Cary Grant (18.ene.1904-29.nov.1986)
"podría actuar con un huevo podrido en la cara
y seguir pareciendo tan fascinante como siempre"
Alfred Hitchcok
Si hay una película esencial en mi más tierna infancia, culpable de mi irremediable cinefilia, esa es
La fiera de mi niña. Con Katherine Hepburn, el flechazo fue inmediato, y permanece intacto hasta hoy. Con Cary Grant fue poco a poco, película a película, (porque le fui infiel con muchos otros), pero seguramente es el actor que mejor me lo ha hecho pasar de toda la historia del cine. El más carismático, divertido, irónico... Sin él la comedia americana hubiera sido otra cosa. Guapo, más que atlético, con una sonrisa pícara. Además, considerado por todos como el hombre más elegante que ha dado la gran pantalla. Era un seductor, gustaba lo mismo a mujeres como hombres. Su descubridora Mae West decía que compaginaba la virilidad masculina con el aura de un caballero. Para Ian Fleming era el James Bond perfecto, escribió su famoso personaje teniendo la imagen de Grant en mente; incluso se lo ofrecieron en 1962, pero lo rechazó porque se veía muy mayor para el papel.
Sin embargo, nadie podría imaginar que la infancia de este poderoso
dandy fuera más propia de un cuento de Dickens que de una estrella de Hollywood. Archie Alexander Leach nació en un barrio humilde de Inglaterra. Con sólo 9 años, un hecho marcaría su infancia, su madre fue recluida en un psiquiátrico; y aunque se lo ocultaron y no fue consciente hasta años después, creció pensando que su madre le había abandonado.
Con 14 años abandona el colegio y a su familia y se une a una compañía de
music-hall, con 16 años viaja con ellos de gira por los Estados Unidos, y al regresar la compañía, él se queda para probar fortuna en el mundo del espectáculo. Su primer trabajo fue como bufón en el hipódromo de Nueva York, después hombre anuncio, acróbata sobre zancos, acompañante de damas adineradas (con las que aprendió a ser elegante y perder su fuerte acento), y otros trabajos esporádicos hasta que le llegó una oportunidad en Broadway. Allí cantó, bailó, hizo acrobacias, hasta que se presentó a un casting de la Paramount que buscaba caras nuevas que le cambió la vida.
"Traíganme a ese bombón que desperdiciaron
en la película de Marlene, Cary no-sé-qué.
Lo voy a hacer famoso y ganaremos unos miles" Mae West
En 1931 se instala en Hollywood. La Paramount lo contrata por cinco años. Allí comienza a hacer sus primeros papeles y cambia su nombre por el más artístico de Cary Grant. Marlene Dietrich se fijó en él para
La Venus Rubia, pero fue la otra gran
femme fatale de la época, Mae West, la que supo ver las enormes posibilidades que tenía este chico de rostro tan masculino. Juntos filmaron
Lady Lou y
No soy un ángel, con las que empezó a hacerse un nombre en Hollywood.
"I just went gay all of a sudden"
Bringing Up Baby (1938) Su primera gran pareja cinematográfica fue Katherine Hepburn, con la que haría su primera película importante,
La gran aventura de Sylvia. Mención especial merece
La pícara puritana, con Irene Dunne, película que estuvo a punto de no rodar porque no encontraba sentido al argumento. A partir de aquí empezarían a ofrecerle papeles protagonistas, convirtiéndose en el galán de comedias de moda, y su carrera desde este momento es imparable. Con la gran Hepburn hizo además dos comedias inolvidables,
Historias de Filadelfia, ganadora del Oscar de 1940, y la ya citada,
La fiera de mi niña.
Como curiosidad, en
La fiera de mi niña es la primera vez que se utiliza en el cine la palabra gay con el significado de homosexual, en una escena divertidísima en la que Cary Grant aparece vestido con una bata de volantes. No sería la única vez: también se vestiría con ropa de mujer en el film
I Was a Male War Bride.
En la década de los 40, ya toda una estrella, se convirtió en el actor predilecto de grandes directores como Hawks, Hitchcok, o Stanley Donen, con quien al final de su carrera formó productora y rodaron juntos tres películas. Tiene interpretaciones inolvidables: siempre impecable, se agradece su sola presencia en la pantalla. Además de las ya citadas, destacaría al piloto de
Sólo los ángeles tienes alas, el periodista de
Luna Nueva, la espléndida
Arsénico por compasión,
Los Blandings ya tienen casa (en la foto, ...la cito porque, aunque menor, es deliciosa, es como
Esta casa es una ruina, pero en buena). Y al final de su carrera, repite con Ingrid Bergman en
Indiscreta; y
Charada, también de Donen, con Audrey Hepburn.
