Thursday, July 07, 2011

Lola Montes

«No sé qué me pasa,
mi vida da vueltas en mi cabeza»



«Lola Montes: la bailarina española», que en realidad era irlandesa, fue la cortesana más conocida de toda Europa. Su vida fue de todo menos aburrida: con 16 años, huyendo de su madre, se casa con un teniente del ejército británico que abandona cinco años después en India; regresa a Londres, donde debuta como bailarina profesional con el nombre de Lola Montez. Cuando empieza a ser conocida —especialmente entre los hombres—, sobre todo por su belleza y sus habilidades fuera de la escena, llegan rumores hasta Inglaterra de su matrimonio.
Cuando salta el escándalo, deja Londres y se establece en París, donde es aceptada por la bohemia del momento gracias a la escritora George Sand y Franz Liszt, uno de sus más célebres amantes. En 1846 va a Munich, pero antes de estrenar su espectáculo es despedida por escándalo. Lola, ofendida, va a palacio a pedir explicaciones al Rey. La leyenda dice que coge unas tijeras, destroza el vestido y le muestra sus pechos desnudos.

—¿Que no soy clásica?
Pero ¿qué significa? Clásica, clásica...
...Claro, como no estoy nada mal, inventan cualquier cosa.
No puedo ir por ahí desnuda.
Yo que me pongo vestidos cerrados para que me hagan seria.

—Cuánta mala intención.
—Porque sí, estoy muy bien hecha.
. . . . . . . . . .
—Traigan una aguja e hilo.
Sale de palacio con un contrato en la mano para actuar en el mejor teatro de Munich y como la amante de Luis I de Baviera. Un año más tarde consigue el título de Condesa de Landsfeld, algo que fue muy impopular entre los bávaros y una de las causas de la Revolución de 1848, que obliga al Rey a abdicar y a Lola abandonar Baviera.

En 1851 se traslada a EEUU con la intención de volver a empezar. Se instala en California, coincidiendo con la fiebre del oro: pone en pie su propio espectáculo, y otra vez tendrá ambiciones políticas. Al final de su vida se dedica a ayudar a pobres chicas jóvenes como ella. Durante los dos últimos años de su vida vive como indigente por las calles de Nueva York. Muere de una neumonía con 40 años aprox.

Retrato de Lola Montes, de Joseph Karl Stieler, pintor al servicio de Francisco I de Austria y Luis I de Baviera. En el film, Wisböck, el pintor más lento de la corte, contratado por el Rey para poder retener a Lola el mayor tiempo posible.



«No soy un fenómeno de feria.
Su oferta no me interesa»


—Soy un hombre de circo.
Yo encontré a la mujer de tres cabezas y al único elefante que sabía tocar Sur le pont d'Avignon al piano. En Nueva York, nos encerramos y actuamos durante 4 semanas con los dos anarquistas que mataron al sultán de Egipto. Y en San Francisco, cinco semanas y media. Sólo son detalles, pero le permitirán entenderme mejor.

—¿Qué desea?
—Contratarla. Estuve ayer en el teatro.
—¿Le gustó?
—No. No sabe usted bailar. Pero sabe escandalizar y enloquecer al público. Salta a la vista. En el mundo entero el escándalo es oro. Y en América, no hay limites. Venga conmigo. La venderé muy caro a Barnum, a Buffalo, por todo el mundo. La mujer más escandalosa del mundo. El mayor espectáculo de escándalos. Usted los interpretará, los bailará si quiere. Si no hay suficientes para una noche, los inventaremos. Mostraremos todo cuanto una mujer siempre deseó hacer, pero nunca se atrevió. ...Deje de moverse. Tranquilícese...
El talento no me interesa. No es para verla bailar por lo que la gente va al teatro, sino para verla a la salida. Es usted bella, increíblemente bella.

—Yo no soy, como piensa, una máquina de escándalos.
Hago lo que me apetece. Eso es todo.

—Eso mismo pensaba el elefante.
Al final, aprendió a tocar el piano. Ahora le encanta la música.

—No soy un fenómeno de feria. Su oferta no me interesa.
—Perfecto. Pero sigue en pie. Este es el contrato. Se lo dejo aquí.
Ya sabe dónde encontrarme. Para bien y para mal.


Pero, tanto en la película de Max Ophüls como en la biografía novelada e imaginada por Cecil Saint-Laurent en la que se basa Lola Montes (novela inédita hasta 1972), la que fuera amante de los hombres más importantes de su época, la que tocó poder con sus manos, al final de sus días —enferma y arruinada— se ve obligada a trabajar en un circo de New Orleans donde cualquiera puede preguntar por 25 centavos cualquier cosa sobre su vida privada.
La película toma como punto de partida una ficción sobre una de las muchas leyendas que corrían sobre su vida. Parece que sí fue cierto que el mayor empresario circense, Phineas T. Barnum, le ofreció formar parte de su circo, oferta que ella rechazó, y que se resolvió con un cruce de insultos en la prensa de la época.


