Wednesday, April 01, 2009

Las bicicletas son para el verano



-Y mamá...
que estaba tan contenta porque había llegado la Paz.


-Es que no ha llegado la Paz, Luis. Ha llegado la Victoria.




-La escena de las lentejas-
Interior - día - comedor

LUIS: Oye, Dolores,
¿por qué no planteamos eso que me has dicho?

DOLORES: No sé, Luis, no sé, me da vergüenza.
LUIS: Pues no te la ha dado decírmelo a mí.
DOLORES: Veréis, hijos, ahora que no está tu marido, hija, y perdóname Manolita, pero... supongo que habréis notado que cada día traigo menos comida a la mesa.

LUISITO: Sí, ayer habían muy pocas lentejas,
pero no me extraña, cada vez hay menos comida.

LUIS: Pero la ración que dan con la cartilla es siempre la misma, ¿no? Tu madre pone siempre en la cacerola la misma cantidad, y sin embargo, como tú acabas de decir, en la sopera cada vez hay menos.
MANOLITA: ¿Qué quieres decir con eso mamá?
¿Qué quieres decir con eso de que mi marido no está?

DOLORES: Pues que como su madre entra y sale constantemente de esta casa, y la pobre mujer está como todos muerta de hambre, yo no sé si, de vez en cuando, no... mete la cuchara en la cacerola.
MANOLITA: ¡Mamá!
DOLORES: El hambre, hija, el hambre.
La verdad es que las lentejas desaparecen.

LUIS: Bueno, decid la verdad, ¿eh?, lo que creáis, pero sin miedo alguno, porque a mí no me importa nada soltarle a la pelma cuatro frescas, porque ya está bien de que encima la sentemos todos los días a nuestra mesa...
MANOLITA: Aporta lo de su cartilla.
DOLORES: ¡Faltaría más!
LUIS: Muy bien, aporta lo de su cartilla, y nosotros tenemos lo de nuestras cartillas, más el suministro que nos dan a Luisito y a mí en la oficina, y tú además comes todos los días con los vales que te dan en el teatro.
Y si encima viene a meter la cuchara en la cacerola...

LUISITO: Mamá, yo, uno o dos días, al pasar por la cocina, tenía tanta hambre... que lo que tú ponías en la mesa... yo cogía una cucharada y... pero una cucharadita muy pequeña, uno o dos días nada más, una cucharadita muy muy pequeña...
DOLORES: No, hijo, no, una cucharadita no puede notarse.
No, Luisito.

LUIS: Pero tú, al probar las lentejas cuando las estás haciendo también te tomas una cucharada, ¿no?
DOLORES: ¿Y eso qué tiene que ver? ¡Tengo que probarlas!
Lo hago con una cucharita de las de café.

LUIS: Claro, como ésas ya no valen para nada...
DOLORES: Manolita, ¿Hija, qué te pasa?
MANOLITA: Soy yo, soy yo, no le echéis la culpa a esa infeliz. Todos los días, antes de irme a comer, paso por la cocina, y me tomo una o dos cucharadas. Pero sólo una o dos. No pensé que pudiera notarse. Pero no lo hago por mí, os lo juro.
Lo hago por el niño... Estoy seca, mamá, estoy secaaa...

DOLORES: Hija mía...
MANOLITA: El otro día le robé el pan al que comía a mi lado y era un compañero, mamá, un compañero.
Menuda bronca se armó entre el camarero y él.

DOLORES: Hija, hija...
LUIS: Bueno, mea culpa, eh, mea culpa, mea culpa. Yo, como soy el ser más inteligente de esta casa, prerrogativa de mi sexo y de mi edad, hace tiempo que comprendí que una cucharada de lentejas entre seis platos no podría perjudicar a nadie. Así que desde hace un mes aproximadamente, sea lo que sea lo que haya en el puchero, lentejas, garbanzos mondos y lirondos, arroz con chirlas, o agua con sospechas de bacalao, yo, con la excusa de ir a hacer mis necesidades, me meto en la cocina, invisible y fugaz como Arsenio Lupín. Y me tomo una cucharada...
DOLORES: Os dais cuenta, ¡tres cucharadas!
LUIS: Claro, y la tuya cuatro, Dolores,
y dos de Julio y su madre, seis.

