Distopía.— «utopía negativa» donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal. Hace referencia a una sociedad ficticia, emplazada en un futuro cercano, donde las consecuencias de la manipulación y el adoctrinamiento masivo —generalmente a cargo de un Estado totalitario— llevan al control absoluto; al condicionamiento o, incluso, al exterminio de sus miembros, bajo una fachada de benevolencia. Wikipedia dixit
La Utopía describe un lugar que no existe: una sociedad ideal que, florece casi siempre en un lugar y una época indeterminados, que crea las infraestructuras sociales, políticas y tecnológicas necesarias para su propio progreso, y que permitan a todos los individuos desarrollarse en libertad. Por otra parte, las sociedades distópicas, tanto en el Cine como en la Literatura, son ficciones que proyectan nuestros miedos y nos advierten de los peligros de un futuro incierto, bien de un modo satírico, bien tomándoselo muy en serio. La diferencia entre «utopía» y «distopía» depende sobre todo del punto de vista del Autor, y también de la percepción de cada lector o espectador, quien lo juzga como algo deseable o indeseable.
La Utopía describe un lugar que no existe: una sociedad ideal que, florece casi siempre en un lugar y una época indeterminados, que crea las infraestructuras sociales, políticas y tecnológicas necesarias para su propio progreso, y que permitan a todos los individuos desarrollarse en libertad. Por otra parte, las sociedades distópicas, tanto en el Cine como en la Literatura, son ficciones que proyectan nuestros miedos y nos advierten de los peligros de un futuro incierto, bien de un modo satírico, bien tomándoselo muy en serio. La diferencia entre «utopía» y «distopía» depende sobre todo del punto de vista del Autor, y también de la percepción de cada lector o espectador, quien lo juzga como algo deseable o indeseable.
Desde Un mundo feliz a 1984
2011: Una distopía feliz
Las dos grandes visiones sobre distopías futuras han sido 1984, de George Orwell, y Un mundo feliz, de Aldous Huxley. (...) quién de los dos escritores tenía razón. ¿Viviríamos dominados, como escribió Orwell, por una vigilancia represiva y un estado de seguridad que utilizaría formas de control brutales y violentas? ¿O, como Huxley imaginó, nos sentiríamos fascinados por el entretenimiento y el espectáculo, cautivos de la tecnología y seducidos por un derroche consumista que envolvería nuestra propia opresión? Pues ha resultado que ambos, Orwell y Huxley, tenían razón. Huxley fue capaz de imaginar la primera fase de nuestra esclavitud. Orwell la segunda.
(...) Estamos pasando de una sociedad donde se nos manipula hábilmente con mentiras e ilusiones a otra donde estamos clara y totalmente controlados. Orwell alertó sobre un mundo donde los libros estarían prohibidos. Huxley advirtió de un mundo donde nadie querría ya leer libros. Orwell alertó sobre un estado de guerra y miedo permanentes. Huxley advirtió de una cultura habitada por un placer vacío de sentido. Orwell avisó acerca de un estado donde todas las conversaciones y pensamientos estaban vigilados y la disidencia brutalmente reprimida. Huxley alertó sobre un estado donde su población sólo se preocupaba por las trivialidades y el cotilleo, sin que le importaran ya ni la verdad ni la información fidedigna. Orwell nos veía asustados y sometidos. Huxley nos veía seducidos y sometidos. Pero estamos descubriendo que Huxley no era más que el preludio de Orwell. Huxley entendía que en ese proceso éramos nosotros los cómplices de nuestra propia esclavitud. Orwell lo interpretaba como esclavitud. Ahora que el Estado corporativo ha dado ya el golpe maestro, nos encontramos desnudos e indefensos. Y estamos empezando a entender, como Karl Marx supo, que el capitalismo sin restricciones y sin reglamentar es una fuerza brutal y revolucionaria que explota a los seres humanos y el medio ambiente hasta agotarlos o destruirlos.
