la gravedad desaparece bajo tus pies como si se hubiera abierto un agujero enorme por donde desciendes a toda velocidad, una especie de vacío cósmico, hasta que consigues parar y entonces te parece que dominas todo el espacio, como si fueras el dueño de todo ahí arriba, pero luego te da la impresión de que eres minúsculo, un enano, nada en la inmensidad del cielo, una brizna en un bosque, una gota en el océano, una brisa en el huracán, eres algo que no es nada, porque todo es un estruendo a tu alrededor, y te has quedado solo, y sigues dando vueltas y más vueltas mientras te vas alejando de todo, y todo se aleja, y estás solo.
Alberto Barandiarán, Un viaje en toda regla.


Un Premio Donostia para un Hombre-Lobo Mutante, compartido con una Bruja

Monday, September 23, 2013

¿Qué he hecho yo para merecer el Premio Donostia?


Tigres de papel (Fernando Colomo, 1977)


¿Qué he hecho yo para merecer esto? (Pedro Almodóvar, 1984)


Extramuros (Miguel Picazo, 1985)


La ley del deseo (Pedro Almodóvar, 1987)


Mujeres al borde de un ataque de nervios (Pedro Almodóvar, 1988)


¡Ay, Carmela! (Carlos Saura, 1990)


Sombras en una batalla (Mario Camus, 1993)


La alegría esta en el campo (Étienne Chatiliez, 1995)


La Comunidad (Alex de la Iglesia, 2000)


Carta a Eva (Agustí Villaronga, 2012)


¡Nena, Tú vales mucho!



La ley del deseo (Pedro Almodóvar, 1987)

Sunday, August 04, 2013

Como alcalde vuestro que soy, os debo una explicación, y esa explicación que os debo...


Bienvenido Mister Marshall



«Lo siento mucho.
Me he equivocado.
No volverá a ocurrir»

(fin de la cita)

Política.— «Conflicto de intereses que se enmascara como discusión de principios»
Ambrose Bierce, Diccionario del Diablo




Bienvenido Mister Marshall (Luis G.Berlanga, 1953)

Wednesday, June 26, 2013

Dos hombres y un armario

Dwaj ludzie z szafą, 1958

Roman Polanski tenía 25 años y aún estudiaba en la Escuela de Cine de Lodz cuando realizó este corto: auténtico ejercicio de estilo que pretende hacer un recorrido por las vanguardias de la primera mitad del s.xx: desde el slapstick, un "género" que entusiasmaba a los surrealistas (Quiero ver un homenaje a Magritte en ese pescado que aparece como flotando entre nubes), hasta el expresionismo alemán o el teatro del absurdo. Se pueden advertir ya algunas de las características de su cine: como la (cruda) representación de la violencia o el recurso del humor (negro). Pero, ¿qué es lo que nos quiere contar Polanski?


Dos hombres y un armario emergen (nacen) del mar, y alcanzan la playa muy contentos de llegar a un mundo nuevo del que quieren participar.
Dos hombres y un armario (habría que verlos como un único personaje) se dirigen a la ciudad donde tratan de llevar una vida "normal": buscar alojamiento, coger el tranvía, comer en un restaurante, conocer a una chica, pero son rechazados sistemáticamente por la gente "normal", ignorados (como el hombre que sólo se ve a sí mismo en el espejo), incluso agredidos. Sin preguntarse siquiera que hay en el armario. Dos hombres y un armario surgen del mar para presenciar el catálogo completo de las pequeñas miserias, el rechazo y la violencia de la que es capaz la sociedad (*). Vemos situaciones violentas como normales mientras que nos asusta la inocencia, o da risa. Nos queda la (triste) impresión de que en esta sociedad se acepta antes robar o matar que el mero hecho de ser Diferente.



