Thursday, May 29, 2008

Persona


Muchos han visto en Persona un ensayo sobre la identidad femenina.
E incluso la historia de una relación lésbica... Entre otras cosas, aborda cómo el ser humano, tras apropiarse de la conciencia de sí mismo, después de reflejarse en el río (mito de Narciso) y conocer su soledad y destino inexorables, pretende trascender mediante tres vías: el sexo, el arte y/o la religión –la creencia en un ente supremo y en la vida ultraterrena-.

Pero es imposible... cuestión ontológica (más que metafísica).
Y Bergman intenta explicarlo.
(Es difícil superar esta crítica de Rebeca Baceiredo,
pero también yo quería homenajear a esta obra maestra de Ingmar Bergman) que ha supuesto todo un mazazo en esta última revisión.



Todo son mentiras.
Son imitaciones.



En el teatro de la Grecia y Roma clásicas Persona era la máscara que los actores se ponían en las representaciones, y por extensión, el rol que interpretaban: entre unos pocos actores se repartían todos los papeles, la máscara indicaba al público el personaje que cada actor representaba en cada momento. En Psicología se emplea el mismo término para referirse al rol que cada uno desempeña en la sociedad, el lugar que se ocupa en la estructura social. Carl G. Jung, recurriendo a esta etimología, define a la persona como “máscara de la personalidad”, todo lo que el individuo aparenta (SER) ante los demás.




¿Crees que no lo entiendo? El sueño imposible de ser. No de parecer, sino de ser. Consciente en cada momento. Vigilante. Al mismo tiempo, el abismo entre lo que eres para los otros y para ti misma, el sentimiento de vértigo y el deseo constante de, al menos, estar expuesta, de ser analizada, diseccionada, quizás incluso aniquilada. Cada palabra una mentira, cada gesto una falsedad, cada sonrisa una mueca.
¿Suicidarse? ¡Oh, no! Eso es horrible. Tú no harías eso.
Pero puedes quedarte inmóvil y en silencio. Por lo menos así no mientes. Puedes encerrarte en ti misma, aislarte. Piensas que así no tendrás que desempeñar roles, ni poner caras, ni falsos gestos. Pero, ¿ves?, la realidad es atravesada. Tu escondite no es hermético. La vida se cuela por todas partes. Estás obligada a reaccionar. Nadie pregunta si es real o irreal, si tú eres verdadera o falsa. La pregunta sólo importa en el teatro. Y casi, ni allí siquiera.
Te entiendo, Elisabeth. Entiendo que estés en silencio, que estés inmóvil, que hayas situado esta falta de voluntad en un sistema fantástico. Te entiendo y te admiro. Creo que deberías mantener este papel hasta que se agote, hasta que deje de ser interesante. Entonces podrás dejarlo, igual que poco a poco fuiste dejando los demás papeles...