Artículo completo ¡interesantísimo! de Chris Hedges.(...) Estamos pasando de una sociedad donde se nos manipula hábilmente con mentiras e ilusiones a otra donde estamos clara y totalmente controlados. Orwell alertó sobre un mundo donde los libros estarían prohibidos. Huxley advirtió de un mundo donde nadie querría ya leer libros. Orwell alertó sobre un estado de guerra y miedo permanentes. Huxley advirtió de una cultura habitada por un placer vacío de sentido. Orwell avisó acerca de un estado donde todas las conversaciones y pensamientos estaban vigilados y la disidencia brutalmente reprimida. Huxley alertó sobre un estado donde su población sólo se preocupaba por las trivialidades y el cotilleo, sin que le importaran ya ni la verdad ni la información fidedigna. Orwell nos veía asustados y sometidos. Huxley nos veía seducidos y sometidos. Pero estamos descubriendo que Huxley no era más que el preludio de Orwell. Huxley entendía que en ese proceso éramos nosotros los cómplices de nuestra propia esclavitud. Orwell lo interpretaba como esclavitud. Ahora que el Estado corporativo ha dado ya el golpe maestro, nos encontramos desnudos e indefensos. Y estamos empezando a entender, como Karl Marx supo, que el capitalismo sin restricciones y sin reglamentar es una fuerza brutal y revolucionaria que explota a los seres humanos y el medio ambiente hasta agotarlos o destruirlos.
Metrópolis (Fritz Lang, 1927)
Adaptación de la novela homónima de Thea von Harbou, esposa de Fritz Lang, y guionista durante su etapa alemana.
Metrópolis, 2026. Ciudad-Estado. Para que una pequeña élite viva feliz, sin preocupaciones, en modernos rascacielos disfrutando de los últimos avances tecnológicos, grupos de obreros en turnos de diez horas trabajan en condiciones de esclavitud para que no se pare jamás la maquinaria. Se da la paradoja que las máquinas están al servicio de los hombres, al mismo tiempo que estos son esclavizados por ellas. Fue la primera película de ciencia-ficción (si no tenemos en cuenta el Viaje a la Luna de Méliès). Se adelanta unos años a las dos grandes obras citadas: Un mundo feliz se publicó en 1932, 1984 en el 49, y ambas bebieron del film de Lang de una u otra forma. Su influencia se extiende hasta los decorados, por ejemplo, de Blade Runner o El quinto elemento; Terminator o Robocop, que le deben mucho a María, el primer robot de la Historia del Cine; incluso Madonna llegó a rendirle homenaje en Express Yourself
Por su parte, Thea von Harbou tuvo muy en cuenta al visionario H.G.Wells a la hora de escribir la novela. Sin embargo, el autor de La máquina del tiempo dijo barbaridades de ella tras verla:
Por su parte, Thea von Harbou tuvo muy en cuenta al visionario H.G.Wells a la hora de escribir la novela. Sin embargo, el autor de La máquina del tiempo dijo barbaridades de ella tras verla:
«He visto recientemente la película más tonta que puede imaginarse. Procede de los grandes talleres UFA de Alemania. (...)
La tal película pretende mostrar cómo marcha el mundo. Presenta en turbulento resumen casi todas las tonterías, lugares comunes y trivialidades posibles acerca del progreso mecánico, y muestra el progreso humano en general, servido con una salsa de sentimentalismo completamente peculiar».
La tal película pretende mostrar cómo marcha el mundo. Presenta en turbulento resumen casi todas las tonterías, lugares comunes y trivialidades posibles acerca del progreso mecánico, y muestra el progreso humano en general, servido con una salsa de sentimentalismo completamente peculiar».
No se puede negar cierto batiburrillo ideológico, pero éste queda relegado a un segundo plano por el enorme impacto visual de la película. Metrópolis es una de las tres películas consideradas Patrimonio de la Humanidad. Como Los olvidados de Luis Buñuel, que se hizo director de cine por admiración al trabajo de Lang:
«Metrópolis no es un filme único.
