23 de abril, día del libro.
La última novela de Lorenzo Silva, El blog del inquisidor, ha sido mi elección para celebrarlo, un relato que combina la novela histórica, tan de moda ahora, con las nuevas herramientas de comunicación, como son los chats, e-mails, y sobre todo los blogs, de los que todos nosotros, unos más otros menos, somos bastante adictos. A mí, por ello me lo han regalado, me temo.
El argumento de la novela es el encuentro en Internet de una historiadora, que prepara una tesis doctoral sobre el Tribunal del Santo Oficio en España, con el enigmático dueño de un blog que encuentra por casualidad y que llama su atención, Cuaderno del Inquisidor. En él se relatan los sucesos ocurridos en un convento durante el s.XVII, donde se inicia un proceso inquisitorial contra unas monjas acusadas de herejía; proceso en el que parece haber participado el autor del blog interrogando a los acusados.
La Inquisición, incluso las nuevas tecnologías y cómo han transformado éstas nuestra forma de comunicar y comunicarnos, son tan sólo la excusa para el retrato de dos soledades, o una, la nuestra desde nuestra propia habitación, ante un papel en blanco, ...o ante la pantalla del ordenador.
La última novela de Lorenzo Silva, El blog del inquisidor, ha sido mi elección para celebrarlo, un relato que combina la novela histórica, tan de moda ahora, con las nuevas herramientas de comunicación, como son los chats, e-mails, y sobre todo los blogs, de los que todos nosotros, unos más otros menos, somos bastante adictos. A mí, por ello me lo han regalado, me temo.
El argumento de la novela es el encuentro en Internet de una historiadora, que prepara una tesis doctoral sobre el Tribunal del Santo Oficio en España, con el enigmático dueño de un blog que encuentra por casualidad y que llama su atención, Cuaderno del Inquisidor. En él se relatan los sucesos ocurridos en un convento durante el s.XVII, donde se inicia un proceso inquisitorial contra unas monjas acusadas de herejía; proceso en el que parece haber participado el autor del blog interrogando a los acusados.
La Inquisición, incluso las nuevas tecnologías y cómo han transformado éstas nuestra forma de comunicar y comunicarnos, son tan sólo la excusa para el retrato de dos soledades, o una, la nuestra desde nuestra propia habitación, ante un papel en blanco, ...o ante la pantalla del ordenador.
Hace ya dos semanas que no sé nada del Inquisidor. Aunque también podría decir que en realidad hace cinco meses, el tiempo que ha transcurrido desde que me lo tropecé por vez primera, que no sé nada de él. Nunca vi su rostro, ni oí su voz. No podría asegurar que es un hombre, ni siquiera que exista, en la forma en que convencionalmente existen las personas. Y sin embargo, haberlo perdido, el solo pensamiento de que así sea, convierte mi existencia convencionalmente irrefutable en algo inerte y sin objeto. En estos cinco meses, descubro ahora, me había habituado a ser para él. El viejo y pueril error que hace años, cuando el primer descalabro, me juré que la hija de mi madre jamás se volvería a permitir.
...Tardé mucho en aceptar que debía comprometerme a algo contigo. Pero cuando lo hice, fue con el convencimiento de que tenía sentido y lo podía cumplir. Y ese convencimiento, por eso estoy aquí ahora, no me ha abandonado.
Así que hago esto para ti, pero lo hago también por mí. Y no te engaño, me siento raro, porque en el fondo no sé quién eres, porque nunca nos hemos mirado a los ojos ni estoy seguro de que me conviniera conocerte. De he hecho, creo que en este momento estoy decidiendo, por si había alguna remota posibilidad, que nunca te conoceré. Eso es lo que me permite hacer contigo lo que no hago con nadie. Hablar directamente de mí.
Busqué una historia ajena porque no tengo la naturalidad que tú tienes para hablar de mis propias cosas. Un día me dijiste que eso quería decir que me avergonzaba de lo que había sido o había hecho y no te lo negué. Es una de las razones que me mueven a ser reservado con lo que a mí se refiere y a preferir ocuparme de las andanzas de otros. Pero no la única. Quizá tampoco la principal. Podríamos discutir qué sentido tiene contar una historia: mal mirado no es más que gastar o perder el tiempo, limitado, que podemos destinar a vivir. Pero el hecho es que las contamos, y dejamos que nos las cuenten, una y otra vez; y ya que este acto parece resultarnos ineludible, debemos encontrar la manera de hacerlo provechoso. Como consumidores de historias, escoger aquellas que nos enriquezcan, por estimulantes, por emocionantes, por iluminadoras. Como narradores, contar aquellas que podamos enriquecer, y con las que podamos enriquecer a los demás y a nosotros mismos. Por eso, justamente, me abstengo de contar mi historia.
