Tuesday, July 19, 2011

Carne, huesos y tú


No podemos devolverles la vida
pero al menos podemos evitar que los maten de nuevo
con el olvido.

Han sido necesarios 75 largos años para poder desenterrar una historia que todos conocíamos y que muchos hubieran preferido —lo intentaron— que permaneciera en el olvido. El 26 de noviembre de 1936 las tropas fascistas entraron en el pueblo de mi padre y se llevaron a su abuelo de su casa, por la fuerza y sin resistencia, junto a otros paisanos suyos y de otros pueblos de alrededores. Su único delito: votar izquierdas en las elecciones de 1936, porque creían que defenderían mejor sus intereses de agricultores. Por la noche los trasladaron en un camión hasta un pueblo cercano donde fueron fusilados y tirados a una fosa común. Desde el primer momento se supo el lugar exacto: hubo un superviviente que salió como pudo cuando se fueron los asesinos, volvió al pueblo, contó lo ocurrido y se fue al exilio para siempre. Y, hoy por fin, gracias a la Ley de Memoria Histórica promulgada por este Gobierno y la Sociedad de Ciencias Aranzadi, hemos podido abrir la fosa para exhumar los 24 cadáveres que han aparecido. Junto a zapatos, botones, hebillas o dentaduras postizas, objetos normales que suelen aparecer en la mayoría de ellas, se han encontrado casquillos de bala que hacen suponer que fueron asesinados allí mismo. Paco Etxeberria, que ha trabajado en más de un centenar de fosas comunes de la Guerra Civil, ha destacado que no es habitual que los cuerpos tengan las manos atadas a la espalda.

“Uno de los hijos de un hombre asesinado aquí nos ha dicho que vino a la fosa en 1937 con su madre, viuda, a poner unas flores y que fueron apedreados por los fascistas del pueblo. Otro familiar dice que en su casa siempre ha escuchado que a su tía le hacían barrer la plaza del pueblo para humillarla y que, una vez, en la fiesta del pueblo, mientras sonaba la música, a las mujeres y a las hijas de los represaliados las pusieron en la plaza y les raparon la cabeza. “No fue sólo el matar, fue el asedio, el miedo que se les impuso a todos, el vivir en el silencio y la imposición del olvido”.

Como cuenta Ana, son éstas algunas de las historias que siempre escuché en mi casa. Mi abuela, sus hermanas y su madre sufrieron las mismas torturas, mientras se llevaban a su padre y marido con rumbo incierto. Más paseíllo que viaje. Recuerdo de niño ir con ella y mi padre cada 1º de noviembre a depositar un ramo de flores sobre la hierba de un prado. Junto a otros ramos de flores, sin lápidas, monumentos u otras señales. Cada año menos ramos, menos gente... Mi abuela sólo dejó de acudir a aquel pastizal cuando perdió la memoria. Con este gesto, el penúltimo de este interminable episodio familiar, sus hijos y nietos queremos devolverle la memoria, la histórica. Mi abuela hoy sería la mujer más feliz del mundo. Pienso mucho en ella estos días. Se murió sin poder ver cumplido su deseo.



Durante la Guerra Civil española, cerca de 200.000 hombres y mujeres fueron asesinados lejos del frente, ejecutados extrajudicialmente o tras procesos poco legales. Murieron a raíz del golpe militar contra la Segunda República de los días 17 y 18 de julio de 1936. Por esa misma razón, al menos 300.000 hombres perdieron la vida en los frentes de batalla. Un número desconocido de hombres, mujeres y niños fueron víctimas de los bombardeos y los éxodos que siguieron a la ocupación del territorio por parte de las fuerzas militares de Franco. En el conjunto de España, tras la victoria definitiva de los rebeldes a finales de marzo de 1939, alrededor de 20.000 Republicanos fueron ejecutados. Muchos más murieron de hambre y enfermedades en las prisiones y los campos de concentración donde se hacinaban en condiciones infrahumanas. Otros sucumbieron a las condiciones esclavistas de los batallones de trabajo. A más de medio millón de refugiados no les quedó más salida que el exilio, y muchos perecieron en los campos de internamiento franceses. Varios miles acabaron en los campos de exterminio nazis. Todo ello constituye lo que a mi juicio puede llamarse el «holocausto español»
Paul Preston



«…Buitres sobrevolando las simas
donde despeñaban a los "enemigos de la patria", como esa de Otxaportillo,
donde tirabas una piedra y salían miles y miles de moscas»
Marino Ayerra