Son dos filmes pegados por el vientre con necesidades espirituales divergentes, de un extremado antagonismo. Aquellos que consideran el cine como un discreto narrador de historias, sufrirán una honda decepción. Lo que allí se nos cuenta es trivial, ampuloso, pedantesco, de un trasnochado romanticismo. Pero si a la anécdota preferimos el fondo plástico-fotogénico del film, entonces colmará todas las medidas, nos asombrará como el más asombroso libro de imágenes que se ha compuesto».
Son dos filmes pegados por el vientre con necesidades espirituales divergentes, de un extremado antagonismo. Aquellos que consideran el cine como un discreto narrador de historias, sufrirán una honda decepción. Lo que allí se nos cuenta es trivial, ampuloso, pedantesco, de un trasnochado romanticismo. Pero si a la anécdota preferimos el fondo plástico-fotogénico del film, entonces colmará todas las medidas, nos asombrará como el más asombroso libro de imágenes que se ha compuesto».
Fritz Lang fue el primer asombrado de la capacidad profética de su ex-esposa. Su visión del futuro coincidió bastante con la evolución política de la sociedad. La impresión que le provocó su primer viaje en 1924 a la ciudad de los rascacielos le dio la idea de la película. Metrópolis se parece a Nueva York, pero lo que realmente le marcó fue el trayecto en trasatlántico durante los siete días que duró el viaje: era como una ciudad flotante, con diversos pisos separados según clases sociales: mientras las damas y señores estaban en cubierta, las clases bajas iban ocupando los pisos inferiores, hasta llegar a la sala de máquinas donde los obreros tenían que manejar enormes calderas de vapor.
Fritz Lang: «La tesis principal era de la señora Von Harbou, pero yo soy responsable al menos del cincuenta por ciento, porque yo hice la película. En aquella época, no estaba tan concienciado políticamente como ahora. No se puede hacer una película social diciendo que “entre el cerebro y el músculo debe mediar el corazón” ...Quiero decir que, realmente, es un cuento. A mí lo que de verdad me interesaban eran las máquinas.
Fritz Lang: «La tesis principal era de la señora Von Harbou, pero yo soy responsable al menos del cincuenta por ciento, porque yo hice la película. En aquella época, no estaba tan concienciado políticamente como ahora. No se puede hacer una película social diciendo que “entre el cerebro y el músculo debe mediar el corazón” ...Quiero decir que, realmente, es un cuento. A mí lo que de verdad me interesaban eran las máquinas.
http://lafilmotecadesantjoan.blogspot/Metrópolis-de-Fritz-Lang.
http://www.ciencia-ficcion.com/pelis/pmetropol.
Blade Runner (Ridley Scott, 1982)
Basada en la novela de Phillip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, 1968. Precursora de lo que se ha llamado Cyberpunk.
A principios del siglo XXI, la Tyrell Corporation desarrolló
un nuevo tipo de robot llamado Nexus -un ser virtualmente idéntico al hombre- y conocido como Replicante. Los replicantes Nexus 6 eran superiores en fuerza y agilidad, y al menos iguales en inteligencia, a los ingenieros de genética que los crearon. En el espacio exterior, los replicantes fueron usados como trabajadores esclavos, en la arriesgada exploración y colonización de otros planetas. Después de la sangrienta rebelión de un equipo de combate de Nexus 6 en una colonia sideral, los replicantes fueron declarados proscritos en la tierra bajo pena de muerte. Brigadas de policía especiales con el nombre de unidades de Blade Runners tenían ordenes de tirar a matar al ver a cualquier replicante invasor. A esto no se le llamó ejecución, se le llamo retiro.