Si tiene algún sentido contarla, extremo que antes habría que resolver, creo que no soy yo quien debe hacerlo. Disto mucho de ser el narrador que le aportaría esa consistencia que a una historia cabe exigirle: me sobrepasa, no termino de entenderla, y cada vez que la recuerdo la degrado un poco. Podría intentarlo, si algún día estuviera fuera de mí. Entretanto, renuncio: que me cuente otro, cualquiera de los que han tenido noticia de mi paso por la Tierra. Tú misma, si te apetece. Lo harías bien, seguro...
Yo me creí capaz de ponerle alma a la historia de Teresa Valle. El alma, la verdad y la coherencia que no podía ponerle a mi propia historia...
Así que hago esto para ti, pero lo hago también por mí. Y no te engaño, me siento raro, porque en el fondo no sé quién eres, porque nunca nos hemos mirado a los ojos ni estoy seguro de que me conviniera conocerte. De he hecho, creo que en este momento estoy decidiendo, por si había alguna remota posibilidad, que nunca te conoceré. Eso es lo que me permite hacer contigo lo que no hago con nadie. Hablar directamente de mí.
Busqué una historia ajena porque no tengo la naturalidad que tú tienes para hablar de mis propias cosas. Un día me dijiste que eso quería decir que me avergonzaba de lo que había sido o había hecho y no te lo negué. Es una de las razones que me mueven a ser reservado con lo que a mí se refiere y a preferir ocuparme de las andanzas de otros. Pero no la única. Quizá tampoco la principal. Podríamos discutir qué sentido tiene contar una historia: mal mirado no es más que gastar o perder el tiempo, limitado, que podemos destinar a vivir. Pero el hecho es que las contamos, y dejamos que nos las cuenten, una y otra vez; y ya que este acto parece resultarnos ineludible, debemos encontrar la manera de hacerlo provechoso. Como consumidores de historias, escoger aquellas que nos enriquezcan, por estimulantes, por emocionantes, por iluminadoras. Como narradores, contar aquellas que podamos enriquecer, y con las que podamos enriquecer a los demás y a nosotros mismos. Por eso, justamente, me abstengo de contar mi historia.
Si tiene algún sentido contarla, extremo que antes habría que resolver, creo que no soy yo quien debe hacerlo. Disto mucho de ser el narrador que le aportaría esa consistencia que a una historia cabe exigirle: me sobrepasa, no termino de entenderla, y cada vez que la recuerdo la degrado un poco. Podría intentarlo, si algún día estuviera fuera de mí. Entretanto, renuncio: que me cuente otro, cualquiera de los que han tenido noticia de mi paso por la Tierra. Tú misma, si te apetece. Lo harías bien, seguro...
Yo me creí capaz de ponerle alma a la historia de Teresa Valle. El alma, la verdad y la coherencia que no podía ponerle a mi propia historia...
15 comments:
1:feliz día del libro!!!
2: has leido la conversación de Camps con "el bigotes"??? "hola, amiguito del alma", "tenemos que vernos tranquilamente para hablar de lo nuestro, que me encanta", "te sigo queriendo, y yo a ti también..." sabía que en el ambiente valenciano se decía que estos dos tienen pluma, pero no esperaba esto...
3: conoces esta página?
we are hauntedse supone que tiene "registrados" blogs musicales, radios, twitter y diversas redes sociales y CADA DÍA pone la lista de las 99 canciones más escuchadas en internet, y se pueden escuchar todas. Por lo que he visto creo que te molará.
1 abrazo.
El ordenador (y el tiempo que pasamos delante de él) es el nuevo Inquisidor de nuestros días. Nos chupa la sangre y nos endurece el culo, nos frena nuestras actividades físicas, no nos deja leer más o ver películas más o pasear más o hablar con los amigos más. Es como una cárcel (de lujo, por que pone el mundo a nuestros pies). Te odio, ordenador.
buena recomendación, sutil condena...
¡¡Cuánta miga tiene este post!!
Y parece inocente, casual...
Pero qué listo eres, Senses, qué sutil, qué bien llevado y traído todo.
Besos.