MANOLITA: ¿Julio y su madre?
LUIS: Claro, son tontos pero el hambre aguza el ingenio. Contabiliza, contabiliza. Siete cucharadas, porque Manolita también se toma la del niño.
DOLORES : ¡Siete cucharadas!
Pero si es todo lo que pongo en la tacilla. Si no dan para más.

LUIS: Pero no lloréis por favor. Pero no lloréis, pero qué más da, pero si no pasa nada, si ya lo dice la radio, no pasa nada.
Pero qué más da que nos tomemos las lentejas en la cocina o que nos las tomemos en el comedor. Nosotros somos los mismos. Las cucharadas son siempre las mismas.

MANOLITA: Qué vergüenza, papá, ¡qué vergüenza!
LUIS: No, Manolita, no, qué vergüenza, no. ...¡Qué hambre!
DOLORES: ¡Que llegue la paz, que llegue la paz!
Si no, vamos a comernos unos a otros...

LUIS: Si las potencias democráticas hubieran ayudado, hace dos años que esto estaría liquidado.
DOLORES: Si los revolucionarios no hubieran hecho tantas barbaridades al principio.
LUIS: Sí, coño, ¿pero quién tenía razón?
DOLORES: ¡No lo sé! No lo sé...
LUIS: ¡Yo sí que lo sé!
DOLORES: Tú que nunca has tenido ideas políticas, y ahora... que está todo perdido...
LUIS: ¡Sí que las tenía! Sí que las tenía, pero me tomé una tregua, hasta que éste creciera. Yo quería ser Máximo Gorki.
adaptación obra de Fernando Fernán-Gómez


1 de abril de 1939.
Sabe Dios cuándo habrá otro verano...

40 años de franquismo. 30 años de una "libertad sin ira", y silencio, porque desde donde veníamos cualquier cosa nos parecía infinitamente mejor. Todo nos venía bien. Pero ahora, los mismos de antes, los mismos de siempre (con Rouco Varela a la cabeza), nos piden que olvidemos, ...que continuemos en silencio sin poder desenterrar a los muertos, a nuestros muertos.
"Nadie puede devolverles la vida,
pero podemos evitar que los vuelvan a matar
...con el olvido"

11 comments:

Vulcano Lover said...

Es más que horrible, senses... es maquiavélico. Es más, pienso que esto siempre estuvo preparado para ser así, y que sin duda en la transición, en los famosos pactos de la moncloa, de alguna forma se estuvo de acuerdo en que así fuera (la indiferencia oficial que, una vez aprobada, crea la ley de memoria histórica en el PSOE, así lo demuestra)... Algún día te contaré, tengo amigos documentalistas, y me cuentan de los documentos que aún no se pueden consultar...
Cuando se levante el velo, senses, ya nadie que pudiera haberlo vivido estará vivo. Y diremos... qué terrible, qué horror... Y se escribirán más libros, y se harán más películas... pero la dignidad de muchos estará ya anulada para siempre... terrible, pero así será...

pon said...

Ya sabes lo que pienso al respecto. Me parece indisgnante, es que no tengo palabras para expresar el horror del olvido. Es alucinante que en este país aplaudamos como locos cada vez que Garzón denuncia a Pinochet, Guantánamo o Milosevic y no seamos capaces de ponerlo nombre y nombres al horror que nosotros mismos producimos. Si en Alemania fue genocidio, qué fue en España??? Si en Chile fueron asesinos, aquí qué fueron??? Si en la URSS hubo campos de concentración, qué hubo aquí???
Trabajos forzados, fusilamientos indiscriminados, asesinatos en masa, encarcelamientos de menores y ancianos, secuestro de hijos de republicanas, cambios de identidades, entierros clandestinos, fosas comunes, maquis, huídos, defenestrados, topos, rapadas, perseguidos.......nadie habla de ellos, nadie se acuerda de lo que pasó, nadie quiere ponerle nombre, nadie quiere decir quienes fueron y porqué y cuándo y cómo.......qué fácil es apagar la luz. Y qué enorme vergüenza tenemos que soportar por no decir las cosas claras y ponerlas en su sitio.

