Wednesday, September 06, 2006

Blue Velvet

David Lynch es un director que considera al cine como expresión de un arte total (donde poder integrar a todas las demás expresiones artísticas. Terciopelo Azul supuso un punto de inflexión en su carrera, un arriesgado ejercicio artístico donde Lynch pudo expresar por fin su particular universo, tras las académicas El hombre elefante y Dune. La película fue polémica desde su estreno, tuvo críticas demoledoras, mientras se iba convirtiendo por otro lado en una película de culto; en mi opinión es la mejor película de su autor, una obra maestra, ya que mantiene intacta la fascinación en el espectador.

(Si no habéis visto la película y queréis llegar virgen a ella,
mejor que no sigáis leyendo)



Se nos muestra una pintura de lo cotidiano: una panorámica descendente desde un cielo azul y luminoso nos acerca al Lumberton diurno, un pequeño pueblo maderero donde reina el orden y la armonía, las casas impolutas son protegidas por unas brillantes vallas blancas donde destacan unas flores rojas y perfectas. En este paisaje idílico los policías ordenan el tráfico y los bomberos sonríen. Todo el mundo parece feliz. En la radio suena Blue Velvet de Bobby Vinton. El locutor ya anuncia premonitoriamente que estamos en Lumberton, que los árboles no nos impidan ver el bosque, que hay mucha madera que cortar.


Un hombre riega el jardín de su casa, pero de repente algo ocurre, la manguera se engancha, el hombre sufre un ataque y cae al suelo. La cámara de Lynch se acerca entonces al césped para descubrirnos un mundo oscuro y siniestro que se oculta en su interior, representado por una masa caótica de insectos devorándose los unos a los otros.
El Padre es quien sostiene la manguera (con claras connotaciones fálicas), y representa el protector de este mundo idílico; ahora está en el hospital, entubado, castrado simbólicamente, sin capacidad de habla, suficiente para que este aparente equilibrio se venga abajo. El orden familiar ha sido dañado y surge "un mundo extraño".


Jeffrey Beaumont (Kyle MacLachlan), que estudia fuera de casa, tendrá que regresar a Lumberton para tomar las riendas de la familia (será el encargado de restablecer el orden). Jeffrey al salir del hospital, tras ver a su padre entubado y con una máscara de oxígeno sin poder comunicarse, se encuentra una oreja en un descampado que le provoca curiosidad y rompe con su rutinaria vida. A partir de este momento Blue Velvet se convierte en un viaje iniciático a través de los sentidos hasta el corazón de las tinieblas, un mundo sensual, pero violento, un universo donde el sexo, el crimen y la lucha de poder campan a sus anchas.
Es una película muy física en el sentido literal de la palabra: el oído, la vista, el tacto. Los sentidos actúan como motor en esta incursión al mundo de las sombras, donde la resolución del conflicto va emparejado con los deseos más íntimos de experiencia y conocimiento. Es una perversión del mito platónico de la caverna donde lo real está del lado de las sombras.
La primera etapa de este viaje a través de los sentidos se expresa con un travelling hacia el interior de la oreja que servirá además de entrada a ese mundo de las tinieblas. Sandy le acompañará en esta etapa del viaje. Su primera aparición es precisamente su voz: primero la oímos, luego la vemos:
-¿Eres tú quién ha encontrado la oreja?


Sandy Williams (Laura Dern) es la hija del detective Williams, es la hija de la Ley, la reina del mundo de la luz. Su personaje parece sacado de las películas en technicolor de los años 50 de Sandra Dee o de Natalie Wood. Y un aspecto físico muy similar a la Olivia Newton-John de Grease que curiosamente también se llamaba Sandy. En su primer encuentro abundan las referencias al sentido del oído: "he oído cosas...he oído algo sobre la oreja..."
A pesar de que es ella quien motiva al héroe a trasgredir las normas, no traspasará los límites, le acompaña hasta la calle Lincoln, le desea suerte y regresa a casa. Irónicamente es la hija de la Ley.
Sandy: No sé si eres un detective o un pervertido.
Jeffrey: Cuando lo averigües, dímelo.