Dos hombres y un armario (Roman Polanski, 1958)

Tuesday, June 11, 2013

Elías Querejeta: El Productor

(Hernani, 27.oct.1934 - Madrid, 9.jun.2013)

Elías Querejeta ha fallecido justo dos días después del estreno de 15 años y un día, la última película de su hija Gracia dedicada a su memoria. Alguien irreemplazable en nuestra maltrecha cinematografía, que se ganó a pulso el calificativo de «El Productor», llegando en su caso a la categoría de Autor, porque no era habitual encontrar un productor que mimara tanto sus criaturas, participando en el guión de muchas de ellas, supervisando el montaje. Entre sus más de 50 producciones encontramos algunas de las películas más importantes de la Historia del cine español.


1.— La caza (Carlos Saura, 1966)


Con Saura formó una especie de matrimonio con muchos hijos exitosos. 13 películas juntos, y preparaban 33 días, que hace referencia al tiempo que tardó Picasso en pintar el “Guernica”, con Antonio Banderas y Gwyneth Paltrow. Entre ellas, Peppermint frappé, Ana y los lobos, La prima Angélica, Mamá cumple cien años, o Deprisa, deprisa, Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín. Y sobre todo, Cría cuervos.

2.— Cría Cuervos (Carlos Saura, 1976)



3.— El espíritu de la colmena (Víctor Erice, 1973)

En 1969 dio su primera oportunidad a Víctor Erice en el film colectivo Los desafíos, junto a Claudio Guerín y José Luis Egea, a quienes consideraba los alumnos más brillantes de la Escuela de Cinematografía. Juntos hacen dos de las películas más bellas del cine español: El espíritu de la colmena, Concha de Oro en el Festival de Cine de San Sebastián; y El Sur, que Querejeta da por terminada, harto de Erice, antes de empezar a rodar la segunda parte que transcurría en el Sur. Si en El espíritu deslumbraba la increíble mirada de Ana Torrent, El Sur supone el debut de Icíar Bollaín como actriz.

4.— El Sur (Víctor Erice, 1983)



5.— El desencanto (Jaime Chávarri, 1976)

Elías Querejeta apostó siempre por nuevos realizadores: Jorge Grau, Noche de verano; Ricardo Franco, Pascual Duarte; Emilio Martínez Lázaro, Las palabras de Max. Francisco Regueiro, Antton Eceiza, o Jaime Chávarri, con el que hizo la muy especial El desencanto, que contaba la decadencia de la familia Panero en los estertores del tardofranquismo.



6.— Tasio (Montxo Armendáriz, 1984)

Con Montxo Armendáriz, otro de los que declaran haberse podido dedicar al cine gracias a él, ha realizado cuatro películas: la sorprendente Tasio, sobre un carbonero navarro; 27 horas, con una jovencísima Maribel Verdú; Las cartas de Alou, Concha de Oro en el Festival de Cine de San Sebastián; y, la adaptación de la novela de José Ángel Mañas, Historias del Kronen.



7.— Familia (Fernando León de Aranoa, 1997)


Más recientes son los casos de Fernando León, que ganó el Goya al mejor director novel por Familia, otra producción Querejeta. Justo después llegó Barrio. Y Los lunes al sol, con el que se llevó el Goya a la mejor película como productor.

Por último, ha producido todas las películas de su hija, Gracia Querejeta, excepto la que acaba de estrenarse, que se la dedica a él: desde su ópera prima, Una estación de paso, hasta la multipremiada Siete mesas de billar francés. Pero mis favoritas de ella son: Héctor, grande Adriana Ozores, y El último viaje de Robert Rylands, rodada en inglés y basada libremente en Todas las almas de Javier Marías, a quien no gustó nada la adaptación de su novela.


