Wednesday, May 15, 2013

El «landismo»

El landismo no ha muerto, se ha quedado a vivir para siempre entre nosotros

Fueron, sí, los años del landismo.

A veces ocurre que un actor escapa
a la calificación profesional para
trascender hacia un arquetipo social:
James Dean respecto de la juventud
americana de los 50.
Yves Montand respecto del gauchisme
francés. ...Y así.



Landismo.— es la manera singular y original de ocupar un lugar en la España de los 60/ 70's, donde no había lugar para nadie. Es la españolía media y masculina, conjunto de gente bajita y reprimida, que no tenían gran interés ni como conjunto ni como gente, salvo en el cine —desde Masó a Dibildos, pasando (si es imprescindible) por la tercera vía—, metaforizada por un gran actor navarrico y feo, Alfredo Landa. Y, finalmente, reflejar, mediante todo eso, una realidad social que se les escapaba a los sociólogos. Sí, el landismo éramos nosotros.

El landismo, desocupado lector, era ir en la vespa de un amigo a ligar a los bares bolera. El landismo era tener un niki de diario y otro para los domingos. El landismo era ser ayudante de un cirujano callista y hacerse llamar podólogo. El landismo era creer que todas las mujeres son huidizas por naturaleza -cuando viene a ser al contrario-, y que los calzoncillos de guardameta de los años treinta las erotizan mucho. El landismo era creerse chiquito, pero no matón. El landismo era luchar día a día contra el medio, sin plantearse nunca el problema total, histórico, mitológico, de la adversidad del medio. El landismo era ir a ver películas de Alfredo Landa y no reconocerse en ellas, o resolver la catarsis en risa, "como expresión de lo reprimido": para eso estaba ahí Alfredo Landa, para reunir en sí todas las frustraciones nacionales, generacionales, todas nuestras frustraciones, salvándonos a nosotros de ellas, así, durante hora y media de película y cachondeo.
El landismo era usar camiseta en toda época del año, estar enamorado de Mirta Miller o de alguna otra latinoché pionera, o de María Luisa San José; el landismo era que María Luisa San José se fugase con Pepe Sacristán hacia un horizonte de inmobiliarias y cómodos plazos, mientras uno se quedaba tomando copas con el vecino más solitario de la calle; el landismo era un querer abrirse paso a pie, a codazos, en vespino, como fuese; el landismo se hace adulto con Summers y se politiza con Bardem. El landismo, en fin, éramos nosotros.
Francisco Umbral
http://elpais.com/diario/1984/06/18/opinion/456357614_850215.html


Manolo la Nuit (Mariano Ozores, 1973)

—El landismo consistía en salir mucho en calzoncillos persiguiendo señoritas.
Alfredo Landa



El puente (Juan Antonio Bardem, 1977)

El Crack (José Luis Garci, 1981)

El bosque animado (José Luis Cuerda, 1987)

La luz prodigiosa (Miguel Hermoso, 2003)

El Quijote de Miguel de Cervantes
(Manuel Gutiérrez Aragón, 1991)


Los santos inocentes (Mario Camus, 1984)

Alfredo Landa logró algo tan excepcional durante una larga época como convertir su trabajo y la personalidad de los personajes que habitaban ese cine en un identificable género. También en un terreno sabroso para la sociología. Desde la compartida oscuridad de los cines las risas y las carcajadas confirmaban la plena identificación del pueblo llano con las aventuras y desventuras, el hambre de sexo y de afirmación, los traumas y los anhelos de aquel señor bajito e histriónico, gesticulante y verborreico, peleón y gimoteante, paleto y excesivo, voyeur patético, caricaturesco y compadecible, que Landa transformó en un símbolo. Y aunque la estética y el mensaje de este cine sin sentido del ridículo fueran cochambrosos, él hacía modélicamente su trabajo, sin permitirse jamás el relajamiento, comiéndose la pantalla y a los que tuvieran que darle la réplica, derrochando gracejo, en posesión permanente de esa cosa tan necesaria llamada ritmo, clavando los diálogos, las miradas, los gestos y los movimientos. Por mi parte, no siento la menor añoranza del landismo, del cutrerío de aquellas comedias tan satisfechamente subdesarrolladas, del aroma a tantas cosas execrables, tópicos vergonzantes y actitudes rancias de aquel país indeseable, pero negar la eficacia, el talento y la profesionalidad del protagonista más destacado de aquel cine sería tan injusto como idiota.

(...) Pero hay un papel de Landa que seguirá conmoviendo a perpetuidad a todo tipo de espectadores. Se lo ofreció Mario Camus en esa película terrible y magistral titulada Los santos inocentes, una de las incuestionables obras maestras que ha dado el cine español, y Landa le devolvió el regalo con una interpretación memorable. Recordar o volver a visitar a su Paco el Bajo, a ese campesino permanentemente explotado y humillado, resignado a la desolación, inocente ancestralmente en su servilismo, infatigable y perruno rastreador de las piezas que caza su brutal señorito, víctima muda, cojitranco y expresando con sobriedad y sabiduría mediante sus ojos y su gestualidad los sentimientos más variados, provoca siempre el escalofrío, la piedad, la indignación moral.
Carlos Boyero, El País.com
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/05/09/actualidad/1368129309_977586.html

10 comments:

U-topia said...