...Señoras y señores...
esta es la verdad sobre la extraordinaria vida de Lola Montes.
...Doce cuadros vivientes interpretados por la compañía:
con pantomimas, acrobacias, con música y baile,
y nuestra orquesta al completo.



El circo como metáfora de la memoria: Lola Montes (Martine Carol) es la protagonista de la función, pero el Maestro de Ceremonias (Peter Ustinov) ordena el espectáculo. La realidad como espectáculo: mientras el jefe del circo va desgranando con todo lujo de detalle los amores y escándalos de Lola, ella ejecuta pequeñas acrobacias que escenifican los episodios más importantes de su vida.

«Lola, queriendo hacerse un nombre, entendió que no era cuestión de
mantener una buena reputación. Los rumores, el escándalo, las emociones,
fue lo que escogió para causar sensación»

El Maestro de Ceremonias promete al público el número “más sensacional del siglo: el espectáculo, la emoción, la acción, la Historia”… Lola que ha sido una depredadora, que ha llegado a tocar el cielo, ahora tiene que lanzarse al vacío sin red: las fieras ávidas de carroña están ahora abajo esperando a la presa. Verdugo y ví­ctima en este carnaval grotesco de la sociedad del espectáculo. Como ella, también Ophüls. Al mismo tiempo pretende hacer una crítica al culto de la celebridad y a su mercantilización, tuvo muy en cuenta los rumores de las revistas de cine de la época, las historias que circulaban sobre la vida privada de Judy Garland o Zsa Zsa Gabor. Critica el triunfo de un estilo, el de la vulgaridad, responsable tanto el público como aquellos que hacen cine como un negocio.

«La Condesa es la primera mujer de Europa que fuma puros. Naturalmente,
como la mayoría de la aristocracia cubana fuma: 'El caballero dorado'.
Cuyas diez variedades se venden en el teatro. Delicioso.»

Cae el telón... Ascensión y caída de Lola, que al final de la película se nos presenta como un fenómeno, encerrada en una jaula. Los hombres que lo deseen, sólo los mayores de dieciséis años, pueden acercarse para besarle la mano. "Un recuerdo inolvidable por tan sólo un dólar": lo que a un rey le costó su reino, el público puede tenerlo un instante por un único dólar..

Esta historia pertenece exclusivamente al Circo Mammuth.
Toda reproducción está prohibida.



Tráiler


La última película del siempre elegante Max Ophüls fracasa en su estreno en Francia. El público, sus propios productores -que la masacraron en la sala de montaje- y gran parte de la crítica, ni comprendieron ni respetaron su trabajo. La retiran de la cartelera, se suprimen algunas escenas y se vuelve a montar la historia en orden cronológico, eliminando su intención de contar la historia en flashbacks. En 1956, para el estreno en EEUU, el metraje se vio reducido de 115 a 75 minutos. Existen diferentes versiones con metrajes y doblajes distintos. Fueron tantos los abusos contra su obra que llegó a renunciar a su autoría. Son muchos los que piensan que los disgustos que tuvo con la película aceleraron su muerte en 1957. En 1968 se estrena tal como se concibió. Es una obra maestra.



En 2008 la Cinemateca francesa restaura una copia en 2008, en maravilloso Cinemascope, y recuperando el color original que se buscaba durante el rodaje. Es la única película en color de su filmografía, que se utiliza como un recurso narrativo importante: predomina el uso de los azules y rojos, que sirven para enfatizar los sentimientos y distintos estados de ánimo del personaje.



No es frecuente en la Historia del Cine que varios directores, ante todas estas injusticias, se pongan de acuerdo en redactar un texto en apoyo de una obra y su creador:

"Lola Montes supone una aventura nueva, audaz y necesaria; es un film muy importante que llega justamente en el momento en que el cine precisa, con urgencia, un cambio de aires. Hemos oído decir: no le gusta al público y las películas se hacen para el público... Por otra parte, al no parecerse Lola Montes a lo que vemos habitualmente en las pantallas, es normal que el público pueda sentirse perplejo. Nos preguntamos si los espectadores que entran ya en la sala desorientados por tantas voces discordantes tendrán el valor, si la película les gusta, de manifestarlo abiertamente. Creemos que, ante todo, Lola Montes es un acto de respeto hacia el público, a menudo maltratado con espectáculos del más bajo nivel, que alteran su gusto y su sensibilidad. Esta película no es un divertimento. Hace reflexionar, pero creemos que el público también quiere pensar. ¿Por qué un hombre puede apreciar un libro de una cierta calidad y rechazar un film de esa misma altura? Defender Lola Montes supone defender el cine en general, ya que todo intento serio de renovación es un bien para el cine y para el público".
R.Rossellini, J.Becker, J.Cocteau, J.Tati, entre otros...
(Le Fígaro, París, 5 de enero de 1956).