A Franco le salió perfecta la jugada: atado y bien atado, tapado y bien tapado. Cuántos armarios supo echarnos encima hasta quién sabe cuándo.

Sobre la Iglesia Católica, es que ni empiezo. La podredumbre me da mucho asco.

CRISTINA said...

Lo malo es que todavía haya gente que no quiera ver, que no quiera entender, que justifique lo injustificable.
No me refiero a los fachas de toda la vida, en ellos es normal...aún recuerdo la última que se montó por aquí con este tema y cómo coleó por otros blogs y con qué empeño se intentaba defender lo indefendible y cómo tú eras atacado a lo bestia y cómo otros permanecían algo así como neutrales...
Todo eso me asusta, porque a veces oyes cosas muy fuertes de personas jóvenes, cultas, se supone que con otra mentalidad y otro mundo en la cabeza, que siguen justificando el inicio de la guerra (como si una guerra pudiese tener alguna justificación), que siguen sin reconocer que con todos los atropellos que hubo, hubo muchos más en un lado que en el otro, que siguen sin entender que alguién quiera encontrar a sus muertos y saber qué fué de ellos, que se empeñan en decir que todo eso es abrir heridas, cuando como escribió Vulcano en un post mío, se habla de heridas que nunca jamás se llegaron a cerrar.
Muy triste, todo.

Besos.

El Deme said...

Lo triste de todo es que los que tienen cosas que contar ya son personas mayores y el olvido va a ser irreparable. Por eso aplaudo los documentales y el intento más o menos bien intencionado (Las 13 rosas) de devolver a la luz y al recuerdo todos aquellos tristes años.
(Asier Etxeandía en Hamlet hace de Espectro, el Padre que se le aparece al Príncipe; como es una obra muy larga, justo en el momento que llegan los actores a la corte de Dinamarca hay un descanso, entonces se pasa a la cafetería del teatro y Asier canta en plan rockero y glam total, solo y también con coro de Rosencrantz y Guildenstern, para señalar al verdadero asesino del rey...)

senses and nonsenses said...

No, por favor!!!
no quisiera reabrir heridas, ni otro debate sobre las dos españas, que quedé exhausto... cada uno y cada cual ya sabe de qué pie cojea. las heridas no se cerrarán hasta que se abran todas las fosas comunes, por lo menos...
para nuestra generación ya sólo son cicatrices, pero tendremos que ser la memoria para generaciones siguientes, para que la historia de estos hombres y mujeres no caiga en el (horror del) olvido.

cierto, tibio-tibio, con lo contentos que estábamos con la ley de memoria histórica, y nuestro gozo en un pozo... (mi fosa no toca ahora, y en otra cercana que se habían iniciado las obras, parece que se ha parado, según me cuentan).
...pero es un principio, esperanzador, como tb el auto de Garzón, que no sé si servirá para hacer algo de justicia, pero yo p.e. he sabido ahora de los secuestros de hijos de familias republicanas, como durante las dictaduras argentinas y chilenas. no tenía ni idea! sabía de los niños de las inclusas, todos huérfanos a causa de la guerra, pero este último capítulo me tiene completamente escandalizado.

el "todo queda atado, y bien atado", o tb el "mejor una espaÑacoÑo, roja, que una españa rota" siguen TAN vigentes...
jo, esto de levantar el velo (y el veto) va lento, pero yo creo que imparable.

Anonymous said...

Y los niñitos del hipercor, con sus bracitos amputaditos, y sus manitas amputaditas y todo eso?? Más tortura imposible... Nunca nadie habla de ello...cuando habrá justicia para ellos???

pon said...

Son cicatrices, pero tiran cuando doblas el codo y duelen cuando vienen lluvias.

senses and nonsenses said...

Anonymous, pues ya lo has dicho tú. (aunque esa sintaxis... bueno, y el indiscreto chivato del blog).
es que, mira, no tiene nada que ver. y aunque las comparaciones, particularmente ésta, me parece asquerodiosa, te diré que las víctimas del hipercor pudieron ser enterradas, homenajeadas, indemnizadas, nunca lo suficiente, los asesinos juzgados y condenados, nunca lo suficiente, y VOZ en los medios, con heroína incluida.
las víctimas a las que pretendo homenajear en la segunda parte del post siguen en las cunetas... las víctimas de las que se habla en la primera parte: el miedo, el hambre, el silencio..., fuimos todos. y lo seguiremos siendo hasta que no se abra todo lo que haya que abrir, la última fosa, armario, archivo, lo que sea.