Me ha encantado este repaso del LANDISMO... y siempre, o casi siempre, estoy de acuerdo con Boyero. En este caso lo estoy porque Los Santos Inocentes es una gran película y Landa borda su papel.

El primero torradito... en fin... :))

U-topia said...

Cuando estaba escribiendo el comentario anterior, no recordaba otra película en la que Landa está muy bien: El bosque animado de José Luis Cuerda....

En Barcelona también llueve :(

senses and nonsenses said...

Laura, a mí me gusta Boyero. sobre todo soy adicto a sus crónicas de festivales, escribe muy bien. a pesar de sus exasperantes filias (los Trueba) y fobias (Almodóvar). cada vez más acusado, si cabe...
Los Santos Inocentes, incluso mejora con el paso del tiempo, y el trabajo de los actores milagroso.
El bosque animado tb es estupenda.

Justo said...

¡Qué bueno el comienzo de Manolo la Nuit!

Adoro a Alfredo Landa, ya lo sabes o te lo imaginas, en todos sus papeles. Agradezco a Nacho Canut que dijera una vez públicamente lo que le atraía eróticamente, porque así me di cuenta de que yo no era el único en el planeta.

Me enternecen sus personajes del landismo, y por supuesto todos aquellos papelones que iría haciendo después, la cumbre de los cuales es, desde luego, Los santos inocentes.

Veo a Alfredo Landa en sus papeles de los 60-70 y me imagino, por ejemplo, a todos los manolos que marcharon a Alemania en unas condiciones penosas; él los encarnó como nadie. Veo al oficinista, al cuñado, al cartero, al conserje que sueña con las suecas.

Ha habido otros actores que han representado al español medio -José Sacristán, Antonio Resines,...- pero ninguno me produce la ternura y la emoción que emana de este grandísimo actor.

Un abrazo: ¡espero tus comentarios eurovisivos esta noche!

Uno said...

Umbral era único tratando estos temas y en Los santos inocentes estaba bien hasta la planchadora.
Yo hubiera agradecido mucho que todo aquel cine suyo me lo hubieran ahorrado. No es su culpa. El cine español ha sido siempre muy dado a entronizar a estos representantes del "españolito": Lopez Vazquez- Landa - Sacristán- Resines, casi todos estupendos. Lástima que hicieran unas 200 pelis cada uno, acaparando nuestra pequeña industria cinematográfica.
Es una pena que no dieran a Alfredo Landa buenas comedias, lo hubiera hecho estupendamente.
Quiero decir que Alberto Sordi no necesitó hacer Esperando a Godot para demostrar que era un grandísimo actor.
No se si me explico. Un abrazote.

tecla said...

Creo que cada uno de nosotros tiene que vivir el mundo que le toca. Y si nos ha tocado el landismo pues ha sido estupendo, peor hubiera sido no haberle tenido. Nos hubiéramos perdido el tremendo papel que hizo en Los santos inocentes, gracias a habernos tocado la suerte de vivir también con Miguel Delibes.
Pienso sinceramente que lo que nos está tocando en este momento es mucho peor. Al menos caminábamos hacia adelante. Ahora lo estamos haciendo hacia detrás acompañados no de Landa, sino de tanta mugre.
Me gustaría poner un Alfredo Landa en mi vida. Lo necesito, Senses.
Gran trabajo el tuyo. Ha sido gratificante.

Y digo yo: ¿No será que ahora somos Mariano o Cospedal o cualquier miembro del PP?
Estoy viviendo en una pesadilla.



Javier said...

Es un mundo y un tipo de cine con el que jamás tuve ninguna conexión, creo que fuera de su última etapa "Los santos inocentes", "El bosque animado" he sido incapaz de ver una sola de sus películas, aunque reconozco que es el reflejo de España y tal vez sea eso, ese exceso de caspa lo que me pone de los nervios. En el fondo un gran actor, como demostró al final de su carrera, que nació en la época equivocada.

El Deme said...

El landismo hizo reir y entretener a una generación de españoles que vieron en las vacaciones en la playa, en la compra de un flamante automóvil o en el tablao con finos y extranjeras un delicioso escape a la monotonía de la vida. En 2013 hay otros problemas: todo es tan gris y tan mediocre que el escape parece imposible. Tenemos de todo pero no somos felices con nada.

senses and nonsenses said...

prometo contestaros cuando tenga un poco más de tiempo. porque vuestros comentarios son interesantísimos.

si tengo que ser sincero, Landa era el que menos me interesaba de los grandes, el que peor me caía, pero reconozco su enorme trabajo incluso en todo ese cine tan malo como olvidable, salvo momentos puntuales y algunos hallazgos, y las grandes interpretaciones de nuestros cómicos.
Los santos inocentes es otra cosa. una de las joyas indiscutibles de nuestro cine.

இலை Bohemia இலை said...

Madre dios...el hombre de la primera foto es un butacón de skay marron...