Lola Montes (Max Ophüls, 1955). Prólogo—.

http://creadoresimagenes.blogspot.com/2010/04/lola-montes-lola-montes-max-ophuls-1955.html
http://www.circomelies.com/2008/04/lola-montes.
http://soloparagourmets.blogspot.com/2010/12/Lola_Montes.
Biografía más fiel de Lola Montes. Blog Historias de España

16 comments:

Santy Trombone said...

Menuda vida la de Lola, eso si es un vodevil y lo demás son tonterías...

Uno said...

Qué gozada de entrada. La he disfrutado muchísimo. Y espero continuarla por esos enlaces. Nunca vi la peli completa aunque si muchos momentos como los que tu nos regalas. Lo mismo este finde por fin la veo, si la encuentro.
Esa mezcla de monarquía y circo me ha traido a la memoria a Barbara Rey.
Un abrazo

Javier said...

Hace bastante tiempo que vi la película y me dejó bastante impresionado, pero ya ha llovido mucho desde ese día y por desgracia no la he vuelto a ver.
Desde luego haces un estupendo recorrido por la vida de esta mujer, la cual se puede decir que entró en la historia por derecho propio.

Steppenwolf said...

"Esta película no es un divertimento. Hace reflexionar, pero creemos que el público también quiere pensar". Estos directores parece que no conocían demasiado al público.

La realidad como espectáculo, Lola Montes se adelantó a su tiempo evidentemente. Me adentraré en la historía y en la película, pero te advierto que mis dos neuronas están entretenidas en un programa de telecompra.

Tu post es un pequeño informe semanal interactivo, Mr. Senses.

Abrujandra said...

Hola niño, tanto tiempo, siempre es un placer pasar por acá y leerte, tan dedicado, para nada improvisado.
¡Que soberbia mujer! vidas que dejan huella y son inspiradoras.

senses and nonsenses said...

el público tb quiere pensar, somos una inmensa minoría, pero el criterio que parece que se sigue es el número de semanas en cartel, el share o rating de audiencia...
la realidad como espectáculo: esa era la idea del post, Steppen. tenía que haber sido la continuación de este post:
http://unviajeimposible/la-television.

pero no creo que sea algo nuevo. no sé si en la época de Lola Montes, pero las andanzas de Mata-Hari ya se ventilaron en la prensa de la época. pero con la TV se amplifica todo: Grace Kelly, Fabiola, Soraya... hata el momento actual, que la telerrealidad lo inunda todo.
en 1955, de Judy Garland al público le interesaba más sus problemas con las drogas, su madre y los hombres que sus películas o sus canciones (como Amy Winehouse, masomenos).

Uno, es buenísimo traer "a colación" a Barbara Rey, jajjaja. tu comentario tiene doble y hasta triple lectura.
en la primera versión del post, si blogger no me lo hubiera borrado, la musa inspiradora fue Belén Esteban. para esta segunda versión he tenido muy en cuenta a La Pantoja (y hasta la SGAE).
besos a todos,
que os quiero con gota, sin gota...

Justo said...

Qué bonita entrada...

Estrenaron la versión nueva cuando vivía en París, y supe desde el primer momento que iría a verla.. me equivoqué, la dejé pasar, y cuando pasó por una sala de Madrid también. Ahora leyendo esto veo hasta qué punto hice el tonto, porque esta película en cine debe ser una pasada.

Habla Pe-Jota de Bárbara Rey, pero a mí el argumento me ha recordado más a una de Sara, ¿no? incluido el drama final, que ella siempre o le entraba leucemia o se metía a monja. Y esas inspiraciones que has tenido tú?? mejor no me lo expliques, y las dos son defraudadoras a Hacienda, me parece, como la Torroja.

Qué ganas de ver la película, con esos diálogos..

Un beso

senses and nonsenses said...

pa'berte matao'
a provincias no llegó.

Sara tb hizo La bella Lola que, aunque no cuenta la misma historia, se basa en el mismo mito de Lola-Lola, de la Dietrich en El ángel azul.
Conchita Montenegro sí que hizo una versión de la historia de Lola Montes, de Antonio Román. que seguro que está curiosa...

senses and nonsenses said...

sí, todas las películas de Sara son un poco Lola.
pero con culpa, castigo y redención al final. que estamos en españa...

David Cotos said...

que guapa y que mirada.

David Cotos said...

que increíble como martine carol murió de tan solo 46 años.

Raúl said...

¡Menuda biografía, por dios!
Y menudo trabajo te has pegado.

TUT said...

Hola amigo:

Ya estoy por aquí de nuevo¡
Pues verdaderamente la vida de Lola Montes es digna de escribir diez tomos, personaje unteresantísimo que nos has ido descubriendo.

Un abrazo

pon said...

Las chicas malas sienpre terminan malamente castigadas. Como dios manda.

Pero qué bien se lo han pasado antes!!!

senses and nonsenses said...

seguro que era un bicho, ...porque el mundo la hizo así, porque nadie le había tratado con amor.
pero con una vida fascinante.

por qué siempre Vivir tiene un precio tan alto...


bienvenido Tut
besos a todos.

pon said...

porque si no tuviera un peaje, no tendría maldita la gracia ni el riesgo