Thelma & Louise

Le pido disculpas, pero...
¿quiere poner las manos en el volante?
...Si utiliza la radio comprobará que nos buscan en dos estados, y que nos consideran armadas y peligrosas, al menos a mí, y entonces nuestro plan se iría al carajo.

Lo siento mucho, disculpe. Bájese del coche, por favor.
Le juro que hace tres días no habríamos hecho una cosa así. Pero, si conociera a mi marido, lo entendería.

Venga a la parte de atrás del coche, por favor.
Métase en el maletero, por favor.
-Por favor... Tengo mujer e hijos. Por favor.
¿Ah, sí? Pues está de suerte. Sea bueno con ellos. Sobre todo con su mujer. Mi marido no lo fue conmigo y mire cómo me he vuelto.

La película comienza con una imagen fija del Monument Valley en blanco y negro que poco a poco va tornándose en una imagen de colores luminosos y vivos para volver a terminar fundiendo en negro. Los títulos de crédito son sencillos pero cumplen su función de modo impecable: condensan en dos minutos la historia de estas dos mujeres que deciden pasar un plácido fin de semana pescando tranquilamente lejos de sus casas y parejas, y se tienen que enfrentar al viaje más importante de sus vidas.
Aunque realizada por un hombre, Ridley Scott, es una de las películas más representativas del cine considerado feminista. Muchas mujeres se identificaron con esta historia de amistad entre una ama de casa y una camarera, dos mujeres de vida convencional y aburrida que se convertirán en fugitivas de la Ley por rebelarse contra el orden social establecido (por los hombres) y plantar cara a la violencia sexual machista que se ejerce contra las mujeres. Thelma y Louise se resisten a ser consideradas por más tiempo meros objetos sexuales. Serán violentadas, robadas, engañadas, pero ya han decidido que no pueden volver hacia atrás en este viaje y siguen empeñadas en su huida hacia adelante, y el espectador con ellas.

Me resulta muy curioso las diversas opiniones incluso totalmente contrarias que existen sobre Thelma & Louise, muchas veces supravalorada por las mujeres, y casi siempre infravalorada por los hombres (aunque esto es una opinión). Todos los hombres del film cumplen los patrones clásicos del machismo más convencional, los hombres que están al lado de ellas son unos machistas egoístas, los hombres que se encuentran por el camino intentan robarlas o violentarlas, a excepción del inspector de policía, el único hombre bueno, sensible, aunque con un tufillo paternalista, que pretende tenderlas una mano (me encanta la escena en la que Harvey Keitel y sus hombres están viendo un antiguo melodrama en TV y no le permiten al marido ver baseball), pero no nos podemos engañar, quiere ayudarlas para devolverlas al mismo sistema heteropatriarcal del que ellas por fin acaban de liberarse.

Más curiosa y arriesgada es la lectura lésbica del film. Algunas lesbianas consideran que a esta amistad entre mujeres se le ha escamoteado la historia de amor entre ambas para prescindir de hablar de sexo, además teniendo en cuenta que Susan Sarandon ya era un icono para las lesbianas desde que rodara El ansia, curiosamente dirigida por Tony Scott, hermano pequeño de Ridley. Aunque la lectura pueda parecer disparatada, la evolución que experimenta Thelma (Geena Davis) es tan radical, de mujer sumisa a una revolucionaria total, que el relato podría haber progresado en esa dirección. Aunque la mayoría de los hombres heterosexuales afirmarían -y yo aventuro que también el propio director- que lo único que necesitaba Thelma era un buen polvo, y si es con un chulazo como Brad Pitt pues mucho mejor. En cualquier caso, continuando con una lectura queer, estamos casi 15 años antes de Brokeback Mountain, -seguía siendo tabú y, de hecho, aún no ha habido su versión femenina-, era pronto para que en un film comercial dos actrices de cine “made in hollywood” pudieran mostrar una relación homosexual sin tapujos. Y aunque el beso final puede -y seguramente debe- ser leído como un beso cómplice entre dos heroínas heterosexuales en una situación límite, me interesa más otras lecturas queer en las que sitúan este beso al borde del acantilado del Grand Canyon, al lado del precipicio, del vacío: el beso sólo es posible cuando ya han decidido inmolarse antes que entregarse a la policia (la protectora de ese orden heteropatriarcal), pero esto también quedará oculto en el final del film -al menos para los ojos- para la bienpensante y burguesa sociedad heteropatriarcal con falso final: un fundido en blanco.

Me hago estas reflexiones porque muchos gays también se identificaron con la historia de estas dos mujeres, y me gustaría saber lo gay que os parece esta película. Puede que la identificación venga por la transgresión del orden establecido, el intento de desafíar los valores predominantes del heteropatriarcado más rancio, pero esto puede ser algo universal, no sé, lo más gay a mí me sigue pareciendo el cuerpo de Brad Pitt.

...At the age of 37
she realised she'd never ride through Paris
in a sports car with the warm wind in her hair...

Mariane Faithfull – The Ballad of Lucy Jordan

Seguramente tod@s la habréis visto, pero si aún no habéis visto la película ignorad este vídeo. Aunque quería poner únicamente el fragmento donde aparece esta maravillosa canción de la Faithfull, sólo he encontrado este vídeo que incluye algunas escenas IMPORTANTES.