Las pistas lo llevan a Lincoln St. y a otra mujer, Dorothy Vallens, una cantante que le causa gran fascinación. Al contrario que Sandy, su primera aparición es visual.


Dorothy Vallens (Isabella Rossellini) es la reina del Slow Club, un nightclub donde canta todas las noches, es el objeto de deseo de Jefrrey y de Frank Booth, un mafioso que tiene secuestrados a su marido e hijo para obligarla a hacer ciertas cosas. Será la puerta que llevará a Jeffrey a ese mundo de sombras donde ella lleve quizás demasiado tiempo.


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En este momento el sentido de la vista adquiere una relevancia absoluta. Jeffrey logra entrar con mentiras en el apartamento de la cantante (otra puerta se nos abre que nos lleva directamente a un mundo que siempre ha estado oculto), consigue esconderse y observar. Jeffrey se esconde en el armario cuando Dorothy llega inesperadamente. A través de las rejillas puede observar sin ser visto como se desnuda. Jeffrey y el espectador con él se convierten en voyeurs de lo que acontece en el apartamento. Está espíando su desnudez física y moral, el drama personal de Dorothy Vallens. Cuando llega Frank Booth verá algo que le dejará marcado para siempre: una escena ultraviolenta donde un impotente Frank intenta violar a Dorothy mientras la pega salvajemente. Sin embargo, la cara de Dorothy muestra un gesto de extraño placer.


Frank Booth (Dennis Hopper) es el antagonista de Jeffrey, representa al mal, el príncipe de las tinieblas. Los sentidos los vive artificialmente: respira a través de una inquietante máscara que identificamos como el acto previo a cometer una fechoría, el sentido del tacto está distorsionado por la violencia, no soporta que le miren.


Cuando Frank se va, Jeffrey vuelve a salir del armario e intenta ayudarla. Sin embargo, Dorothy actúa de un modo extraño. Le obliga a desnudarse con un cuchillo en la mano y el sentido del tacto entra en escena:

-Tócame!








-Bésame!








-Pégame!








Su personaje está instalado en lo real, en la locura; pasa de la agresión al desconcierto, del desconcierto a la súplica. Dorothy Vallens es la víctima del relato y puente para vincular a los dos protagonistas masculinos de la historia. Se constituye así como objeto de deseo de ambos, pero los dos le agreden desde las coordenadas de sus respectivos mundos y ambos buscan en ella colmar sus carencias. Ella por su parte aspira a ser ultrajada por ambos. Aparentemente pertenecen a dos órdenes distintos pero la identificación entre héroe y villano será plena cuando Jeffrey acepta pegarla. A partir de ese momento se produce una transformación en el personaje de Jeffrey que tendrá que retirarse malherido para volver más tarde a rescatarla.


Jeffrey adopta de nuevo el ocultamiento para enfrentarse con Frank. Llega el duelo definitivo entre el Bien y el Mal, el enfrentamiento entre el orden y el caos, entre el mundo de la luz y el de las tinieblas. Jeffrey dispara. Algunos han visto en esto una suerte de Edipo perverso que folla simbólicamente con su madre y asesina a su padre, aunque otros han preferido ver a Jeffrey como un Ulises adolescente que pese a sentirse tentado por el canto de las sirenas regresa a Itaca (Lumberton) con su aburrida Penélope (Sandy).


