Grace Jones, 1977: nace una diva gay

Helmut Newton

Y antes de que acabe el año os quiero hacer bailar a todos.

Del mismo modo que este año hemos celebrado aquí los 30 años del movimiento punk, también se celebra en todo el mundo el 30 aniversario de la fiebre de la (denostada) música disco, teniendo como punto de referencia a Saturday Night Fever que, parecido a lo que pasó con el punk, sirvió para masificar y popularizar -y con ello, acelerar la decadencia de...- un tipo de música que había nacido algunos años antes en los locales que frecuentaban las clases más desfavorecidas: negros, hispanos, gays (post Stonewall, con ganas de divertirse y dar guerra, tras siglos de ostracismo), y otras aves nocturnas, lo mejor de cada casa, que se apuntaron a esta nueva orgía musical, interracial -en apariencia, y dentro de un orden-, y polisexual, -donde todas las tendencias sexuales tenían cabida-.
En épocas de crisis, los guettos donde se escuchaba música negra siempre han sido los más activos, fueron fundamentales en la historia del rock, y de nuevo pasó con la eclosión de la música disco, que en realidad nació de la fusión de la música negra con la música electrónica emergente. (Soul, funk, ritmos latinos, hasta gospel: aunque por la turmix disco ha pasado cualquier música inimaginable).

Y toda esa subcultura fue pronto asimilada por la selectiva discoteca Studio 54, en las que los aristocrátas y burgueses neoyorkinos, los artistas y la gente más excéntrica de Nueva York se daban cita, juntos y revueltos, en una nueva versión del sexo, drogas y... música disco. Andy Warhol era uno de los habituales y solía ir acompañado con su musa la modelo jamaicana Grace Jones, convirtiéndose rápidamente en una asidua y una de sus figuras más emblemáticas.
En 1977 se presenta en la discoteca con La vie en Rose, que se convierte en su primer hit musical. Y desde que apareciera cantando I need a man en una discoteca gay (creía que también había sido en aquella mítica actuación del Studio 54, pero la Wikipedia me lo desmiente), se convirtió en una firme candidata al puesto de reina de la música disco. Por su apariencia andrógina muchos de los asistentes no sabían si era un hombre o una mujer, o un transexual (fue un rumor que existió). Al cantar "I need a man like you, to make my dreams come true", los gays de Nueva York la saludaron enloquecidos como nueva diva gay, e hizo que las otras reinonas de la música disco, como Donna Summer o Diana Ross, se echaran a temblar. Y a la postre, éstas han dejado ver su lado más grotesco y conservador, lo que convierte a la pantera negra -en mi opinión- en la indiscutible reina y diva gay de la música disco.
Miss Grace Jones también fue la chica Bond más atípica, capaz de asombrar en las pasarelas de París y Milán, cantar con Pavarotti o enfrentarse al mismísimo Arnold Conan, Schwarzzie el bárbaro. Aunque sus modos de diva deben ser terribles, desde que sé que la echaron de Disneyland en plena actuación por enseñar una teta, me tiene rendido a sus pies. Y sigue llamando la atención allá donde vaya, y es que algunas de sus últimas apariciones la van a convertir también en la reina del kitsch.

Y como aperitivo -porque tengo que hacerle un homenaje en condiciones ahora que pronto cumple 60 increíbles años-, os dejo con este vídeo de uno de sus temas más clásicos, que recoge algunos de sus trabajos en publicidad, fragmentos de otros vídeos suyos, y fotografías de algunos artistas que se la disputaban como musa. Me ha parecido reconocer el trabajo de Jean-Baptiste Mondino, David LaChapelle o Keith Haring.

Grace Jones - Slave To The Rhythm