un nuevo tipo de robot llamado Nexus -un ser virtualmente idéntico al hombre- y conocido como Replicante. Los replicantes Nexus 6 eran superiores en fuerza y agilidad, y al menos iguales en inteligencia, a los ingenieros de genética que los crearon. En el espacio exterior, los replicantes fueron usados como trabajadores esclavos, en la arriesgada exploración y colonización de otros planetas. Después de la sangrienta rebelión de un equipo de combate de Nexus 6 en una colonia sideral, los replicantes fueron declarados proscritos en la tierra bajo pena de muerte. Brigadas de policía especiales con el nombre de unidades de Blade Runners tenían ordenes de tirar a matar al ver a cualquier replicante invasor. A esto no se le llamó ejecución, se le llamo retiro.
Los Ángeles, Noviembre 2019.
“Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”.
V de Vendetta (James McTeigue, 2006)
Adaptación al cine de la serie de comics (hoy, novela gráfica) V for Vendetta,
escrita por Allan Moore en los años 80.
Londres, hacia el 2030... Gran Bretaña ha sustituido la Monarquía por un Régimen fascista. Triunfo de la sociedad orwelliana: un gobierno opresor que crea pandemias en laboratorios, que manipula la información de los mass-media, o construye campos de concentración para exterminar a los "no deseados": homosexuales, emigrantes, musulmanes, y disidentes en general. De este caos surge "V", mitad Zorro, mitad Fantasma de la Opera, que sabotea la TV estatal para instar a la gente a la rebelión, un llamamiento a la desobediencia civil. Desde el Gobierno le llamarán terrorista, pero la gente anda muy necesitada de héroes, y su máscara se ha convertido ya en un icono de nuestros tiempos. Allan Moore, que participó en el guión, se desentendió cuando no respetaron su intención inicial de confrontar dos ideas políticas extremas como el fascismo y el anarquismo.
No es casual que John Hurt, el pobre Winston Smith en 1984, confinado en la Habitación 101 y vigilado constantemente por el Gran Hermano, interprete al reverso de este en V de Vendetta: el Tirano Adam Sutler, líder de Fuego Nórdico, omnipresente en los televisores.
The Wall (Alan Parker, 1982)
Fahrenheit 451 (François Truffaut, 1966)
Basada en la novela del mismo título, Ray Bradbury, publicada en 1953.
En un tiempo y un lugar indeterminados. Los bomberos aquí no tienen mangueras, llevan lanzallamas. Su misión es quemar todos los libros que aún algunos esconden y se resisten a entregar. Leer está prohibido (por el bien común) para evitar preocupaciones, los libros hacen pensar a cada uno diferente (rompe la igualdad). La Televisión, a la que dedican por cierto la mayor parte del tiempo de su ocio, es mucho más "democrática". Ray Bradbury quería denunciar con esta historia la severa censura estatal de los EEUU, o la quema de libros en la Alemania Nazi, y la alienación que generan los mass-media. Montag (Oskar Werner) es un bombero riguroso con el cumplimiento de la Ley, que cambiará su visión de las cosas al conocer a Clarisse (Julie Christie), una joven que procede de una familia "antisocial" sólo por el mero hecho de pensar. Ella le hablará por primera vez del Bosque de los Hombres-Libro: allí viven miembros de la Resistencia que han logrado huir, con la tarea de aprenderse de memoria un libro (pierden su nombre, lo cambian por el título de la obra y su autor) con el fin de ir difundiéndolo oralmente hasta el día que los libros dejen de estar prohibidos.
Cuando el destino nos alcance (Richard Fleischer, 1973)
Título original: Soylent Green.
Basada en la novela ¡Hagan sitio!, ¡hagan sitio! de Harry Harrison, 1966.
