Monday, May 01, 2006

No ha cambiado nada


A veces una palabra era bastante. Era como si la vida tan sencilla los encontrara desnudos en los labios y repetir su nombre fuera un infinito motivo de alegría. Apenas un simulacro de sus voces en la memoria los redimía por completo de la fatiga cotidiana de los días grises. Por eso necesitaban decirse palabras, frecuentar la infinita extensión del lenguaje y dormirse despacio sabiendo que se amaban.

Decidieron ser felices, dentro de los límites que les era permitido, y fueron descubriendo los pasiajes ocultos de sí mismos, y los que la ciudad ofrecía en secreto cuando lentos sin la prisa del tráfico o los ascensores abrazaban su pálpito íntimo de calles transitadas. Ellos, mientras el tiempo los tuvo cerca, fueron un presagio del amor posible que parece olvidado en las esquinas, un gesto amable de las calles en sus manos, un dulce dolor casi infinito detrás de la boca y un intento fiel de conjugar el deseo en los ámbitos de la promiscuidad.

No parecía sencillo desterrar de sus vidas los calendarios fijos que marcan los horarios de los días laborables; no se pusieron en contra, aunque a veces lo hubieran deseado, y no para estar más tiempo juntos sino para estar más tiempo. A veces la sospecha de sentirse pequeños engranajes de una enorme máquina los sepultaba pero siempre procuraron salvarse.

Hoy ya, cuando la ciudad parece cansada ellos de nuevo en abierta complicidad repetirán otra vez sus nombres y eso será bastante para sentirse juntos y felices.

2 comments:

Anonymous said...

me gusto tu blog.... entrare mas seguido! vale

mr_eMe said...

aich, que esperanzador...
cruzaré los dedos.


gracias por la visita.
lo visitarñe seguido, tbn

Salu2