Monday, January 22, 2007

azar, destino, y otros espejismos

Gil Roncales
He leído que todos estamos separados por tan sólo seis personas.
Seis grados de separación entre nosotros y el resto del planeta.
El presidente de los Estados Unidos, un gondolero veneciano, cualquiera.
Me reconforta saber que estamos tan próximos,
aunque también me parece una tortura china,
porque tienes que encontrar a las seis personas para lograr la conexión.

No sólo son la gente importante: un nativo del Amazonas,
de la Tierra del Fuego, o un esquimal.
Si seguimos el rastro de seis personas estaremos unidas al resto.
Es un pensamiento profundo.
Todos somos una nueva puerta abierta a otros mundos.
Seis grados de separación entre nosotros y el resto del planeta.
Seis Grados de Separación (Fred Schepisi, 1993)

otra explicación de esta teoría:








Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta.
Estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande, y eso que las he tenido de muchas clases.

Sí. Podría contar mi vida uniendo casualidades

Los amantes del Círculo Polar (Julio Medem, 1998)

Milan Kundera decía en La insoportable levedad del ser que hay que reprochar al hombre que esté ciego con respecto a las casualidades de la vida, porque esas coincidencias únicas nos hacen conscientes una y otra vez de la belleza, el orden y la conexión de las historias que vivimos.


I
Estaba pensando en el azar y en el destino cuando el azar quiso que conociera a una mujer y el destino me unió a ella.
II
Convivíamos los cuatro: El destino, el azar, ella y yo. El destino siempre estaba dispuesto a hacer alguna cosa, mientras que el azar se hacía el loco y saltaba por la ventana. Ella y yo contemplábamos estas escenas boquiabiertos.
III
Al final ella se puso de parte del destino y yo del azar: Ella tenía ganas de que hiciéramos algo y yo salté por la ventana.

Siempre he deseado ser el azar, por fin lo he conseguido

Encontrado en el blog de Lovesick. Mi Caos


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Doctor Deseo - Gotas de dolor... un charco de olvido

27 comments:

Anonymous said...

vaya, hace poco le hablaba a una amiga de esta teoría, que me parece muy interesante, aunque tambiénentramos en el eterno debate de la influencia del destino en nuestras vidas. 1 post muy bueno.

1 abrazo

Javier Herce said...

Pues me parece bien chungo que sólo haya seis personas entre yo y ciertas personas, la verdad.

Anonymous said...

Seis grados de separación que a veces parecen muchos menos y otras... muchos más. Gente que está en otras ciudades y parecen cercanos y otras personas que están a tan solo una habitación y parecen a kilometros y kilometros...

Anonymous said...

Seis grados de separación que a veces parecen muchos menos y otras... muchos más. Gente que está en otras ciudades y parecen cercanos y otras personas que están a tan solo una habitación y parecen a kilometros y kilometros...

Anonymous said...

.

Pues yo no creo en los grados de separación ni en las casualidades. Es más, si creyera en las casualidades, creo que ya ha ocurrido la de mi vida, que ha sido la de encontrar a mi pareja.

Un beso.

Anonymous said...

Es la lírica del planeta, su rítmica extraña y cruel, segun la óptica. Y lo inquietante de estar tan cerca de tantas personas que ni tendrías tiempo en toda una vida para intercambiar un par de palabras con cada una.
Como con todo, el hombre, el desarrollo y la modernidad, transforman todos. Chats, blogs, foros... ¿no crees que con estos instrumentos cada vez los grados de separación se reducen más? (de forma alarmante, diría yo?? La relaciones más sensibles, las sentimentales, cada vez están más articuladas a azares proporcionados por medios como este. Revelador y profundamente cautivador, la arrolladora y arrogante tecnología al servicio de lo más humano, de lo más bello, de lo más importante del hombre... Y sin embargo, inquietante también saber que el mundo, en imparable crecimiento, se hace cada vez más pequeño, más abarcable... Vértigo, Necesidad, Miedo... No sabría dar mi opinión... Aún así, seguimos adelante... De camino al grado uno. ¿lo veremos?

Besos, inquietantes.

Anonymous said...

Hola amigo, pase a saluidarte y a contarte que te indexe en blog, un gran abrazo (perdoname el atrevimiento).

Anonymous said...

Es una de las teorías más apasionantes que existen, aunque tambien de las que más vertigo dan, ya que nos acercan a personas de las cuales quisieramos estar lejos, pero a la vez nos hacen pensar en que deberiamos tomar conciencia de lo iguales y cercanos que estamos todos, lo cual evitaría ciertos comportamientos, creo que este post es muy oportuno, sobretodo viendo lo que está pasando.
Como siempre estás genial, gracias por hacernos pensar y reflexionar en nuestro diario devenir.

Anonymous said...

Creo totalmente en la teoría de los seis grados de separación. Teoría que se convierte en uno o a lo sumo dos grados de separación cuando se trata de una persona con la que te gustase que hubiera no seis, sino seiscientos sesenta y seis grados de separación.

Es curioso como a veces el destino, el azar, o quién quiera que sea, se ceba con nosotros... y esa persona de la que tú no quieres saber nada o a la que no quieres volver a ver el resto de tu vida resulta ser la hija de tu jefe, un compañero de clase que está en tu mismo grupo de prácticas, la nueva novia de tu mejor amigo o tu médico de cabecera.

