60 años del Festival de Cine de San Sebastián, y este año me ha tocado celebrarlo a lo grande. No pudo empezar mejor: Susan tuvo el detalle de venir a verme, (qué mona!), desprendía una luz especial, aunque bien pudieran ser los reflejos de Richard, que llevaba el pelo más blanco que he visto nunca. Preside el Jurado, Christine Vachon, a quien no conocía, y resulta que es la productora de la filmografía completa de Todd Haynes (desde Poison hasta Mildred Pierce), los primeros films de Todd Solondz, el último de Robert Altman, y responsable de muchas de las películas queer del último cine americano: Go fish, Boys don't cry, Hedwig and the Angry Inch, Stonewall, Bésame Guido...
Amour (Michael Haneke)
Creo que la muy prometedora Sección Oficial no ha cumplido del todo las expectativas, pero para mí ha sido una de las más memorables que recuerdo. O, bien estoy siendo muy benévolo, bien he perdido todo criterio después de tres pelis diarias, pero yo hasta en la de Castellito -la más vapuleada hasta el momento- he encontrado cosas (es más, no me disgustaría nada que Penélope Cruz se llevara la Concha de Plata a la mejor actriz).
La Concha de Oro me huele a la Blancanieves de Pablo Berger, que se le ha visto mucho por la ciudad. Fernando Trueba también ha cosechado buenas críticas. Parece que este año Trueba y Berger, que toma la delantera en la carrera hacia los Oscar, tendrán que peleárselo todo: Conchas, ¿Goyas?... También veo con muchas posibilidades a Francois Ozon que encantó al público donostiarra con Dans la maison, la adaptación de una obra de teatro del español Juan Mayorga, "El chico de la última fila", sobre la relación que se entabla entre un profesor y su aventajado alumno (apuesto por Fabrice Luchini como el mejor actor, divertidísima Kristin Scott Thomas). Y no puede faltar en el Palmarés Le Capital de Costa Gavras (¿director?, ¿guión), un intento de explicar lo que está sucediendo en estos momentos, buen cine político del que nos tiene acostumbrados.
Laurent Cantet (despues de Entre les murs) ha decepcionado con Firefox, una pena porque empieza bien, pero después de casi dos horas y media casi que sólo quieres que termine. Bhaman Ghobadi (Las tortugas también vuelan), ganador de la Concha de Oro en dos ocasiones ha presentado Rhinos Season, con Monica Bellucci. Un poema visual muy bonito, muy esteta, pero que te deja bastante frío. Hoy finalizan las pelis a concurso con la anodina El hipnotista de Lasse Hallström, pero no me podía perder sesión con Lena Olin. No he dicho nada de El muerto y ser feliz, no sé qué decir, vedla y luego me contáis. Lo que no se le puede negar a Javier Rebollo es que tiene un estilo muy personal.
La Concha de Oro me huele a la Blancanieves de Pablo Berger, que se le ha visto mucho por la ciudad. Fernando Trueba también ha cosechado buenas críticas. Parece que este año Trueba y Berger, que toma la delantera en la carrera hacia los Oscar, tendrán que peleárselo todo: Conchas, ¿Goyas?... También veo con muchas posibilidades a Francois Ozon que encantó al público donostiarra con Dans la maison, la adaptación de una obra de teatro del español Juan Mayorga, "El chico de la última fila", sobre la relación que se entabla entre un profesor y su aventajado alumno (apuesto por Fabrice Luchini como el mejor actor, divertidísima Kristin Scott Thomas). Y no puede faltar en el Palmarés Le Capital de Costa Gavras (¿director?, ¿guión), un intento de explicar lo que está sucediendo en estos momentos, buen cine político del que nos tiene acostumbrados.
Laurent Cantet (despues de Entre les murs) ha decepcionado con Firefox, una pena porque empieza bien, pero después de casi dos horas y media casi que sólo quieres que termine. Bhaman Ghobadi (Las tortugas también vuelan), ganador de la Concha de Oro en dos ocasiones ha presentado Rhinos Season, con Monica Bellucci. Un poema visual muy bonito, muy esteta, pero que te deja bastante frío. Hoy finalizan las pelis a concurso con la anodina El hipnotista de Lasse Hallström, pero no me podía perder sesión con Lena Olin. No he dicho nada de El muerto y ser feliz, no sé qué decir, vedla y luego me contáis. Lo que no se le puede negar a Javier Rebollo es que tiene un estilo muy personal.
Io e Te (Bernardo Bertolucci)
Es muy buena noticia que Bertolucci haya vuelto a dirigir, cuando daba ya su carrera por terminada, pero aunque sienta decirlo, me ha decepcionado. Lo mejor del Zinemaldia para el gran público siempre ha sido la sección Zabaltegi donde se pueden ver las Perlas de otros festivales. Este año, Amour de Haneke, por supuesto, ganadora en Cannes. Y la ganadora de Berlín, Cesare Deve Morire de los hermanos Taviani. Una representación del Julio César de Shakespeare por presos reales que también tenéis que ver: "Desde que he descubierto el Arte, esta celda se ha vuelto una prisión".
Además, tengo que contarlo, he podido volver a saborear de El festín de Babette, que ha mejorado como un buen vino, ¡con Stephane Audran detras de mí!. Un lujo poder ver de cerca a una de las chicas de la Nouvelle Vague.
Y estoy muy disgustado porque Claudia Cardinale que ha estado por el Festival se ha quedado sin Premio Donostia (este año, que lo regalaban): tiene una filmografía más importante que cualquiera de los premiados (excepto Dustin Hoffman, quizá).
Además, tengo que contarlo, he podido volver a saborear de El festín de Babette, que ha mejorado como un buen vino, ¡con Stephane Audran detras de mí!. Un lujo poder ver de cerca a una de las chicas de la Nouvelle Vague.
Y estoy muy disgustado porque Claudia Cardinale que ha estado por el Festival se ha quedado sin Premio Donostia (este año, que lo regalaban): tiene una filmografía más importante que cualquiera de los premiados (excepto Dustin Hoffman, quizá).
Cesare Deve Morire (Paolo y Vittorio Taviani)