El Balcón de Pilatos de Otsaportillo, en la Sierra de Urbasa, es tristemente famoso porque durante la Guerra Civil las tropas sublevadas contra el Gobierno de la República lo utilizaron para tirar desde allí a muchos navarros, guipuzcoanos y riojanos, vivos o muertos. Pero nunca escuché hasta ahora que Las Cuevas de Ojo Guareña (Burgos), a las que tantas veces fui de niño y no tan niño —No hace mucho que asistí a una boda en su ermita—, sirvieron para el mismo fin: acabar con la vida de cientos de personas, que fueron arrojadas al vacío como despojos humanos.
El cura de la zona ordenó vaciar la sima a principios de los 50, por el olor, las moscas, ...y la vergüenza. Aunque en un primer momento se trasladaban en tren, el olor era tan insoportable que se terminó haciendo en camiones que llevaron cientos de cajas de huesos a "La huesera", una empresa alemana sita en Baracaldo (Vizcaya) donde se reciclaron como abonos y pegamentos.
Las Simas de Dolencias.

http://www.publico.es/exhumados-24-cuerpos-en-un-pueblo-de-burgos
http://www.aranzadi-zientziak.org/

16 comments:

pon said...

Hace tiempo(igual te acuerdas) dije que la guerra, la posguerra y la dictadura habían sido un genocidio y se me rebatió a conciencia, con esa cosa tan española de suavizar lo imposible como si lo que ocurre no fuera nunca tan terrible como lo que ocurre más allá de la frontera. Ahora Preston le ha dado el nombre real, holocausto, genocidio, exterminio. Por fin se empieza a hacer justicia, la de llamar a las cosas por su nombre.

Por cierto, conocí a Preston en la feria del libro, y le di las gracias.

Ahora aparecerán los de siempre diciendo que no, pero ya es tarde, ya tiene nombre, ya no se puede enterrar en una cuneta olvidada.

CRISTINA said...

Lo último que leí en tu blog fue el post de Lola Montes. Entro ahora y me encuentro éste y otros anteriores.
Necesito más tiempo que el que tengo hoy para leer, releer, pensar, comentarte como tú mereces. Lo haré en cuanto pueda. De momento, Senses, un beso fortísimo. Un abrazo grande para tí y y los tuyos. Y para tu memoria.

Te leo y te escribo más tranquilamente.

Steppenwolf said...

Episodio triste que pone los pelos de punta. Todo tu relato me ha dolido como propio y todavía veo en algunos cortos de mente las ganas de una nueva confrontación con la excusa de salvar a la patria, joder que harto de fronteras y banderas.

Todas las guerras son vergonzosas y se cometen atrocidades por ambos bandos, pero está claro que todo el kilombo lo monto el paquito con sus amigos más conservadores y con la aquiescencia de la iglesia, como siempre. No solo hemos tenido que sufrir el comportamiento loco del bando vencedor, sino que perdimos la libertad durante cuarenta años por esta panda de fachas y asesinos. Si es que me caliento. En Alicante las pasaron putas por lo que me han contado.

"...desde febrero de 1938 los bombardeos sobre Alicante eran continuos, la población se agolpaba en los refugios, mientras que los aviones y buques de guerra castigaban la ciudad y otras embarcaciones del puerto. Alicante fue la última ciudad en caer a manos de las tropas nacionales, viviéndose en el puerto escenas dramáticas entre las personas que esperaban los buques para partir al exilio."

Un abrazo.

Uno said...

Conozco al menos dos casos en que son los nietos los que recientemente se pusieron a indagar y a buscar a sus abuelos. Uno de ellos empezó a interesarse una vez que murieron sus padres y ha ido descubriendo la peripecia novelesca de su abuelo durante y después de la guerra. Un hombre de cierta relevancia, por lo visto, en el mundo académico al que, aunque no le mataron, le encarcelaron primero y le hicieron después la vida imposible. Sus padres jamás le habían hablado de ello.
Esta indagación le llevó hasta Toulouse, donde ahora vive cambiando por completo su vida.

Me alegra que finalmente esteis recuperando los restos de tu abuelo. Ojalá sirva para ayudar a cerrar esa herida.

Un abrazo

Raúl said...

Olvidar nunca ha sido bueno, ni tampoco necesario. Cosa distinta sería el perdonar y otras mandangas.

TUT said...

Siempre me pregunto de que sirvieron los miles, millones de muertos de cualquier guerra, en unos años han sido hasta olvidados, de que sirve el sacrificio de un ser humano si el bien más preciado que tiene es la vida. Pasado el tiempo ves que tanto sufrimiento y tanta muerte no sirvieron absolutamente para nada, solo por cuestiones territoriales, políticas o por cualquier otro motivo que a la inmensa mayoría de gente, muchas veces ni no van ni nos vienen y cuya suerte se decide entre unos cuantos generales mientras se fuman un puro y se toman una copa.
Mientras todos no nos dejemos manipular ni llevar a guerra alguna, cuando no hubieran soldados, quizás se lo pensarian dos veces, pero aún somos como borregos que con un solo grito van solos al matadero.

senses and nonsenses said...