Y al principio fue el Caos. Luego llegó el Verbo para con-fundirlo todo.
Lo real: nacer, morir, ...y poco más, mientras tanto, todo lo demás, palabras e imágenes. En el prólogo, vemos algunas imágenes fundadoras: el sexo, la religión (o la espiritualidad), el horror de la guerra, la muerte: unas manos de un niño que juegan, unas manos que mueren: cadáveres de ancianos en un hospital, y en lo que parece el mismo espacio, un niño piensa, lee un libro, se siente observado y se gira hacia nosotros, espectadores que le miramos, ¿...e intenta tocarnos?
Y se hizo la luz, pero la luz aquí sale del propio mecanismo del proyector. El cine -como el teatro, o cualquier otro tipo de representación- es una mentira en busca de una verdad. Persona nos habla de la constante y obsesiva búsqueda de la identidad, de la inevitable subjetividad, y como tal, ofrece multitud de interpretaciones. Una actriz se queda muda en medio de una representación de Electra: algo le sobresalta, como si hubiera descubierto algo; el lenguaje, por voluntad propia, se suspende en el acto; y sin dudarlo, decide bajarse del escenario (del teatro de la vida).
Por un lado, se nos cuenta la historia de dos mujeres (O ¿acaso son Alma y Elisabeth las dos caras de una misma personalidad?): Alma, la enfermera que se encarga de cuidar de la actriz, que encuentra en El silencio de Elisabeth a la interlocutora perfecta. Con ella se siente comprendida, escuchada, como si fuera su "alma" gemela, hasta que lee una carta que no debía y descubre lo que en realidad piensa la actriz de ella. Primero hay un re-conocimiento mutuo, una empatía cada vez mayor, hasta que se rompe El espejo, por utilizar otros títulos bergmanianos, y se manifiesta la imposibilidad de la comunicación con el otro, la revelación de la más absoluta soledad. En ese momento, la película se rompe: el proyector parece estropearse y algunos fotogramas se queman, se interrumpe la narración. Hasta ahora Bergman había pretendido la identificación plena entre los personajes, y de los personajes con el espectador, pero de este modo quiere que recuperemos la consciencia de que somos espectadores de una representación.
Pero la película continúa, como continúa la vida. Y como en el cine, los límites entre lo real y lo imaginario son más difusos de lo que queremos creer. Algo que el director sueco se propuso hacer deliberadamente en algunas escenas: la actriz parece acudir por la noche a la habitación de Alma, pero ella sorprendida lo niega: ¿está mintiendo o se trata de un sueño de la enfermera?
Finalmente, cuando llega el marido ciego de Elisabeth confunde a su esposa con Alma, quien asume sin mucha dificultad el rol de la esposa y se hace pasar por la actriz. Sólo así, intercambiando los papeles, descubriremos los pensamientos más íntimos de Elisabeth: sobre su difícil parto, las contradicciones entre su deseo de maternidad y su culpabilidad por traer una nueva Persona a este mundo terrible, que le han conducido a una depresión nerviosa. ¿O es la propia Elisabeth sin Máscara la que nos lo está contando? Vemos de nuevo el proyector, la película se rompe otra vez. Fundido en negro.

El prólogo de Persona contiene todas las claves para entender la película.

16 comments:

Paxton Hernandez said...

No mames. Pinche películón.

Muchos saludos!

Vulcano Lover said...

Interesante, como siempre... A pesar de que llevo años en una fase pronunciada de simplificación de las cosas, por higiene vital. Esto me sobrepasa, mejor lo leo y lo dejo pasar :-p

Justo said...

La vi hace relativamente poco, Senses, hará unos cinco o seis años, en un reestreno. Es muy interesante todo lo que transcribes y lo que tú aportas: me pareció una película difícil, para ver sosegadamente -no problem, a mí me gustan de ese tipo, pero me quedé con la impresión de que no le había sacado el jugo, por eso me gusta lo que escribes, por si la vuelvo a ver -me gustaría ver en orden todas las pelis de Bergman-; y, aparte de todo, sí la vi muy audaz-.

El fotograma primero es ya un clásico. Como curiosidad petarda, Fangoria lo utilizó como portada en uno de los sencillos que regalaban por navidad a los fans cuando el club Fan Fatal: para una versión de "Más dura será la caída" con La Buena Vida, que les quedó muy bien.

Un beso, bon weekend

@ELBLOGDERIPLEY said...

Te has puesto de tesis de la Sorbonne, a ver qué comento, asténico y todo que sigo, desganado, pero Bergmaniano forever...
Curiosa película, inquietante. Sin ser mi favorita, pero me has dejado muerto con tu entrada. Mis favoritas son "El Séptimo sello" y "Fresas Salvajes"...Esta tal vez es la más enigmática. Con todo es extraordinaria...
Besotes.

JP said...

ya la voy a ver .
Me recomendaron hace poco " El huevo de la serpiente " y la ví.
Y también " La flauta mágica " , peroe sta no la había visto .
Después te digo .
Chauu

The Nuclear Messiah said...

DEJA VU?
COMO QUE YA HABIA ESTADO AQUI ANTES...

Casanova said...

Persona para mì es la pelìcula de la incomunicaciòn,y Almodòvar cuando escribiò el guiòn de Hable con ella,tuvo que pensar en Persona.A mì me encantò cuando la vi en su dìa,hace unos meses me empecè a comprar algunos DVD ,entre ellos,Gritos y Susurros,que es otra de mis favoritas ,juntos a ésta.

CRISTINA said...

Hubo un ciclo en La2, hace años, y ahí descubrí a Bergman.
Yo iba no sé si a primero o segundo de BUP y no entendí casi nada de ninguna película, pero esperaba los jueves para ver una y otra y otra.
Fascinante, Bergman. Y, en muchas películas, como ésta, difícil e inquietante.