Nueva York, 2022. Población, 40 millones de habitantes. No cabe ni un alma más en la ciudad. La gente duerme hacinada donde puede, tiene que subvivir a base de agua en garrafones y, como único alimento, galletitas de colores fabricadas por la todopoderosa compañía Soylent, que está empezando a comercializar Soylent Green, "un producto derivado del plancton vegetal", según reza la publicidad. La historia comienza con el asesinato de uno de sus altos ejecutivos (Joseph Cotten), lo que permite al policía encargado del caso (Charlton Heston) descubrir que existe una pequeña élite que disfruta de lujos como ducha caliente y que come carne y vedura. Mi momento favorito es cuando Edward G.Robinson, su viejo compañero de habitación que nació antes de la catástrofe ecológica, se echa a llorar ante un trozo de carne de buey: “¡Lo ves!, ¡ves como era verdad que existían cosas así!”. Después de la gran comilona y descubrir la verdad se retirará a «El Hogar», que puede parecer una Residencia si nos atenemos al nombre, pero que se trata en realidad del método más eficaz de eutanasia limpia, legal, y subvencionada por el Estado.
La fuga de Logan (Michael Anderson, 1976)
Basada en la novela Logan's Run,
de William F.Nolan y George Clayton Johnson, publicada en 1967.
No obstante, para el 2247 ya habremos solucionado el problema de la Superpoblación creando una sociedad “perfecta”, siguiendo la estela del modelo que imaginó Aldous Huxley en Un mundo feliz, una sociedad hedonista en la que el sexo es el nuevo soma, los robots nos han liberado de la reproducción, y puedes ponerte el pelo y la sonrisa de Farrah Fawcett-Majors al instante. Sólo hay una pega, que todos los habitantes de esta "arcadia feliz" tienen que morir el día que cumplen 30 años (21 en la novela). Una sociedad eternamente joven. Sólo hay una salida para el inevitable final: el Carrusel: una especie de Circo Romano al que todos acuden con la esperanza de lograr la “regeneración” (Hay rumores de gente que lo ha conseguido). Pero tan sólo es una farsa, un mero espectáculo para las masas del que sólo se puede salir desintegrado. Logan5 es un policía encargado de dar caza a aquellos que intentan escapar del Carrusel, pero tampoco él dispone de mucho tiempo. Ha escuchado hablar de un lugar fuera de la ciudad, en el desierto, al que llaman Santuario donde dicen que vive gente vieja y sabía.
Me encantaba la serie de TV de los 70. Quizá el paso del tiempo no ha tratado demasiado bien la película, lo pop tiene ahora un regusto kitsch, pero probablemente esto es también parte de su encanto. Se estaba preparando una nueva versión con el director de Drive. Sin Ryan Gosling, que lamentablemente se ha caído del proyecto.
Me encantaba la serie de TV de los 70. Quizá el paso del tiempo no ha tratado demasiado bien la película, lo pop tiene ahora un regusto kitsch, pero probablemente esto es también parte de su encanto. Se estaba preparando una nueva versión con el director de Drive. Sin Ryan Gosling, que lamentablemente se ha caído del proyecto.
Wall-E (Andrew Stanton, 2008)
Doce monos (Terry Gilliam, 1995)
Toma como punto de partida la pelicula francesa, La Jetée, 1962, de Chris Marker.
Filadelfia, 2035. En 1997, cinco mil millones de personas mueren en la Tierra a causa de un virus letal: los supervivientes tienen que abandonar la superficie del planeta y se ven obligados a vivir en el subsuelo: los animales, una vez más, reinan en el mundo. Regresar al futuro o al pasado, lo sabemos por el Cine, puede tener terribles consecuencias. Bruce Willis, en prisión por un crimen cometido en el pasado, es elegido "voluntario" para viajar hasta 1996 en una misión especial: obtener información relevante sobre el virus antes de que se declare la pandemia. Todo parece muy confuso. Y el Ejército de los Doce Monos, presunto culpable, puede que sólo sea fruto (drogas, locura, viajes en el tiempo) de su imaginación. Mi escena favorita no es el momento Zoo, sino el homenaje a Vértigo con la música de Herrmann, que recuerdo como algo sublime. Brad Pitt ganó un Globo de Oro, incluso mejor, empezaron a tomarle en serio como actor.