Pon. No, ya no pueden negarlo. ahí están los huesos para dar testimonio. la exhumación tuvo lugar dos semanas antes del polémico diccionario de historia, con h minúscula de joputas (nadie del equipo de la Sinde se lo leyó o qué (¡?), de vergüenza ajena todo)
Gracias a Garzón por intentar hacer justicia, por desvelar historias que estaban también muy bien enterradas. Gracias a este Gobierno que ha decretado leyes que lo están permitiendo.
Gracias a Preston por llamar a las cosas por su nombre. y Gracias a ti.

Cristina, me acordé de ti. ya sabes que te siento muy cerca en esta historia. y que te echo de menos. Cuídate.

Steppenwolf, ya me gustaría saber escribir para poder hacer un texto emotivo, aproximarme mínimamente al horror, al dolor de mi abuela. he preferido contar los hechos secos, sin adjetivos. como homenaje, resulta pobre, pero tampoco quiero calentarme. de lo único que no me he querido privar es de llamarles asesinos.
Todo lo que se ha hecho y lo que se haga con los restos es por ella, una mujer que tuvo miedo (a que volvieran) hasta después de morir el tirano (perdón, el genocida).

Uno, creo que en muchos casos los nietos hemos conocido más detalles que los propios hijos. no sé, bien por miedo, bien por protegerles (del odio, el rencor, de la venganza, pienso ahora que estoy descubriendo historias que aún no conocía). en mi casa fue mi abuelo el que me contaba algunas historias truculentas de los años de la Guerra, mientras mi abuela asentía o le decía que hablara más bajo, o que se callara directamente. el día D, él estuvo escondido toda la noche en un pajar, acabada la guerra le enviaron a Africa, a un servicio militar durísimo que duró más de dos años..
a mí me encantaría hacer algo simbólico, todos juntos, recordar que murieron tan solo por ponerse de parte de la República (mencionar a los comuneros de Castilla, que mis abuelos contaban, que ahora pregunto y nadie sabe nada, ...la anestesia ha sido TAN grande), pero no me voy a saltar una generación. que igual hay otra guerra...
si hay alguna celebración religiosa yo llevo bandera republicana. mi bisabuelo no sé, pero mi abuela yo creo que era atea (nunca le vi ir a misa), y fue el cura del pueblo el que señaló las dianas…

Raúl, yo no tengo ya a quién perdonar, ni tengo rencor, rabia sí (por lo que pudo haber sido, y por lo que fue). pero no quiero olvidar, no.

Tut, no creo en guerras justas e injustas, pero la nuestra ha sido la más injusta de todos.
fue un golpe de Estado, una sublevación militar contra el Gobierno legítimo de la República, con la complicidad de la Iglesia, caciques y terratenientes... y con la pasividad de los gobiernos del mundo entero en general: con la victoria del Frente Popular temían otra revolución rusa en el otro extremo de Europa. algunos seguimos viendo la victoria del Frente Popular como la última utopía del s.XX.

Javier said...

En estos momentos estoy leyendo el libro de Paul Preston, "El Holocausto Español", y cualquier cosa que se pueda haber oído se queda corta, hay momentos en que lo tengo que cerrar, me es imposible continuar, creo que aún no somos conscientes de la barbarie que aquí se desencadenó. Ahora no paran de repetir que se hicieron barbaridades por ambos bandos, sí es verdad, pero no es equitativo, el nivel de odio y sanguinaria venganza de los traidores rebeldes no tiene comparación con un pueblo que a duras penas pudo defenderse.

------- said...

Espero que podais enterrar a tu bisabuelo donde tu familia quería, y no donde quisieron los malditos fascistas...que seguirán con lo mismo, que si los dos bandos mataron (sí, pero la idea de uno de ellos era ELIMINAR completamente a todo lo que no fuera nacional-católico, como siguieron haciendo DESPUÉS de la guerra), que si hay cosas más importantes, que si eso es reabrir heridas (esta razón es la que más me ha tocado siempre las pelotas) y seguirán bandiendo los panfletos de Pío Moa y César Vidal. Qué ascazo.

Por cierto que venía a decirte que hay otra en el "club de los 27": Amy Winehouse. Vaya fin de semana.

1 abrazo.

Caronte said...

