Friday, April 16, 2010

14 de abril: homenaje a la República

El programa del Frente Popular empezaba con estas palabras: «La República concebida por los partidos que forman el Frente Popular, no es una república regida por motivos sociales o económicos de clase, sino un régimen de libertad democrática, inspirado en razones de interés público y progreso social».
Constancia de la Mora, Doble esplendor.


«Aunque el otoño de la Historia cubra vuestras tumbas con el aparente polvo del olvido,
Jamás renunciaremos
ni al más viejo de nuestros sueños»
Miguel Hernández

Estoy cansada de no saber dónde morirme. Esa es la mayor tristeza del emigrado. ¿Qué tenemos nosotros que ver con los cementerios de los países donde vivimos? [...]
¿No comprendéis? Nosotros somos aquellos que miraron sus pensamientos uno por uno durante treinta años. Durante treinta años suspiramos por nuestro paraíso perdido, un paraíso nuestro, único, especial. Un paraíso de casas rotas y techos desplomados. Un paraíso de calles desiertas, de muertos sin enterrar. Un paraíso de muros destruidos, de torres caídas y campos devastados [...] Podéis quedaros con todo lo que pusisteis encima. Nosotros somos los desterrados de España [...] Dejadnos las ruinas. Debemos comenzar desde las ruinas. Llegaremos.
María Teresa León, Memoria de la melancolía.

Con esta cita da comienzo El corazón helado, la novela definitiva sobre la Guerra Civil española de Almudena Grandes. Por fin me he animado a hincar el diente a la historia de estas dos familias, que sirven a Almudena para hacer un recorrido por la Historia más reciente de este país, la República, la contienda, la dictadura y el exilio, las dos Españas y el conflicto de las nuevas generaciones con la memoria.

Bajaban por Alcalá y bajaban por la Gran Vía, uniformados, peinados, pisando fuerte con sus botas, indemnes al sol y al fuego de las calles, y a cualquier inquietud, a cualquier preocupación, al miedo, porque habían ganado la guerra y eran los amos de la vida y de la muerte, de la ley y de la fuerza, de las cárceles y de los paredones, del cielo y de la tierra. Porque para eso habían acertado, pensó Julio, mientras a su alrededor los peatones corrían al borde de la acera para levantar el brazo, o en dirección contraria para ganar unos instantes de paz precaria, insuficiente, en las callejas oscuras o en los túneles del metro. Todo el mundo corría, hacia un lado y hacia el otro, pero él se quedó quieto...
Para él, España no era un país, sino un contratiempo, una anomalía que cambiaba de forma, de naturaleza, según las fechas y las circunstancias, como una enfermedad congénita, capaz de brotar y de desaparecer ella sola, o un grano rebelde que, sin picar mucho, tampoco deja nunca de resultar molesto. Ignacio Fernández Salgado, que nunca había estado en España, ya estaba harto de España, harto de la tortilla de patatas y de las sevillanas, de los villancicos y de los refranes, de Cervantes y de García Lorca, de los mantones y de las guitarras, de Fuenteovejuna y del Tenorio, del cerco de Madrid y del Quinto Regimiento, de comer uvas en Nochevieja y de levantar en el aire una copa de champán para escuchar siempre las mismas palabras, el año que viene en casa.
-¿Tú eres republicano? -y la niña rica del pueblo que había crecido sola entre olivares antes de vivir su traslado a un colegio de monjas de Jaén como una aventura incomparable, sintió un escalofrío en la espalda al pronunciar esa palabra ardiente y afilada, prohibida, clandestina.
-Sí -él contestó con mucha naturalidad, sin embargo.
-¿De verdad? -insistió, y le hizo sonreír.
-De verdad.
-¡Ah! -María sonrió a su vez, se quedó quieta, dejó que él se acercara-. ¿Y por qué?
-Porque creo que todos los hombres somos iguales -ella se dio cuenta de que estaba hablando en serio aunque la expresión de su cara siguiera siendo risueña-. Porque creo que todos deberíamos tener los mismos derechos. Porque lo que está pasando en Africa me da vergüenza. Porque no es justo que los pobres mueran como moscas mientras los ricos pagan para librarse de ir a una guerra que sólo les beneficia a ellos. Porque este país está mal hecho y hay que volver a hacerlo entero, de arriba abajo.
Almudena Grandes

¡A por la Tercera!



