Friday, November 09, 2007

El muro de Berlín




Antecedentes: 1945. Hitler pierde la Segunda Guerra Mundial. Los vencedores se reparten Alemania dividiéndola en cuatro partes, cada una bajo el control de uno de los aliados. En 1949, se inicia la guerra fría. Los territorios ocupados por Gran Bretaña, Francia y EE.UU. pasaron a llamarse la República Federal Alemana. A la parte del Este, ocupada por las fuerzas de la Unión Soviética, se le llamó la República Democrática Alemana.
También Berlín fue dividida en cuatro sectores al finalizar la guerra. Los sectores estadounidense, británico y francés acordaron formar Berlín Occidental, y los soviéticos convirtieron a Berlín Oriental en la capital de la RDA. Una división psicológica que se tornaría física en 1961.

Una mañana del 13 de agosto de 1961, los habitantes de Berlín se despertaron rodeados por una gran alambrada de púas que dividía la parte oriental de la ciudad de la parte occidental. Esta alambrada rápidamente fue sustituída por un gran muro de 4 mts de alto y 166 kms de largo, construído con nocturnidad y alevosía, que separó a la ciudad durante 28 años en dos partes.
El Muro de Berlín fue una barrera infranqueable: separó amigos, familias, y a todo un país. Y, psicológicamente, a Europa en dos, división que me temo sigue intacta. No hay datos demasiado fiables de los que trataron de atravesar al otro lado del muro, ni de los que perdieron su vida en el intento.





Una vez que Hungría concede permiso a los alemanes orientales para pasar por su país, así atravesar Austria y llegar a la RFA., el muro de Berlín deja de tener sentido. Y un día como hoy de 1989, el 9 de Noviembre, a las 7 de la tarde, el líder del Partido Comunista del Berlín Oriental, Gunter Schabowski anunció que no habría más restricciones para "viajar al extranjero". Pero berlineses de ambos lados salieron a la calle y, en tres horas consiguieron que se abrieran las barreras; y en uno de los momentos históricos más emocionantes que he vivido, comenzaron a demoler el muro, sin ninguna resistencia, ni gobierno ni ejército.
Alemanes ayudaban a otros alemanes a pasar al otro lado. Aunque como decían Alfredo y Pon en otro post anterior, parece increíble, pero las cosas no son necesariamente mejor ahora. Existen creo aún muchas barreras psicológicas que derribar. El 1 de Julio de 1990, después de 29 años, la Alemania Oriental y la Occidental se volvían a unir con el nombre de República Federal Alemana.

11 comments:

Martín L. said...

¡Qué lástima que no leí antes este post! Lo hubiera puesto seguramente entre las perlitas de la blogósfera de la semana que pasó. Maldito Feevy...
Saludos

Vulcano Lover said...

parece que fue hace mucho tiempo, pero en realidad no hace tanto. Aún conservo un pedacito que me debieron dar no sé dónde... Las cosas, mejores o peorees (eso al final siempre es una cuestión subjetiva y personal), son diferentes... Yo creo que hay más libertad. Ya sé que el sistema occidental al final nos encadena a muchas cosas... pero a pesar de todo prefiero estas cadenas a las otras. Y creo que la mayoría también.
Me interesa más el problema de confrontación cultural evidente que siguió a la reunificación, y que por aquella época (cosas de la vida) yo viví bastante en primera persona...

pon said...

Vaya, no pensé que había pasado tantos años, pero también parece que no fue hace tanto.....recuerdo las imágenes y la gran emoción de los berlineses. Recuerdo los conciertos espontáneos, los grffittis, las arengas, la sensación de libertad que vivieron debió ser brutal. Y la incertidumbre de lo que vendría, de repente los mapas empezaron a tener otras fronteras, y todo lo que habíamos aprendido se revisaba, y la Unión Soviética declinaba.........no sé si estamos mejor o peor, desde luego diferentes. Es evidente que el régimes de libertades(prensa, literatura, expresión, ciudadanas) es mejor, pero no estoy muy segura de que el régimen económico haya mejorado, y desde luego el social creo que ha empeorado. De todas maneras me quedo con las insólitas imégenes de unos ciudadanos que, por una vez, participaban activamente en su destino.