Con Hitchcock rodó cuatro películas:
Sospecha,
Encadenados, en la década de los 40; y en los 50,
Atrapa a un ladrón, donde sir Alfred consciente del magnetismo que desprendían juntos Cary Grant y Grace Kelly les dejaba improvisar, como en la famosa escena por las carreteras de Mónaco, donde años después moría en accidente su íntima amiga. Y
Con la muerte en los talones, que supone su mayor éxito en taquilla. Tiene 56 años, pero sigue resultando muy atractivo: la actriz que hacía de su madre tenía un año menos que él.
A pesar de ser el mejor actor de la época dorada de Hollywood, tan sólo fue nominado al Oscar en dos ocasiones. La Academia, al darse cuenta de su injusticia, quiso paliar el error otorgándole uno honorífico en 1970 por el conjunto de su carrera. Una de las razones, por tener fama de ideas izquierdosas, tan sólo por el hecho de haber dado su apoyo público a Chaplin y apoyar a su gran amiga Ingrid Bergman, cuando ésta fue repudiada por Hollywood por su relación con el director Roberto Rossellini. Tampoco le perdonaron nunca que intentara mantener en todo momento el control sobre su carrera y su independencia.
En cuanto a su vida privada, se casó cinco veces, no se sabe muy bien si por presiones de los estudios, por acallar los continuos rumores de su sexualidad o por propia voluntad, pero hoy nadie parece poner en duda que el amor más importante de su vida fue el actor
Randolph Scott, otro actor emergente protegido del magnate Howard Hughes. A pesar de que ambos negaron siempre haber mantenido relaciones homosexuales. Aunque se dice que Scott lo admitió en la intimidad a algunas personas.
Como suele suceder con otras parejas de Hollywood, intimaron en la primera película que coincidieron,
Hot Saturday. Ninguno de los dos vivía en Hollywood, y decidieron alquilar juntos
esta casa en la playa (conocida como "Bachelor Hall") en Santa Mónica. El Hollywood puritano e hipócrita de los años 30 no podía tolerar una historia de amor homosexual entre dos estrellas ascendentes, y en mi opinión, se tuvieron que conformar con una historia al más puro estilo Brokeback Mountain, con muchas interrupciones a lo largo de sus vidas.
Entre matrimonios y divorcios vivieron juntos en esa casa casi doce años. Cada vez que uno de los dos contraía matrimonio se separaban temporalmente, pero tras el divorcio volvían al "pisito" de solteros que tenían en común. Así pasaría con su primera mujer, la actriz Virginia Cherrill, la florista ciega de
Luces de la ciudad, con quien se casó en 1934, y se divorció poco más de un año después, regresando a "Bachelor Hall". De hecho fue Virginia quien le abandonó, llegando a decir que "Archibald es muy monótono", y que prefería pasar más tiempo con su "amigo" Randolph que con ella misma. En 1936 sería Randolph Scott quien se casaría con la millonaria Marion Dupont, de quien terminaría divorciándose en 1939.
Le costó mucho aceptar rodar
Mi mujer favorita, la secuela de
La pícara purítana, de nuevo con Irene Dunne y, esta vez, con su amigo Randolph Scott, impuesto por el propio Grant a los estudios. (Scott estaba especializado en
westerns de serie B, de los que destacan los que rodó con
Budd Boetticher). En realidad, era que Grant lo extrañaba y quería verlo. Durante el rodaje, pasaron varias noches juntos en la casa de la playa, y hablaron de la posibilidad de volver a estar juntos. Otras versiones dicen que para Grant suponía el final: intentaba hacer algunos cambios en su vida privada y, tras este breve encuentro con Scott, se fue de la casa al finalizar el rodaje. Y ya nunca volvería a ella.
Aparece en su vida la rica heredera Barbara Hutton, y se casan en 1942. Tras la boda le vende su mitad de la famosa vivienda común. Aunque era más guapo que Scott, mejor actor y más famoso, con este matrimonio -como si de una competición se tratase- tenía la posibilidad de ganarle también en esto: Barbara Hutton era una mujer ultra-millonaria, aún más rica que la de Scott. Se divorciaron en 1945, pero siguieron siendo buenos amigos.
Si nos atenemos a todo lo que han dicho de él, nos encontraríamos con un personaje enigmático y contradictorio. Todas sus esposas ofrecen testimonios totalmente opuestos entre sí. Mientras la primera cuestionaba su sexualidad, su tercera esposa, la actriz Betsy Drake, dijo que:
"No tenía tiempo para pensar acerca de su homosexualidad, estábamos demasiado ocupados follando". Este fue su matrimonio más largo. Y con ella empezó a consumir LSD -para solucionar sus problemas con el alcohol- del que se convirtió en un gran defensor en los últimos años de su vida.