A pesar de la extrañeza que puedan producir muchas de las imágenes ningún plano está puesto al azar. Aunque nos impacte su cuidada puesta en escena y las constantes escenas alegóricas que han hecho de ella una película de culto y que sea considerada una obra cumbre del cine posmoderno, no se aleja de la tradición narrativa del cine clásico, en realidad sigue bastante a rajatabla la estructura del cuento de hadas o relato maravilloso. Los símbolos adquieren una coherencia significativa que hacen avanzar la narración. Es más, yo diría que lo simbólico lo convierte en el reverso de un cuento de hadas, una suerte de Alicia en el país de las maravillas que descubre una puerta a un mundo desconocido o como el mago de Oz visto desde la cara de un espejo convexo (no es casual que la protagonista se llame Dorothy aunque aquí sea un remedo de la femme fatale del cine negro).


Este reverso del sueño americano es también la dialéctica entre el Bien y el Mal, luz/tinieblas, inocencia/experiencia; pero es una dicotomía no exenta de ambigüedad como refleja el último plano de un jilguero mecánico artificial con un insecto agonizante en su pico como metáfora del triunfo del bien y el aburrido orden establecido.

"Sus films cuestionan, alteran, en todo momento, la sensibilidad de sus espectadores, implicándolos o distanciándolos para obligarles a replantearse sus concepciones -impuestas, asumidas- de lo verosímil y lo inverosímil, de lo imaginario y lo real, de la vida y el espectáculo, por medio de la yuxtaposición y confrontación de diversos verosímiles, de sus contradicciones y conflictos, rechazando todo efecto lineal y homogéneo"
Antonio José Navarro

Terciopelo Azul es una absoluta obra maestra. Y lo bueno que tienen las obras maestras es que con cada nueva aproximación el texto éste va enriqueciéndose, como por arte de magia se abren nuevos caminos, nuevas posibilidades, la obra no se agota, nuevas lecturas e interpretaciones lo engrandecen.

And I still can see blue velvet
through my tears...


Dean Stockwell a lo Roy Orbison - In Dreams

11 comments:

senses and nonsenses said...

Nota al margen:
Si hay alguien que aún no la ha visto es posible que le haya hecho una putadita, pero pequeñita...
sigue siendo fascinante en cada nueva visión, ocurre como con Vértigo, La noche del cazador o El crepúsculo de los dioses, ocurre con las Obras Maestras.

Vulcano Lover said...

Vaya, una razón más para adorarte, je je je...
No sabes cuánto me alegro que hayas hablado de esta maravillosa película. Aprovechando que la Mostra de Venecia le hace este año un homenaje, un acercamiento a ésta que para muchos es su mejor película hasta la fecha (estoy contigo) era necesario. Y lo has hecho de una forma inmejorable... Lynch es fascinante, y nos obliga a mirar la realidad desde otra óptica, desmontando a cada minuto cualquier implicación que la mente pueda hacer. Inquietante y rebelde, es sobre todo un director absolutamente sensual y entregado, como bien dices, a los sentidos. Jamás puede dejar indiferente. La gran Isabella Rosellini para muchos quedó marcada a fuego en la retina después de esta película... Sí, totalmente de acuerdo, la película nos adentra en el mundo de las tinieblas, en la oscuridad como parte indisoluble de la vida y de los seres humanos... Todo un revulsivo a la concepción maniquea de otro tipo de cine, ya sabes cuál...
Encantado de leerte, cada día soy más fan tuyo.. para cuándo el encuentro??? ;-))
Besos

un-angel said...

...llego aquí desde la "casa" de pe-jota, y lo primero que me encuentro es "Terciopelo Azul", una de mis películas favoritas... menudo lujo de reconstrucción, enhorabuena, creo que a quien no la haya visto no le has hecho una putadilla, más bien le habras creado deseos de verla. Mi momento favorito, el "pegote" que se tira D. Stockwell con el playback de Roy Orbison en medio de la lúgubre y tensa situación que se vive en ese momento. Mi fascinación por la peli llegó al punto de comprar la banda sonora, responsable en buena parte de esa atmósfera inquietante que se respira todo el tiempo...
¿Viste también "Corazon salvaje"?...
...voy a darme una vuelta por aquí, a ver que encuentro...
Un saludo

Javier said...

