Beautiful Thing

Si fuera manchega mi madre sería la típica madre almodovariana. Mi madre es una mezcla de Chus Lampreave y Julieta Serrano en Matador, dos personajes antagónicos que mi madre es capaz de aunar en sí misma sin demasiadas contradicciones.
Pero la madre cinematográfica con la que más la he identificado siempre -respecto a su aceptación de mi sexualidad-, es con la de Trilogía de Nueva York.
Si fuera judía mi madre sería como Anne Bancroft. Aunque el nacionalcatolicismo le hizo el mismo daño. Mi salida del armario le pilló de imprevisto, y la mujer no pudo seguir el ritmo que yo imponía, que quería comerme... el mundo.
Pero mi madre favorita es Sandra (Linda Henry) de la tiernísima Beautiful Thing.
Si fuera camarera como ella en vez de peluquera igual hubiera sido más fácil (aunque no hay gays en su profesión ni nada). Amigos peluqueros gays, sí, su hijo gay, no (me dijo algo parecido).
Si fuera 20 años más joven, como Sandra, quizá hubiéramos solucionado el conflicto antes.
Tuvimos problemas muy parecidos a los que se ven en la película, pero ella nunca miró desafiante como una leona a todo el vecindario, dispuesta a saltar si alguno osara a decir algo de sus cachorros.
Me hubiera encantado pero nuestro proceso fue más lento. Hoy quiero felicitarla, porque es el día de la madre y porque, ya desde hace algunos años, ejerce orgullosa de hijo gay. Se acabaron los reproches mutuos. El clima social de los últimos años ha facilitado mucho las cosas. Y además, últimamente, no deja de sorprenderme: está muy militante. Cada vez se parece más a la madre protogay de Queer as folk. Mentira, tampoco hay que exagerar.

Beautiful Thing (Hettie MacDonald, 1996)

Una de las películas más bonitas sobre el despertar sexual. Todos los personajes son adorables. La pareja de adolescentes enamorados, la madre, el novio porreta de la madre, la amiga fan de Mama Kaas. Super recomendable. Y muy buen sabor de boca.