CRISTINA said...

Un post buenísimo, como siempre.
Siempre me pareció increíble como de un día para otro (políticamente no era así, claro, tú lo explicas muy bien), se pudo tomar una medida tan salvaje, tan radical. He tratado de imaginar un montón de veces qué pensarían los ciudadanos de Berlín al levantarse y ver que no podían ir a la calle de al lado, donde además tenían quizás su trabajo, sus padres, un amigo...

No recordaba la fecha en concreto de la caída del muro, gracias por recordármela.
Un beso, Senses

Gwynette said...

Estuve en el Berlin del Este, cuando fuí al Fest. de cine de Berlín..solo a unas paradas de metro abandonadas del Berlín opulento...y aparecía la GradPlaz -o como se escriba- los Museos, todo era enorme y la gente vestía oscuro, con gran contraste con el otro lado..deprimente ! :(

Besos

Muegano. said...

Wow! En su tiempo no comprendí bien qué era eso que sucedía al otro lado del oceano con el muro que estaba siendo derribado. Pero había un sentimiento de algo grande, positivo, todos lo seguían en la t.v.
Hasta un par de años después supe todo lo que aquello significaba y canté con Roger Waters! jijiji.
Gracias por volver a mi blog, también te extrañaba Senses...

P.S. Respondiendo a tu pregunta, de ese último post tengo de los dos, aunque el único dialgo muy apegado a la realidad es el 3° párrafo... ;)

Alfredo said...

Recuerdo perfectamente aquellos días de 1989, todos nos sentíamos pletóricos de ingenuo optimismo. Vale, la RDA era una dictadura impresentable y lo mismo el régimen autoritario en la URSS. Los alemanes orientales han salido ganando con el cambio. Los rusos y ex-soviéticos, pues no lo tengo ya tan claro. Han pasado de una dictadura miserable a otras más peligrosas aún. Y que pregunten a las víctimas de los diversos conflictos yugoslavos.
En cuanto a Occidente, hemos perdido claramente con el cambio al desaparecer cualquier referencia ideológica al margen del capitalismo puro y duro.

Javier said...

Y parece que fue ayer!!!!!, miramos atrás y nos vemos un poco más viejos, un poco más cansados y un poco más excepticos, pero las cosas han ido cambiando y eso nos da fuerzas para seguir intentándolo.

Jesus Dominguez said...

Una síntesis genial. Gracias por tu visita.

Un saludo.

www.jesusdominguez.blogspot.com

Herr Boigen said...

Berlín. Mi Berlín: Pankow, Lutzowstrasse, Charlottenburg, Ku'Dam, Prenzlauer Berg, Schonhäuser Allee, Kreuzberg. Berlín no puede ni podrá ser nunca una sola ciudad. El muro sigue ahí, para lo bueno o lo malo que pueda implicar ello. Las heridas del comunismo acabaron con el viejo espíritu prusiano, pero no puedo negar que deja también una herencia con un lado positivo. Uno de mis grandes amigos alemanes creció en el Berlín del Este; conversar con él es tan enriquecedor y mágico que es casi como si uno pudiera conversar con alguien que vivió en otro planeta.

sla said...

Que vergüenza de humanidad es esta! Aún nos defendemos como más racionales que las bestias y cometemos crímenes más bestiales. Quién puede decidir que una mano deje de rozar la otra o que se desligue un susurro y un oído por casi 3 lustros??? Aún creo que no existen perdones, ni excusas, por tallar seres humanos sin ubicación, almas perdidas.
A pesar de todo, seguimos sin aprender.