Días extraños (Kathryn Bigelow, 1995)
Guión original de Kathryn Bigelow y, su marido y productor de entonces, James Cameron.
Los Ángeles, 30 de diciembre de 1999. La gente anda enganchada como loca al SQUID, una máquina que permite vivir como propios recuerdos grabados por otros: sus emociones, experiencias vividas... Ralph Fiennes es un ex-policía que trapichea con esta nueva tecnología. El mismo revive una y otra vez los discos grabados que guarda de su ex-novia (Juliette Lewis). Mientras tanto la ciudad apura las últimas horas del milenio con una caótica fiesta ininterrumpida. El asesinato de «Jerico», un famoso rapero que llama a la rebelión civil, sirve de catarsis para que todo estalle. Como en el "Salvaje Oeste", pero los pistoleros son policías. Sólo las limusinas parecen un lugar seguro (como en la reciente Cosmópolis de Cronenberg), conducida por la estupenda Angela Basset, la mejor guardaespaldas posible para un ambiente tan hostil. Pasó sin pena ni gloria en el momento de su estreno. Hoy es una película de culto. Es un espejo en el que podemos vernos reflejados...
La Naranja Mecánica (Stanley Kubrick, 1971)
Basada en la novela homónima de Anthony Burgess, 1962.
Londres, 1995. Alex y sus «drugos» pierden el mucho tiempo que tienen en el Moloko Bar colocándose con leche+plus mientras escuchan Beethoven. Su idea de la diversión consiste en violar a mujeres, pelearse con bandas rivales, o propinar una paliza a un indigente al ritmo de Singin' in the Rain. Aunque presentada como un futuro distópico, tanto la novela como el film reflejan los problemas y los miedos a los que se enfrentaba la decadente Inglaterra durante los 60: desempleo masivo, crisis de valores, violencia gratuita, abuso de drogas... La novela surge de un hecho real, la propia esposa de Burgess fue atacada salvajemente en Londres durante la Segunda Guerra Mundial: cuatro soldados (aliados) le robaron, violaron, y le dieron una paliza que le provocó un aborto.
Tiene escenas ultraviolentas, pero no es menos violenta la Técnica de Ludovico (una técnica ficticia basada en los perritos de Pavlov), que era una crítica a los perversos métodos del Estado para combatir la delincuencia. Violencia se paga con violencia. Numerosas interpretaciones, incluso contradictorias. En el momento de su estreno el film fue acusado de hacer apología de la violencia. La presión de la opinión pública fue tan grande que el propio Kubrick prohibió su exhibición en Gran Bretaña.
Tiene escenas ultraviolentas, pero no es menos violenta la Técnica de Ludovico (una técnica ficticia basada en los perritos de Pavlov), que era una crítica a los perversos métodos del Estado para combatir la delincuencia. Violencia se paga con violencia. Numerosas interpretaciones, incluso contradictorias. En el momento de su estreno el film fue acusado de hacer apología de la violencia. La presión de la opinión pública fue tan grande que el propio Kubrick prohibió su exhibición en Gran Bretaña.
(Continuará...)
...porque parece que los Mayas se han equivocado.
Hijos de los hombres (Alfonso Cuarón, 2006)
Basada en la novela homónima, The Children of Men de P.D.James, 1992.
El Planeta de los Simios (Franklin J.Schaffner, 1968)
Basada en la novela homónima de Pierre Boulle, del mismo año.
“este mundo, con todos sus detalles,
hasta los más minúsculos, ha sido elaborado y aniquilado, y será elaborado
y aniquilado: infinitamente”
hasta los más minúsculos, ha sido elaborado y aniquilado, y será elaborado
y aniquilado: infinitamente”
David Hume, hace más de 200 años.
Nick Cave — (I'll Love You) Till the End of the World
Hasta el fin del mundo (Wim Wenders, 1991)