Rolling Stones - Start Me Up

por baltanar

11 comments:

Javier said...

Justo homenaje, justa entrada, y teniendo en cuenta la que está cayendo más justa aún si cabe, ya que uno empieza a creer que todo el mundo se ha vuelto loco y esto es el mundo del revés, ya se que repito demasiado lo de justo, tal vez por la falta de justicia, me es insufrible ver lo que está pasando, y que encima si dices, afirmas o sugieres que es de locos te tachen de antidemócrata.

Tomo nota del libro, que viene Sant Jordi y uno es muy tradicional para ciertas cosas, es decir, para las que vale la pena conservar.

erva_cidreira said...

Una entrevista de Ken Loach (Tierra y Libertad)

Xim said...

No puedo con Almudena Grandes...

SaLu2

Xim

theodore said...

Salud y República, compañero. Ojalá algún día lleguemos a verlo, no renunciemos a nuestros sueños.

Un abrazo.

Adrianos said...

y a la tercera va la vencida no? mira que pido la nacionalidad y todo para votar...

ixilik said...

Posiblemente estemos en las verdaderas ruinas , desde las que se debería comenzar.
Suelen decir que n hay dos sin tres...
Aceptarían un ERE real, para empezar?

pon said...

yo no sé...........cada dia estoy más desencantada de todo....y más jarta..........ya ni me cabreo. A lo mejor es que me hago mayor. Pero estoy taaaaaaaaan cansada..........empiezo a resignarme.

Vulcano Lover said...

Salud y República.

Yo con Almudena Grandes, me temo que tampoco puedo :-( así que ya me contrarás qué tal, pero creo que va a ser muy difícil que me convenzas, jajaja

CRISTINA said...

Críticas a Almudena Grandes por aquí. Yo tampoco la trago, ni como persona, ni mucho menos como escritora, pero este post va más allá, mucho más allá, y ahí deberíamos ponernos todos.
Decían eso de que "duele España". Duele y mucho. Duele ver todo lo que está pasando a tantos niveles, pero sobre todo duele la falta total de humanidad y de respeto. Hubo unos que empezaron una guerra y la ganaron y administraron la victoria con la crueldad más mezquina durante muchos años.
Pero lo peor es que siguen ahí. No tienen, por supuesto, ni el poder ni el control que tenían antes, ¡¡faltaría más!! Muchas cosas han cambiado muy a pesar suyo, pero el hecho es que siguen ahí. Y siguen siendo mezquinos y crueles.
Y luego están los otros, los que se creen defensores de libertades y sólo saben moverse entre estupideces, falsas poses y puestos políticos.

A los míos, esos míos que perdieron una guerra, estos "rojos" modernos les harían morir de vergüenza.
Y los otros, los fachas de toda la vida, si pudieran, volverían a fusilarlos. Sin piedad, como ellos hacen las cosas.

Qué lejos está el espíritu de la República.

Besos.

Caronte said...

Qué gran comentario, Cristina!!!

Y viva la República, cojones ya!!

senses and nonsenses said...

Sip, un grandísimo comentario.
...y sabéis además cómo lo comparto.

tb estoy muy cansado. pero ya no sé si estoy más harto que cabreado, o al revés.
la extrema derecha ha salido sin tapujos del armario. y con Garzón, que parezca un accidente... es surrealista, esperpéntico, y asqueroso, sobre todo.

Almudena muy Grande. me está costando bastante entrar en esta novela. con Malena... fue inmediato el enganche. pero aún me queda mucha novela.

me gusta mucho Tierra y libertad. una historia que desconocía, la del POUM, y que era muy necesario contar. estupenda la entrevista a Ken Loach. Gracias.

no hay dos sin tres. ...y cada vez queda menos.
...y, ojalá, que lo veamos.

Salud Compañer@s