Friday, September 28, 2012

Notas apresuradas antes del Palmarés


60 años del Festival de Cine de San Sebastián, y este año me ha tocado celebrarlo a lo grande. No pudo empezar mejor: Susan tuvo el detalle de venir a verme, (qué mona!), desprendía una luz especial, aunque bien pudieran ser los reflejos de Richard, que llevaba el pelo más blanco que he visto nunca. Preside el Jurado, Christine Vachon, a quien no conocía, y resulta que es la productora de la filmografía completa de Todd Haynes (desde Poison hasta Mildred Pierce), los primeros films de Todd Solondz, el último de Robert Altman, y responsable de muchas de las películas queer del último cine americano: Go fish, Boys don't cry, Hedwig and the Angry Inch, Stonewall, Bésame Guido...

Amour (Michael Haneke)

Creo que la muy prometedora Sección Oficial no ha cumplido del todo las expectativas, pero para mí ha sido una de las más memorables que recuerdo. O, bien estoy siendo muy benévolo, bien he perdido todo criterio después de tres pelis diarias, pero yo hasta en la de Castellito -la más vapuleada hasta el momento- he encontrado cosas (es más, no me disgustaría nada que Penélope Cruz se llevara la Concha de Plata a la mejor actriz).
La Concha de Oro me huele a la Blancanieves de Pablo Berger, que se le ha visto mucho por la ciudad. Fernando Trueba también ha cosechado buenas críticas. Parece que este año Trueba y Berger, que toma la delantera en la carrera hacia los Oscar, tendrán que peleárselo todo: Conchas, ¿Goyas?... También veo con muchas posibilidades a Francois Ozon que encantó al público donostiarra con Dans la maison, la adaptación de una obra de teatro del español Juan Mayorga, "El chico de la última fila", sobre la relación que se entabla entre un profesor y su aventajado alumno (apuesto por Fabrice Luchini como el mejor actor, divertidísima Kristin Scott Thomas). Y no puede faltar en el Palmarés Le Capital de Costa Gavras (¿director?, ¿guión), un intento de explicar lo que está sucediendo en estos momentos, buen cine político del que nos tiene acostumbrados.
Laurent Cantet (despues de Entre les murs) ha decepcionado con Firefox, una pena porque empieza bien, pero después de casi dos horas y media casi que sólo quieres que termine. Bhaman Ghobadi (Las tortugas también vuelan), ganador de la Concha de Oro en dos ocasiones ha presentado Rhinos Season, con Monica Bellucci. Un poema visual muy bonito, muy esteta, pero que te deja bastante frío. Hoy finalizan las pelis a concurso con la anodina El hipnotista de Lasse Hallström, pero no me podía perder sesión con Lena Olin. No he dicho nada de El muerto y ser feliz, no sé qué decir, vedla y luego me contáis. Lo que no se le puede negar a Javier Rebollo es que tiene un estilo muy personal.

Io e Te (Bernardo Bertolucci)

Es muy buena noticia que Bertolucci haya vuelto a dirigir, cuando daba ya su carrera por terminada, pero aunque sienta decirlo, me ha decepcionado. Lo mejor del Zinemaldia para el gran público siempre ha sido la sección Zabaltegi donde se pueden ver las Perlas de otros festivales. Este año, Amour de Haneke, por supuesto, ganadora en Cannes. Y la ganadora de Berlín, Cesare Deve Morire de los hermanos Taviani. Una representación del Julio César de Shakespeare por presos reales que también tenéis que ver: "Desde que he descubierto el Arte, esta celda se ha vuelto una prisión".
Además, tengo que contarlo, he podido volver a saborear de El festín de Babette, que ha mejorado como un buen vino, ¡con Stephane Audran detras de mí!. Un lujo poder ver de cerca a una de las chicas de la Nouvelle Vague.
Y estoy muy disgustado porque Claudia Cardinale que ha estado por el Festival se ha quedado sin Premio Donostia (este año, que lo regalaban): tiene una filmografía más importante que cualquiera de los premiados (excepto Dustin Hoffman, quizá).