LoveSick said...

Entando de haberte encontrado en el mundo de la blogosfera, quería contactar contigo para un experimento bloguero, comunícate conmigo en cuanto puedas: lovesickfour@yahoo.com

Un saludo,

LoveSick

Anonymous said...

hola...

TENGO ALGO PARA TI EN MI BLOG...

checalo!!!

Anonymous said...

Hablando de casualidades, por una muy grata encontré tu blog y me gustó mucho. Definitivamente las casualidades existen y el azar también.

Anonymous said...

Una vez, de camino a mi casa, una pordiosera en pleno trance alzò u brzo y comenzò a implorar mi nombre. Con que sòlo seis grados entre ella y yo, eh? Saludos.

senses and nonsenses said...

creo que es una idea fascinante, no me parece una teoría negativa en ningún caso; además, en realidad, no somos nosotros quien decidimos en parte disminuir o aumentar esos grados de separación?
aunque caminante (el chico que camina) abre una nueva vía: es cierto que muchas veces la persona que desearías que desapareciera de tu vida, que nunca hubiéramos deseado volver a ver, una y otra se empeña (el azar?, el destino?)en re-encontrarnos con ellas.

en el momento de hacer el post pensaba en los blogs, como dice vulcano lover, nos hace más conscientes de lo cercanos que podemos estar todos. por casualidades entramos en blogs que nos llevan a otros blogs, y así hasta el infinito. (bienvenidos los que entráis aquí por primera vez).
...Las relaciones más sensibles, las sentimentales, cada vez están más articuladas a azares proporcionados por medios como este... (cómo mejorar esto!)

como dice davidmo: ...Gente que está en otras ciudades y parecen cercanos y otras personas que están a tan solo una habitación y parecen a kilometros y kilometros...
(por cierto, pensaba en ti cuando elegí esta canción de dr. deseo para el post)

Besos a todos.

Silencio said...

Y esto tiene sus ramificaciones terroríficas, como haber dejado a alguien una noche y que a tu cuarto grado de separación le tope y se hagan amantes, te enteres y sepas que si no conocieras a nadie, entonces nunca podrías odiar a quien conoces y podria terminar bajandote a alguien, o algo así.

Saludos

Anonymous said...

Escuche el otro día la canción, y hoy vuelvo a hacerlo después de recibir tu dedicatoria... gracias por este regalo.

"Gotas de dolor,
gotas de dolor
y un charco de olvido"

Anonymous said...

en la quedada bloguera que hicimos en madrid en diciembre fui testigo de casualidades impensables.... de coincidencias entre personas que el simple contacto con el blog no llegaba a atisbar... y a lo largo de mi vida me he encontrado ambién con pekeñas casualidades alas que llegué e algunas de ellas por extrañas intuiciones... no se a qué tipo de reglas o agoritmos o leches se deben estas cosas... pero pasan... me pasó también con mi pareja teníamos tantos elementos comunes para habernos conocido tiempo atrás... pero tuvo que ser en la fecha y en el lugar y de la manera que fue... sin más...
aveces leo tantos blopg que me olvido de otros... un placer volver a reencontrarte....
saludos..

Iohannes said...

Interesante

Iohannes said...

Interesante

HOMBRESPARAHOMBRES said...

Hay cosas que hay que meditarlas bien meditadas y, la verdad, esto de las seis personas no acabo de verlo claro (que más quisiera), ¿y si son más? ¿y si son menos? Eso sin tener en cuenta las maravillosas, u horribles, "casualidades" que te hacen dar de narices con algo muy bueno o algo muy malo en la vida, sin que haya más explicación que llegar a cruzar una línea que podías no haber llegado a cruzar nunca. Bueno, tengo que volverlo a releer, estoy un poco espeso.

Un abrazo.

Anonymous said...

La verdad es que yo no creo en esa teoria, digo no creo que sea aplicable a cualquier par de personas aunque si a la mayoria de la población

Anonymous said...

...bueno, me parece una idea seductora... ¿que seis personas pueden separarme de ti, hombre de un viaje imposible?

hermes said...

Seis personas, un millón o una sola, que importa, el azar nos depara sorpresas que no cuadran en nuestras previsiones , pero nuestra permanente y a veces inutil busca nos deparará, sin duda, la oportunidad de plantearnos continuamente si ese es uno de los seis o no.

Anonymous said...

¿Los blogs ya nos unen o tendríamos que buscar esos 6 grados de separación alternativos para llegar los unos a los otros?

Anonymous said...

6 grados interesante .... A veces las casualidades nos son mas que signos que nos pone el destino para ayudarnos a tomar decisiones de nuestras vidas

Saludes

Jhon

Anonymous said...

La insoportable es uno de mis libros... y Tomás... un sueño :)

LoveSick said...

¿Todos los blogs del mundo estamos enlazados con seis grados de separación? Volví a ver hace poco Los amantes... qué gran película, y La insoportable... fue mi compañía durante una semana de gripe, el problema es que el libro terminó y la enfermedad continuaba, así que tuve que devorar La broma, que me gustó más.