¡Por fin! anoche Meryl Streep subía al escenario del teatro antes conocido como Kodak para recoger su tercera estatuilla —con todo el patio de butacas puesto en pie— por su incontestable recreación de Margaret Thatcher, La Dama de Hierro. Fue el momento de la noche, lo deseaba desde su inolvidable Francesca de Los puentes de Madison. Después de 17 nominaciones uno puede pensar que lo ha ganado muchas veces, pero han pasado casi 30 años desde que se lo llevara por La decisión de Sophie, considerada como una de las mejores interpretaciones de todos los tiempos. Su primer Oscar, que se olvidó en el retrete, lo había ganado tres años antes como actriz de reparto por Kramer contra Kramer.
La decisión de Sophie (Alan J. Pakula, 1982)
Truman Capote decía de ella que tenía "cara de pollo". Katherine Hepburn la detestaba: era la actriz joven que menos le gustaba, y eso, sin saber siquiera que iba a pulverizar su récord de nominaciones a los Oscar. Bette Davis en cambio le envió una carta al principio de su carrera para decirle que la consideraba su sucesora. Debutó en Julia junto a Jane Fonda, apenas dos escenas: yo la conocí en la serie de TV Holocausto. Con éxito desde el principio: El cazador con Cimino, Manhattan con Woody Allen. Venerada y detestada por todos a partes iguales, pero nunca indiferente: yo la amé en Silkwood, Enamorarse o La mujer del teniente francés (El año de Memorias de Africa mi favorita era Whoopi Goldberg, ganó Geraldine Page). Pero también he tenido épocas que no la soportaba: la odié en Un grito en la oscuridad y, especialmente, en La casa de los espíritus donde coincidía con Glenn Close, su eterna amiga-rival. Reina del melodrama, ha sabido reírse de sí misma: La muerte os sienta tan bien, Vida y amores de una diablesa. Y sólo con su presencia se han conseguido salvar los muebles en productos como El diablo viste de Prada o Mamma Mía!.
Los puentes de Madison (Clint Eastwood, 1995)
Ninguna otra actriz puede decir que el período más largo que ha transcurrido sin ser nominada a los Oscar, desde su primera candidatura en 1978, ha sido de cinco años (fue en los 90, desde la amable Postales desde el filo hasta la lacrimógena Los puentes de Madison). La película de Clint Eastwood supuso mi reconciliación incondicional con ella (no puedo evitar llorar siempre en la escena que todos imagináis). Tampoco quiero olvidarme de Adaptation (El ladrón de orquídeas), ni de Las horas, la réplica perfecta a los personajes que bordan Nicholas Cage y Ed Harris respectivamente.
La Dama de Hierro (Phyllida Lloyd, 2011)
Con éste su tercer premio de la Academia, Meryl Streep alcanza a Ingrid Bergman, Jack Nicholson y Walter Brennan, los únicos que tienen tres Oscars, únicamente superados por Katharine Hepburn, que tiene cuatro, todos ellos como protagonista. (Glenn Close, para quien Albert Nobbs era su sexta candidatura, acompañará desde ahora a Thelma Ritter y Deborah Kerr en el grupo de las actrices más nominadas sin Oscar). En los Globos de Oro tampoco tiene rival (de 26 nominaciones, 8 premios).
Algunos de sus mejores momentos:
filmografía.-