Si me lo cuentan no me lo creo, esta mañana leyendo el diario, pensé en un post sobre este director a consecuencia del galardón a toda una carrera cinematigráfica, y al estreno de su último proyecto en el Festival de Venecia, por cierto, no tratan demasiado bien al film, pero bueno a este director o le odias o le amas; y ahora al visitarte que me encuentro...jajajajajaja, bravo muchacho, una de mis mas queridas películas, no se cuanyas veces la he visto y me sigue hipnotizando de una manera fatal. Lo que se esconde tras ese mundo perfecto, las apariencias engañan, y esa Isabella Rosellini, tan blanca, tan fatal, tan hipnótica, ES GENIAL!!!
Por esto te merces un camión de besos.

senses and nonsenses said...

Me encanta que os guste esta joyita.
Vulcano lover, he de decirte que tú me inspiraste este post sobre TERCIOPELO AZUL, cuando te leí algo de que la vida convencional es como un camino de migas que no nos descubre la luz pero nos distrae de las fauces del abismo. Me acordé inmediatamente de esta peli. Y el irresistible encanto del abismo.

Se me olvidó hablar de la música, es verdad, la música de Badalamenti para los films de Lynch crean una atmósfera especial, quue te envuelve, y te facilitar penetrar en este extraño universo. Tampoco hablé de la influencia de Hopper, Edward, el pintor. Y los actores están todos en estado de gracia, Isabella Rossellini y Dennis Hopper nunca han estado mejor.

'Corazón Salvaje' es otro extraño cuento de hadas en forma de road-movie, y 'Carretera perdida' me fascina tb. Ahora bien, necesito que alguien me explique Mullholland Drive. Sigo sin entenderla.

Vulcano Lover said...

Ays, Edward Hopper es uno de mis pintores especiales... Se podría hablar mucho de él y de su magnífica poesía escondida... Gracias por la referencia a mis palabras... Si inspirarte produce estas cosas... mmm estoy deseando volver a hacerlo.
Un beso, o un camión de ellos, como dice pe-jota

Caronte said...

ante esta maravilla de crítica sólo queda ponerse en pie, aplaudir y esperar que los criticuchos que pueblan radios y periódicos aprendan a escribir. Hay ganas de ver Inland Empire, ¿eh? ;) 1 abrazo

el juntacadáveres said...

wow!! una de las mejores películas que he visto... la primera experiencia fue algo extraña... la vi junto con mamá y creo que entre la incomodidad de mamá y la mia por verla con mamá le dio un toque todavía más extraño...
y no olvidemos por favor Mullholland drive... otra joyita que después de verla ya demasiadas veces sigo sin entender del todo...

José L. Serrano said...

nunca olvidaré aquel:

"Se acabó mi sueño dorado"

Unknown said...

Le devuelvo cortesmentes la visita y me arrodillo ante semejante obra del séptimo arte del maestro Lynch. Una de las películas de cabecera para un servidor. Fascinante.

Me insipiró un post reciente, si quiere perder unos minutos, ahí lo tiene:
http://elgabinete.blogspot.com/2006/07/terciopelo-azul.html

Un saludo. Volveré...

Anonymous said...

Esta película la Vi por primera vez hace más de treinta años y sigue siendo una de mis favoritas junto con Blade Runner e Indiana Jones, la película es un viaje a las dos caras del mundo donde nada es lo que parece y dónde el bien y el mal se mezclan ,el personaje que más me sigue perturbado es Dorothy porque te inspira deseo y lastima por igual,ella es la que desencadena toda la trama y para mí tanto ella como Jeffrey están en la línea de ambigüedad mientras que Frank es el Mal y Sandy es el Bien y la Virtud, lo que es evidente es que la verdadera relación en la película es la de Jeffrey-Dorothy-Frank mientras que la relación Jeffrey -Sandy es totalmente insípida y convencional con ese final tan falso como el petirrojo(jilguero) que aparece devorando el insecto.