Besos, Senses.

Anonymous said...

Eeey, qué interesante... sólo que aún tengo las cejas pegadas al cuero cabelludo, porque en qué momento has publicado tanto... que voy a ponerme al día... considerando lo que considero entre manos y a la espalda.... y que es puente, pero, esto, que veo a Bowie ahí debajo y voy a ver, que siempre es un placer leerte.

Abrazos en marte?

Javier said...

Estupenda invitación a la reflexión, como siempre partiendo del director cinematográfico que más nos ha hecho pensar sobre el yo y su relación con los demás, siempre he pensado que en el fondo todo es un juego de máscaras en busca de una aceptación social, tal vez sea la única manera en la que podemos vivir en sociedad, la realidad es demasiado dura para poderla digerir.
Es una opinión.

pon said...

Una peli que me resultó hipnótica. Repito mi mantra: Bergman....Bergman....Bergman......

senses and nonsenses said...

ser o no ser... that is the question.

también recuerdo ese ciclo de tve, al menos dos veces, una en mi más tierna infancia, que tpc entendí nada, pero ya me quedé embobado con bergman, ...que era yo un niño muy rarito; y otra más mayor, donde era ya un cinéfilo con sentido del deber, ...pero hasta esta tercera vez, hace unos días, creo que no la había entendido, o no la había sacado todo el jugo como dice Justo.

como ocurre con todas las obras maestras, las posibilidades de lectura no se agotan, son infinitas: es un estudio sobre la psique humana, tb habla de la incomunicación como dice Casanova, la lectura feminista (que yo no me atrevo): el mito de Electra, la maternidad...
pero esta vez, (está todo en el Prólogo), que sé un poquito más (o no), me ha interesado mucho más como bergman reflexiona sobre el hecho cinematográfico y la capacidad del medio también para pensar, como dice pejota, sobre el YO y la existencia, quiénes somos, qué somos... qué es lo real, cuál es la verdad. Todo son mentiras. Son imitaciones: algo muy parecido se dice en Hamlet sobre que todo son apariencias. ...que sabéis es un leit-motiv del blog.
creo que ya no podré ver Persona de otra manera, más que como un ensayo filosófico sobre la identidad, una conversación de nuestro consciente con el subconsciente. y una reflexión sobre el cine.
la anciana muerta que abre los ojos, el niño que lee y que parece querer tocar al espectador (tocar-nos), y después vemos sin embargo que intenta tocar una pantalla donde se superponen las imágenes de las caras de (Elisabeth/ALma)) las dos protagonistas. los cuatro son bergman/los cuatro somos nosotros.

Caronte said...

Genial!! mientras lo leía iba a decirte que todas las obras maestras tienen infinitas lecturas ;)...supongo que no hay sólo una explicación "correcta", pero no sólo es el fondo, sino también la forma, la fotografía de Nikvist, las actrices, el guión...una maravilla.

1 abrazo existencialista.

PD: anoche vi "el silencio" (antes de leer este post).

Silencio said...

Lo bueno es que la vi, ya mayorcito, los años no pasan en vano, y la disfrute más que otras que redescubrí grande. Ah que perturbadora, dificil, sobretodo porque la actriz me recuerda a mi madre, era igualita, me cae que si hubiera decidido dejar de hablar lo hace, edipica la considero, si una película edipica.

Saludos

Anonymous said...

"como en un espejo" también golpea... es interesante "Ingmar Bergman makes a film"... ;)

deWitt said...

BRAVO SENSES! Acabo de ver tu post en mi blog y me he venido corriendo a leer tu entrada sobre Persona y sólo puedo decir que es perfecta. Como sabes - y bien dices - Persona da para muchas interpretaciones y cada vez que la ves sacas un nuevo elemento que quizás había pasado desapercibido en un anterior visionado. Y es que la grandeza de Persona es precisamente esa: es tan tica en detalles, gestos, palabras, silencios... que podríamos pasarnos toda una vida analizándola.

Me ha gustado mucho mucho tu entrada. Primero porque sé lo difícil que es escribir sobre Persona de forma que el lector pueda entender de lo que escribes. Y segundo porque lo has hecho de una forma precisa, inteligente, analítica.... De nuevo BRAVO!

Un abrazo