(El comentario de antes era mío, no sé por qué ha salido eso). Aprovecho para recomendar "La Guerra Civil española" de Antony Beevor, por fin un estudio serio de nuestra guerra, también tenía que cerrar el libro a veces de la rabia y la impotencia que sentía (y hay "sorpresas" como el apoyo de empresas norteamericanas al bando nacional en forma de millones de dólares y toneladas y toneladas de combustible, hasta el punto de que muchos altos mandos "nacionales" decían que sin ese apoyo logístico no podrían haber ganado la guerra).

Maribel said...

Querido Senses,
simplemente darte mi apoyo más sincero, es una vergüenza como han tenido, negándolo todo, escondidas estas historias, que mucha gente sabía porque las había vivido directamente.
Tu abuela, y tu abuelo también, estarán muy orgullosos desde donde estén, descanse en paz, de una vez por todas.
Besos violetas y cuídate,
Maribel

CRISTINA said...

Aunque tarde quiero dejarte aquí un abrazo con toda la emoción, con toda "mi memoria".
"Mi memoria", así titulé un post que escribí en mi extinguido blog. Ojalá después de ese post yo pudiera escribir uno como el que tú has escrito ahora. En nuestro caso es imposible. No sabemos qué pasó, ni donde, ni cómo, ni donde están. Sólo sabemos que un día se los llevaron y que los mataron.
Sólo una tía mía pudo enterrar dignamente a su padre, hace muy pocos años. Las letras de la lápida las arrancaron no se sabe quién, a los dos días de ponerlas.
Lo demás son tristezas, frustraciones, mentiras...otra tía mía estuvo años y años llevando flores a una tumba de un pueblo cercano. Cuando la madre murió y decidieron enterrarlos juntos, mi tía tuvo que ver como aparecía el cuerpecito de una niña donde se suponía que estaba el de su padre fusilado.
Habría tantas cosas que contar.
Como escribí en mi post,

"...a aquéllos que debo mi memoria, les persiguieron, encarcelaron, les obligaron a huir. Dejaron a sus familias con dolor y miedo para siempre. A bastantes de ellos, incluso, los mataron.
Y todo éso les pasó, como a tantos otros, a pesar de que nunca, jamás, habían hecho ningún daño a nadie.
Lo menos que se merecen es mi memoria."

Tú y los tuyos habéis podido darle a tu abuelo, además de vuestra memoria, algo importantísimo por todo lo que significa, algo que deshaga ese tratamiento que les dieron como si fueran perros, un lugar donde su restos "descansen" dignamente.

Dentro de la más profunda tristeza, me alegro enormemente.

Un beso fuerte, compañero.

senses and nonsenses said...

Cristina, antes de nada perdona por tardar tanto en contestarte. me acordé de ti y de todos los que nos hemos ido contando la historia de nuestras familias en los blogs.
he visto estos días historias como la de tu familia. una señora que busca a su abuela albergaba la esperanza de encontrarla aquí. sólo saben que despareció en un pueblo cercano.
sin embargo, las víctimas de este pueblo (que fueron engañadas: las tropas franquistas entraron ondeando la bandera republicana disfrazados con el uniforme enemigo. ...y encima son recibidos con los brazos abiertos) fueron llevados en camión hasta esta Sima de Dolencias, y lanzados al vacío (seguramente vivos).

es que nunca se acabará esta historia? (es esa la sensación que tengo). sabíamos que hubo ejecuciones hasta 1975, agonizando ya el tipejo, pero aún me cuesta creer que se siguieran robando niños (bueno, respecto a este tema todo es nuevo, para mí al menos).
es necesaria una segunda Transición, desenterrar todo lo que haya que desenterrar. la que hubo, se hizo en falso, hoy es evidente. "bajo el ruido de los sables", que se decía...

creo que estamos muchos con Preston. tb poco a poco, en pequeñas dosis. por CABREO. si no acabo saturado del tema me acercaré a Antony Beevor (pero acércate a Preston, es una obra fundamental)

senses and nonsenses said...

Caronte, tú y yo lo sabíamos, que diría joaquín luqui. creo que lo hablamos. lo de Amy con el Club de los 27 se veía venir. (putos visionarios!)
Janis ya no estará sola entre tanto chico.
ahora mismo suena de fondo.
una voz impresionante, y un disco maravilloso. un milagro de álbum, ya histórico.

muchas muchas gracias, este post es muy personal.
besos a todos.

Salamandra said...

Caigo por aqui y me pones los pelos como escarpias. Una gran entrada.

Me parece muy fuerte lo de acabar siendo pegamento ...

Te sigo!!

Anonymous said...

Hola. En vez "Balcón de Pilatos de Otsaportillo, en la Sierra de Urbasa, es" debería decir algo así: "Balcón de Pilatos y Otsaportillo, en la Sierra de Urbasa, son". Más información en http://www.euskomedia.org/galeria/A_32435 . Saludos