Friday, May 31, 2013

Sesión Continua: Thure Lindhardt

Thure Lindhardt

Thure Lindhardt es mi último descubrimiento. Tiene 38 años, es danés, y muy rubio para que me guste tanto. Me sorprendió en la estimable Brotherhood, que cuenta la relación imposible entre dos chicos que pertenecen a una organización neonazi muy activa: recomendada por Justo. Para acabar enamorándome de él en Keep the lights on, film autobiográfico del director Ira Sachs que triunfó el año pasado en Sundance, y le llevó hasta las puertas del Oscar (estuvo nominado como Mejor Actor en los Independent Spirit Awards).
Debutó con sólo 12 años en un pequeño papel en Pelle, el conquistador de Bille August. Ha trabajado con Lars Von Trier. Junto a Tom Hanks en la adaptación de Angeles y Demonios. Actualmente, se ha incorporado al reparto de Los Borgia. Es el actor más famoso de Dinamarca y el de mayor proyección internacional, con el permiso de Mads Mikkelsen, con quien coincidió en Flame y Citrón, ambos nominados a los Premios del Cine Europeo. No es gay, pero sí que tiene algún que otro personaje homosexual en su filmografía.


Brotherhood


Brotherhood (Broderskab) (Nicolo Donato, 2009)



Keep the lights on


Keep the lights on (Ira Sachs, 2012)

Wednesday, May 15, 2013

El «landismo»

El landismo no ha muerto, se ha quedado a vivir para siempre entre nosotros

Fueron, sí, los años del landismo.

A veces ocurre que un actor escapa
a la calificación profesional para
trascender hacia un arquetipo social:
James Dean respecto de la juventud
americana de los 50.
Yves Montand respecto del gauchisme
francés. ...Y así.



Landismo.— es la manera singular y original de ocupar un lugar en la España de los 60/ 70's, donde no había lugar para nadie. Es la españolía media y masculina, conjunto de gente bajita y reprimida, que no tenían gran interés ni como conjunto ni como gente, salvo en el cine —desde Masó a Dibildos, pasando (si es imprescindible) por la tercera vía—, metaforizada por un gran actor navarrico y feo, Alfredo Landa. Y, finalmente, reflejar, mediante todo eso, una realidad social que se les escapaba a los sociólogos. Sí, el landismo éramos nosotros.

El landismo, desocupado lector, era ir en la vespa de un amigo a ligar a los bares bolera. El landismo era tener un niki de diario y otro para los domingos. El landismo era ser ayudante de un cirujano callista y hacerse llamar podólogo. El landismo era creer que todas las mujeres son huidizas por naturaleza -cuando viene a ser al contrario-, y que los calzoncillos de guardameta de los años treinta las erotizan mucho. El landismo era creerse chiquito, pero no matón. El landismo era luchar día a día contra el medio, sin plantearse nunca el problema total, histórico, mitológico, de la adversidad del medio. El landismo era ir a ver películas de Alfredo Landa y no reconocerse en ellas, o resolver la catarsis en risa, "como expresión de lo reprimido": para eso estaba ahí Alfredo Landa, para reunir en sí todas las frustraciones nacionales, generacionales, todas nuestras frustraciones, salvándonos a nosotros de ellas, así, durante hora y media de película y cachondeo.
El landismo era usar camiseta en toda época del año, estar enamorado de Mirta Miller o de alguna otra latinoché pionera, o de María Luisa San José; el landismo era que María Luisa San José se fugase con Pepe Sacristán hacia un horizonte de inmobiliarias y cómodos plazos, mientras uno se quedaba tomando copas con el vecino más solitario de la calle; el landismo era un querer abrirse paso a pie, a codazos, en vespino, como fuese; el landismo se hace adulto con Summers y se politiza con Bardem. El landismo, en fin, éramos nosotros.
Francisco Umbral
http://elpais.com/diario/1984/06/18/opinion/456357614_850215.html


Manolo la Nuit (Mariano Ozores, 1973)

—El landismo consistía en salir mucho en calzoncillos persiguiendo señoritas.
Alfredo Landa



El puente (Juan Antonio Bardem, 1977)

