George Platt Lynes
No ha habido mes durante estos siete años que no haya posteado algo, por mínimo que fuera, aunque sea una tontería: este mes casi me pilla en pelotas...
Cuando todavía resuenan los ecos de la mejor edición del Jazzaldia de toda su Historia, o eso dicen, con estupendos conciertos en la playa, y gratuitos, todos los días:
Podría hablar de la enorme clase de Elvis Costello: en Oliver's Army.
O la delicadeza de los escoceses Belle and Sebastian: en I didn't see it coming, o I want the world to stop, que me encanta.
Pero quiero hablar de Jamie Cullum, con el que sigo fascinado después del conciertazo del miércoles pasado. Un directo vibrante, hora y media saltando sin parar sobre el escenario, aporreando el piano como un poseso, a lo Jerry Lee Lewis: pop, soul, algo de jam session y hasta momentos punk. Puro espectáculo. Que superó todas mis expectativas. Desde su primer disco, Heard It All Before, se ha prodigado en actualizar versiones de clásicos y standards, por lo que suelen llamarle el crooner moderno con playeras: entre otros, Kurt Weill, George e Ira Gershwin, o Cole Porter.
Podría hablar de la enorme clase de Elvis Costello: en Oliver's Army.
O la delicadeza de los escoceses Belle and Sebastian: en I didn't see it coming, o I want the world to stop, que me encanta.
Pero quiero hablar de Jamie Cullum, con el que sigo fascinado después del conciertazo del miércoles pasado. Un directo vibrante, hora y media saltando sin parar sobre el escenario, aporreando el piano como un poseso, a lo Jerry Lee Lewis: pop, soul, algo de jam session y hasta momentos punk. Puro espectáculo. Que superó todas mis expectativas. Desde su primer disco, Heard It All Before, se ha prodigado en actualizar versiones de clásicos y standards, por lo que suelen llamarle el crooner moderno con playeras: entre otros, Kurt Weill, George e Ira Gershwin, o Cole Porter.
Jamie Cullum — Love For $ale
Además de presentar algunas canciones de su nuevo álbum Momentum, que incluye su mayor éxito hasta ahora Everything you didn't do, no faltaron versiones: como la muy personal de Love for $ale, High and Dry de Radiohead, una casi irreconocible Get lucky de Daft Punk, o The Wind Cries Mary de Jimi Hendrix, con la que cerró el concierto. Y sobre todo, la magnífica versión que se marcó de Don’t stop the music de Rihanna, con la que creo que me ha ganado para siempre.
Jamie Cullum — Don't Stop The Music