Cesare Deve Morire (Paolo y Vittorio Taviani)

Saturday, September 22, 2012

Del rosa al morado

La Utopía es un país
que el ser humano visita todas las noches
Juan Gelman

Mejor Quimeras que Elefantes




Middle of the Road — Chirpy Chirpy Cheep Cheep

siempre junto a ti
caminando voy
y soy feliz
A tu lado voy
cuando el sol se va
y soy feliz



Dolores Vargas — Chipi chipi chipi

Wednesday, September 12, 2012

Ni Pan ni Circo

Balada triste de trompeta

—¿Cómo se imagina el futuro, Adele?
—No lo he pensado. Cuando era pequeña sólo deseaba una cosa: crecer. Quería que sucediera deprisa, pero ahora no sé para qué ha servido todo esto. No sé para qué. Hacerme mayor. El futuro es... es como una sala de espera, como una gran estación con bancos y corrientes de aire, y detrás de los cristales un montón de gente que pasa corriendo, sin verme. Tienen prisa. Cogen trenes, o taxis. Tienen un sitio a donde ir, alguien con quien encontrarse. Y yo me quedo sentada, esperando.
—¿Qué espera, Adele?
—Que me ocurra algo.
La chica del puente, Patrice Leconte

«Quiero hacer teatro porque me gustaría hacer algo por mí
y por los demás; quiero hacer teatro, porque creo que sirve
para comunicarse entre los seres humanos, e intentar mejorarse los unos a los otros; porque creo que puede ser un espejo para nosotros mismos, en el cual podríamos apreciar nuestros propios errores y así evitar ciertas injusticias, porque puede ser un camino hacia la comprensión y al entendimiento y por...
Pero, da igual decir todo esto, enseguida te tachan de loco,
de idealista, o te dicen: “este gilipollas todavía se cree que con el teatro se puede cambiar el mundo”. ¡Pues sí!, yo quiero cambiar el mundo. ¡Me encantaría cambiar el mundo!
Y creo que todavía se puede cambiar»

Noviembre, Achero Mañas


Federico G. Lorca, en 1932, funda La Barraca grupo de teatro universitario vinculado a la Residencia de Estudiantes, herederos del espíritu de la Institución Libre de Enseñanza. La Barraca nace en el contexto de las Misiones Pedagógicas, una de las grandes empresas culturales que impulsó el Gobierno de la Segunda República, con la intención de acercar a los pueblos más apartados de España el teatro de nuestros clásicos del Siglo de Oro. La aventura termina con la Guerra Civil.
Federico va a Granada cuando se inicia la contienda buscando tranquilidad. Allí es detenido, el 16 de agosto, y fusilado dos días después. Lorca no fue el único de La Barraca que murió asesinado durante la Guerra, otros marcharon al exilio y los que se quedaron mantuvieron vivo su recuerdo, pero en silencio. En la foto, vestido con el mono azul que era el uniforme de los hombres de La Barraca, las mujeres llevaban un vestido azul de cuello blanco. Obreros y obreras del Teatro.

«En este momento dramático del mundo,
el artista debe llorar y reír con su pueblo. Hay que dejar el ramo de azucenas y meterse en el fango hasta la cintura para ayudar a los que buscan las azucenas. Particularmente, yo tengo un ansia verdadera para comunicarme con los demás. Por eso llamé a las puertas del teatro y al teatro consagro toda mi sensibilidad»
Federico García Lorca

Alfredo Espinosa fue un médico bilbaíno del Hospital Civil de Basurto. Como concejal del Ayuntamiento de Bilbao, en 1931, se encarga de los Servicios de Higiene Especial: buscó soluciones al problema escolar en Bilbao y fomentó la higiene entre la población. El 7 de octubre de 1936 es nombrado Consejero de Sanidad del primer Gobierno Vasco, desde donde se adelanta en muchos años a las políticas sociales de otros gobiernos europeos. Habilitó nuevos hospitales. Participó en la creación de la Facultad de Medicina de la Universidad Vasca. y fundó la Cruz Roja del País Vasco.
Durante la guerra se ocupa de la asistencia médica de la población civil: organizó la Asistencia Social a refugiados, con una atención especial a la evacuación de los niños, hijos de milicianos fallecidos. Venía de Francia, precisamente de llevar a Toulouse a 160 niños que huían de la Guerra, cuando su avión fue obligado a aterrizar en Zarauz, fue detenido por las autoridades franquistas acusado de "auxilio a la rebelión", condenado a muerte por un Consejo de Guerra, y fusilado en Vitoria a los pocos días.



Blondie — Good Boys
Good boys never win
Good boys always follow
They all fall away and you remain