Su cuarto matrimonio fue con la actriz Dyan Cannon, 33 años más joven, duró 18 meses y tuvo a su única hija, con 62 años, con disputas sonadas sobre su custodia. Por último, se casa en 1981 con Barbara Harris, 47 años menor, matrimonio que dura hasta su muerte.
Randolph Scott, por otro lado, se casó en 1944
con Patricia Stillman, con quien vivió hasta el día de su muerte en 1987. No obstante, mantuvieron una estrecha amistad hasta el día que murió Grant, un año antes que Scott. Cuando se enteró de la noticia de la muerte de su viejo amigo, dicen que empezó a llorar con la cabeza puesta entre las manos.
Este reportaje fotográfico fue encargado por la Paramount (otras fuentes dicen que fueron ellos mismos) para zanjar los interminables chismorreos sobre la supuesta relación de dos de sus estrellas de una forma divertida y paródica. Una relación homosexual abierta en el moralista Hollywood de los años 30 hubiera acabado con sus carreras inmediatamente. Pero les salió el tiro por la culata. Donde se supone debía verse una amistad masculina entre dos jóvenes actores con éxito, se mostraban una serie de fotos en las que se les veía cocinar, desayunando, o en el gimnasio, que sólo sirvieron para acrecentar el rumor. Junto a la famosa foto de la piscina, se decía que
"la casa había adquirido justa fama por las fiestas nocturnas", que la productora se encargaba de llenar de jovencitas aspirantes a actrices; pero más parecía el típico reportaje para el
Hola tipo
Los Preysler nos enseñan su hogar.
El libro
Hollywood Babilonia sacó a la luz de nuevo este reportaje, y a partir de este momento, hay una ola de testimonios que ratifican que la relación existió, que otros califican como rumores. La historia que más me gusta, sea cierta o no, es que Grant y Scott fueron vistos besarse en un parking público cuando acudieron a una función social, y fue en 1960, casi 20 años después de dejar de vivir juntos. Es sorprendente lo que dice el fotógrafo
Jerome Zerbe, que los fotografió y pasó mucho tiempo con ellos, según cuenta participaban ocasionalmente en la escena gay del Hollywood de la época. Más de fiar son las declaraciones de George Cukor que, en el libro
Hollywood Gays, hace las siguientes declaraciones acerca de la supuesta relación homosexual entre ambos:
"Oh, Cary nunca hablaría de ello. A lo sumo, le dirán que hicieron algunas maravillosas fotos juntos. Pero sé que Randolph se lo contó a algún amigo".
«Todos los hombres quisieran ser Cary Grant»,
«Yo también», respondió él.En la actualidad ninguna biografía o libro que aborde el tema con seriedad niega la bisexualidad del actor. Aunque es difícil saber si son ciertos todos los rumores que corren sobre su vida privada. Cuando tenía 17 años vivía en un cutre apartamento de Nueva York, con Jack Nelly, un diseñador abiertamente homosexual, y Charlie Sprangels, un transformista de un popular club nocturno frecuentado por gays.
fuente.Entre los rumores sin confirmar se dice que tuvo un encuentro homosexual con Marlon Brando, y más de uno con
Howard Hugues. Tenía muchos amigos que entendían (George Cukor, el actor
William Haines, y el diseñador
Orry-Kelly con quien también mantuvo una relación). Se dice que frecuentaba ambientes y fiestas gay. Sin embargo, el bueno de Grant jamás se identificó a sí mismo como homosexual, ni bisexual tampoco. Tenía una imagen que mantener. Todas las biografías cuentan que se enamoró de Sofía Loren (y que tuvieron un
affaire, ja!) mientras rodaban en España
Orgullo y Pasión, sin embargo las malas lenguas dicen también que se quedó prendado de la galanura de Carlos Larrañaga, y que triunfó...
Rechazó el papel de Humbert en
Lolita de Stanley Kubrick por considerarla depravada, y en
Charada, dejó bien claro antes de rodar que, el personaje de Audrey Hepburn era el que debía estar atraído por su personaje, y no al revés, debido a la gran diferencia de edad que había entre ambos. Esto explica mucho de lo prisionero que era Archie de Cary Grant, personaje que hasta torpe debía rozar la perfección. En 1980, en una entrevista de TV, el cómico Chevy Chase bromeó acerca de la supuesta homosexualidad de Grant, y éste quiso demandarle ante los tribunales.
En un libro de Peter Bogdanovich también se queja de este incidente, e insiste en que él no era gay,
“No tengo nada contra los homosexuales, simplemente no soy uno de ellos”.
Su afición al LSD al final de su vida, hablaba de sus bondades a quien quisiera escucharle, y su empeño en conocer a Aldous Huxley, es otro de los aspectos fascinantes de su biografía que ahora mismo empiezo a investigar.