Showing posts with label Oscar Wilde. Show all posts
Showing posts with label Oscar Wilde. Show all posts

Wednesday, June 17, 2009

De Profundis

Somos los bufones del dolor.
Somos unos payasos con el corazón destrozado. Y gozamos de la facultad de
mover los músculos de la risa.

Oscar Wilde

Oscar Wilde estaba en la cima de su carrera cuando fue protagonista del mayor escándalo público de la Inglaterra victoriana. En 1895, el escritor de El retrato de Dorian Grey fue acusado de sodomía por el Marqués de Queensberry, por la relación íntima que mantenía con su hijo Lord Alfred Douglas, Bosie para los amigos. Wilde lleva a juicio al Marqués por difamación, pero tras declarar, es detenido, juzgado y condenado a dos años de trabajos forzados.
Al salir de la cárcel escribió sobre esta experiencia que le marcaría el resto de su vida: el poema The Ballad of Reading Gaol, sobre las condiciones de la vida en prisión, y sobre todo, la imprescindible De Profundis, un ajuste de cuentas con Bosie (es una carta dirigida a él), y con toda la sociedad británica de la época. Wilde abandona Inglaterra y se va a París, donde vivió como Sebastian Melmoth el resto de su vida.

Yo quiero poder llegar a un punto en que pueda decir con toda sencillez, sin hipocresía, que mi vida tuvo dos momentos decisivos: cuando mi padre me envió a Oxford y cuando la sociedad me mandó a la cárcel. No quiero decir con ello que el haber entrado en la cárcel sea lo mejor que me podía haber sucedido, pues esto implicaría una amargura excesiva contra mí mismo. Prefiero decir u oír decir de mí que habré sido un hijo característico de mi tiempo, que, en mi perversidad, y a causa de ella, he convertido en malo lo bueno de mi vida y lo malo en bueno.
Sin embargo, poco importa lo que yo u otros puedan decir. Lo esencial que se me presenta y que he de realizar, si no es mutilado, destruido o defectuoso el breve tiempo que aún me queda, es absorber en mí todo cuanto se me ha hecho, convertirlo en una parte de mí mismo, aceptarlo sin protestas, ni resistencias, ni temores. El mayor de los vicios radica en la vanidad, y sólo cuenta lo que ha llegado a comprenderse. Todo lo que llega hasta la conciencia es justo.

Al principio de mi reclusión hubo quien me aconsejó que intentara olvidar quién era. Resultó un mal consejo, ya que sólo dándome cuenta de lo que soy he podido hallar algún consuelo. Ahora hay quien me aconseja también que, en cuanto sea puesto en libertad, procure olvidar que he estado en la cárcel. Más sé que esto sería igualmente fatal, porque estaría siempre obsesionado y toda mi vida me sentiría perseguido por un insoportable sentimiento de vergüenza, y todo lo creado para mí y para los demás: la belleza del sol y de la luna, el cortejo de las estaciones, la armonía del amanecer y el silencio de las dilatadas noches, la lluvia murmurando entre el follaje y el rocío que cae sobre la hierba y la platea, todo estaría como mancillado para mí y perdería su poder curativo y su propiedad de esparcir alegría. El lamentar la propia experiencia es como sellar con una mentira los labios de su propia vida. Es nada menos que intentar renegar de su propia alma.
Sin embargo, así como el cuerpo absorbe toda índole de cosas, lo mismo las más ordinarias e impuras que aquellas consagradas por el sacerdote o el éxtasis, y las transforma en agilidad y vigor, en el juego hermosos de los músculos, en las formas de la carne luminosa, en los tonos y redondeces de las cabelleras, los labios y los ojos, así es también la actividad nutritiva del alma, que puede transformar en nobles excitaciones y pasiones de gran alcance lo bajo, lo cruel y degradante; más aún: que puede encontrar precisamente en ello su modo más noble de afirmarse y que, con frecuencia, se exterioriza del modo más perfecto a través de aquello cuya intención primera era de profanación o de destrucción.

Oscar Wilde.
The Oscar Wilde Collection.
Grande!, Wilde, muy grande...

No lamento ni un instante el haber vivido para el placer; viví para él intensamente, como debe hacerse todo lo que se hace...
No hubiera podido ser de otra manera. En cada momento aislado de la existencia uno es aquello que será no menos que aquello que ya ha sido. El arte es un símbolo, porque el hombre también lo es.


Vincent Mallea, Le dessein du monde.

No tropezaré con dificultades, porque cuando se desea amar el amor suele estar esperando. No necesito decir que mi tarea no termina aquí. De lo contrario, sería relativamente fácil. Tengo aún mucho camino por delante, altas montañas que es preciso escalar, valles oscuros que he de cruzar, y todo tengo que hacerlo solo.
Ni la religión, ni la moral, ni la razón, pueden servirme de ayuda.


http://www.vincentmallea.com/
http://bajoelsignodelibra/2009/05/vicent-mallea.html
http://bajoelsignodelibra/2007/04/oscar-wilde.html

Wednesday, June 14, 2006

El retrato de Dorian Gray


El artista es creador de belleza.
Revelar el arte y ocultar al artista es la meta del arte.
Quienes descubren significados ruines en cosas hermosas están corrompidos sin ser elegantes, lo que es un defecto. Quienes encuentran significados bellos en cosas hermosas son espíritus cultivados. Para ellos hay esperanza. Son los elegidos, y en su caso las cosas hermosas sólo significan belleza.
No existen libros morales o inmorales.
Los libros están bien o mal escritos. Eso es todo.
La vida moral del hombre forma parte de los temas del artista, pero la moralidad del arte consiste en hacer un uso perfecto de un medio imperfecto. Ningún artista desea probar nada.
El artista no tiene preferencias morales. Una preferencia moral en un artista es un imperdonable amaneramiento de estilo.
Ningún artista es morboso.
El artista está capacitado para expresarlo todo.
Pensamiento y lenguaje son los instrumentos de su arte. El vicio y la virtud son los materiales del artista. Desde el punto de vista de la forma, el modelo de todas las artes es el arte del músico. Desde el punto de vista del sentimiento, el modelo es el talento del actor.
Todo arte es a la vez superficie y símbolo.
Quienes profundizan, sin contentarse con la superficie, se exponen a las consecuencias. Quienes penetran en el símbolo se exponen a las consecuencias.
Lo que en realidad refleja el arte es al espectador y no la vida.
La diversidad de opiniones sobre una obra de arte muestra que esa obra es nueva, compleja y que está viva. Cuando los críticos disienten, el artista está de acuerdo consigo mismo.
A un hombre le podemos perdonar que haga algo útil siempre que no lo admire. La única excusa para hacer una cosa inútil es admirarla infinitamente.
Todo arte es completamente inútil.
Oscar Wilde
fragmentos del prólogo de "El retrato de Dorian Gray"