...que si no, las cicatrices pican, y duelen.

Javier said...

La vida te gasta, te gasta no sólo por fuera, también por dentro, y vas dejando pasar las cosas, hoy una mañana otra, y vamos callando y sumando silencios, como e esas lentejas, cucharadita a cucharadita vamos haciendo dejación de lo que es nuestro, y cuando queremos darnos cuenta ya no hay solución, porque hemos perdido nuestra integridad, a duras penas reconocemos nuestro reflejo y empezamos a desvanecernos como sombras tristes y desilusionadas, pero adaptadas y convenientemente amordazadas.

Justo said...

Antes que en el cine, tuvo mucho éxito en el teatro, recuerdo. No recuerdo bien toda la película, pero sí el aroma que me dejó.

(Yo soy muy de la transición, creo que en ese momento era lo que se podía hacer y se estuvo a la altura. Al mismo tiempo defiendo la necesidad de que se ponga fin de una vez por todas a la sensación de dolor tan grande que muchas personas mantienen, el reconocimiento de todo lo que pasó en cada lugar, que se den los pasos necesarios para que la dignidad prevalezca por doquier).

Rafael del Barco Carreras said...

EL JUEZ GARZÓN Y GUANTÁNAMO.


Rafael del Barco Carreras


Abril 2009. Para quien ha pasado TRES AÑOS en La Modelo de Barcelona, 1980-3, que un juez español investigue GUANTÁNAMO, ya no es que sea una ininteligible falacia, que merece profundos estudios psiquiátricos o sicológicos, a la par que sociales e históricos… por el olvido colectivo de una perversión propia de las peores cárceles del TERCER o ningún Mundo.

Garzón podría citar a todos los vecinos de unos 50 años de edad de alrededor del tétrico edificio que muchas noches, en masa, salieron al balcón gritando “asesinos, asesinos…” por los alaridos de los encadenados en LOS SÓTANOS DE LA QUINTA GALERÍA, perfectamente audibles. O consultar varios sumarios con “muertos”, verdaderos “asesinatos”, y como aun vivirán familiares y denunciantes… interrogar. !Qué ni han prescrito y sin alcanzarles la injusta Ley de "borrón y cuenta nueva"!

Él disfrutaría, porque en este sumario, no debería dictar un auto pidiendo la partida de defunción de FRANCO (habían pasado cinco años de su muerte), y aunque hayan muerto varios, el director CAMACHO (una verdadera bestia), viven de los que borrachos en sus guardias nocturnas se divertían torturando. Inmensas palizas…con muertos. En Barcelona eso lo saben todos los JUECES Y FISCALES de entonces, pero no buscan Guantánamos para montar numeritos… con olvidarse de lo sobreseído y archivado, basta. Preguntar al Presidente actual de la Audiencia, José Luis Barrera Cogollos, digno sucesor del de entonces Alfonso Hernández Pardo, con quien compartió Tribunal ESPECIAL (montado solo para ese caso "jueces contaminados") en el Juicio por el Consorcio de la Zona Franca, donde se me condeno a esos tres años pasados en prisión.

Las imágenes que tanto se han difundido de las especiales prisiones americanas son “infantiles” comparadas con lo que he vivido y visto… en una prisión rodeada de una CIUDAD que ya había votado PROGRESISMO SOCIALISTA, y que poco le importaba si allí había inocentes (que por las habituales torturas y sistema judicial los había muchos) o terroristas con decenas de muertos. 2.600 hacinados, y ríanse del “Expreso del medianoche”.

En www.lagrancorrupcion.blogspot.com reproduzco las páginas de “Barcelona, 30 años de corrupción” para refrescar la memoria con el propio relato del primer juez de Vigilancia Penitenciaria en Barcelona, el otrora gran amigo de Garzón, Gómez de Liaño, preguntándose que fue de aquellas denuncias.

Podríamos también preguntarle por los restos de LASA Y ZABALA que sacó del armario cuando le convino para sus elucubraciones y ambiciones políticas.