Parece que en cierta medida coincidimos, ya que yo me he decantado por el libro de Javier Cercas, "Anatomía de un instante", así que la revisión histórica está en el aire.
'El Comentario del Inquisidor'
Estimado Senses: porque te puedo llamar 'estimado', no?
Tampoco te conozco ( sin embargo a 'Vulcano' un poco más JE!) pero se te extraña cuando uno no lee tus reportes y eso es lo que me pasó estos cuantos dias que estuve fuera de casa y por ende sin conectarme al cyberespacio ...
Gracias por tu recomendación, como siempre, el libro me ha parecido super interesante. El 22 de abril fué el dia del Libro? por qué? sólo en España o fué tambien en todo el mundo? Sabias que ese dia fué inclusive el Dia Internacional del Planeta?
Creo que internet es solo una formidable herramienta, si uno tiene una personalidad 'adictiva' se puede convertir en una obsesión, pero sino, es eso: una fantástica herramienta revolucionaria ... pero me sigo quedando con el mundo ahí fuera: nada es comparado con la frescura del viento acariciando nuestra piel, nada !
A Bientôt mon ami!
Hablemos de nuestras cosas directa o figuradamente, los blogueros vamos dejando nuestro rastro vital en la red, un rastro que casi siempre es a nosotros mismos a quien más interesa.. pero cuando se produce una o varias conexiones con otro cibernauta en el espacio, es un milagro, no inferior al de la vida real.
(¿Merece la pena dejarse tanto tiempo aquí, que restamos de otras actividades? No lo sé, pero quizá sí, porque en muchos casos es la televisión la que queda relegada. Y no hay color entre uno y otra).
De Lorenzo Silva tengo La flaqueza del bolchevique, aunque aún no la leí (el tiempo se me pasa en el ordenador, jaja..); la película me gustó mucho.
Un abrazo dominguero, buena semana
Dadme una máscara y os diré la verdad...
óscar WILDE.
qué bonito texto, con máscara, pero la cosa es que van pasando los días y no te escribo porque no te escribí y... son esos absurdos círculos a los que tengo tendencia... "si total... ni se habrá dado cuenta que no le escribo..."
Besos de tengo que arreglar los enlaces para que no pase el tiempo que siempre sigue pasando
Me lo pillo ya mismo.
Yo ya no pienso en esto del internet, lo disfruto y punto.
Ya me lo he pillado, ya te contaré.
Besus.
espero que te guste.
ya me contarás,
o si se anima alguien más...
(se lee enseguida)
a mí sí me ha servido para re-pensar algunas cosas sobre esto de internet...
Gus, el 23 de abril es el día internacional del libro. la excusa elegida, así lo aprendí yo, es el aniversario del fallecimiento de Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de la Vega, todos ellos en 1616. la idea sí que debe nacer en españa, pero desde los años 60 se celebra en todos los países de lengua castellana (y portuguesa). y desde 1996, es el Día Mundial del Libro, según la UNESCO. puedes encontrar fácilmente más información en google.
Cristina, aunque es cierto que los últimos posts con-forman un todo, o al menos un estado de ánimo, es posible que aquí sobreinterpretes un poco. ...que blogueros (y virtuales) al fin y al cabo somos todos. ¡andaqueno!pero me lees muy bien...
ni inocente, ni casual. la canción de Incubus tiene mucho más que ver con mis desahogos. ;-P)
Ant, no más absurdos que los míos. te lo aseguro.
estabas tan entretenido jugando que yo pensé algo muy parecido.
gracias por vuestros comentarios.
besos. besos. besos.
"En este delirio supremo del ego que supone la posibilidad de exposición universal de todos y cada uno de nosotros, el propio artefacto que hemos construido para llevar al límite nuestro conocimiento nos muestra en toda su magnitud el error evolutivo que somos. Nuestro caso recuerda al de los dinosaurios. Ellos se hicieron demasiado grandes. Nosotros hemos generado demasiada capacidad de cálculo; de producir y procesar información. Y nos disolvemos en las dimensiones apoteósicas de nuestro propio logro".
Lorenzo Silva
Resulta paradógico que en la era de la comunicación cada vez tenemos mas contacto con alguien que no conoces y ni siquiera sabes como es que con el vecino o algunos amigos.
Me quedo con las cosas que me aportan algo y me enriquecen... cada día pongo menos la tele y paso mas horas delante del pc... de hecho tengo 2 y una tele, así que quedan claras las prioridades.
Saludos Senses.
huh... luv this post ))
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