El Crack (José Luis Garci, 1981)

El bosque animado (José Luis Cuerda, 1987)

La luz prodigiosa (Miguel Hermoso, 2003)

El Quijote de Miguel de Cervantes
(Manuel Gutiérrez Aragón, 1991)


Los santos inocentes (Mario Camus, 1984)

Alfredo Landa logró algo tan excepcional durante una larga época como convertir su trabajo y la personalidad de los personajes que habitaban ese cine en un identificable género. También en un terreno sabroso para la sociología. Desde la compartida oscuridad de los cines las risas y las carcajadas confirmaban la plena identificación del pueblo llano con las aventuras y desventuras, el hambre de sexo y de afirmación, los traumas y los anhelos de aquel señor bajito e histriónico, gesticulante y verborreico, peleón y gimoteante, paleto y excesivo, voyeur patético, caricaturesco y compadecible, que Landa transformó en un símbolo. Y aunque la estética y el mensaje de este cine sin sentido del ridículo fueran cochambrosos, él hacía modélicamente su trabajo, sin permitirse jamás el relajamiento, comiéndose la pantalla y a los que tuvieran que darle la réplica, derrochando gracejo, en posesión permanente de esa cosa tan necesaria llamada ritmo, clavando los diálogos, las miradas, los gestos y los movimientos. Por mi parte, no siento la menor añoranza del landismo, del cutrerío de aquellas comedias tan satisfechamente subdesarrolladas, del aroma a tantas cosas execrables, tópicos vergonzantes y actitudes rancias de aquel país indeseable, pero negar la eficacia, el talento y la profesionalidad del protagonista más destacado de aquel cine sería tan injusto como idiota.

(...) Pero hay un papel de Landa que seguirá conmoviendo a perpetuidad a todo tipo de espectadores. Se lo ofreció Mario Camus en esa película terrible y magistral titulada Los santos inocentes, una de las incuestionables obras maestras que ha dado el cine español, y Landa le devolvió el regalo con una interpretación memorable. Recordar o volver a visitar a su Paco el Bajo, a ese campesino permanentemente explotado y humillado, resignado a la desolación, inocente ancestralmente en su servilismo, infatigable y perruno rastreador de las piezas que caza su brutal señorito, víctima muda, cojitranco y expresando con sobriedad y sabiduría mediante sus ojos y su gestualidad los sentimientos más variados, provoca siempre el escalofrío, la piedad, la indignación moral.
Carlos Boyero, El País.com
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/05/09/actualidad/1368129309_977586.html

Friday, April 26, 2013

Drôle de Félix


Félix es un joven de origen magrebí, en paro y seropositivo, que vive con su novio en Dieppe, ciudad costera del Norte de Francia, junto al Canal de la Mancha. Al fallecer su madre, ordenando entre sus cosas, descubre una carta con remite desde Marsella de su verdadero padre, a quien nunca ha conocido y quiere conocer.
Entonces, emprende viaje hacia Marsella, tan sólo con su medicación y una cometa de colores arcoíris como único equipaje, y con el firme propósito de atravesar el país de punta a punta en autostop sin pasar por ninguna de las regiones en las que haya ganado las elecciones la extrema derecha, rodeándolas si hiciera falta, aunque ello le lleve mucho más tiempo. En Rouen, su primera parada, es testigo de un ataque xenófobo que no se atreverá a denunciar.
Por el camino irá encontrándose con diferentes personajes a los que se les presenta como su hermano, su primo, su abuela... una especie de familia ideal que Félix irá formando y eligiendo él mismo durante esta aventura vital: un estudiante de Arte, la mujer con tres hijos de tres padres diferentes, el viejo pesacador...


su hermano

su primo

Dirigida por Olivier Ducastel y su pareja Jacques Martineau.
A Sami Bouajila también le vimos en Los testigos de André Téchiné, por la que ganó un César como mejor actor de reparto.