Diario de un viaje imposible...

Soy una hoja en blanco
a punto de ser emborronada.

El auriga, Mary Renault

La cita es de memoria, pero es que me venía al pelo. Un virus maligno me ha dejado el disco duro temblando. Además de alejarme de la blogosfera durante este tiempo, lo he perdido absolutamente TODO: los enlaces a vuestros blogs (...espero reencontrarme con todos poco a poco), a mis páginas favoritas; y he perdido toda la documentación y las fotos que tenía guardadas para próximos posts. Lo mejor: la alegría de ver que el blog seguía vivo y lo activo que lo habéis mantenido durante mi ausencia. Ni tirios ni troyanos me impedirán regresar a este viaje imposible.

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Y mientras tanto Sara, que vio el post que dediqué a Rubia, nos invitó a la presentación de sus nuevas canciones. Hasta que salga su segundo álbum podéis escucharlas en su myspace. A Rubia le acompañó la banda argentina afincada en Barcelona, OVNI. Aunque la gente estaba muy fría -todos esperábamos la aparición de Sara-, me gustaron mucho. El guitarrista, Esteban García, nos vendió el disco por el morro, pero con mucha gracia. Una velada inolvidable. Gracias, Sara.

Me hubiera gustado recordar a Deborah Kerr que, sin ser de mis favoritas, con la edad cada vez me gustaba más. Nominada 6 veces al Oscar, nunca ganó ninguno. También tenía previsto contaros la historia de los Lynyrd Skynyrd (Sweet Home Alabama), ya que parece que me estoy especializando en un obituario de la historia del rock.
Además, he visto MataHaris (la película más floja de Icíar Bollaín) -Tenía que haber visto la de Maribel Verdú y Blanca Portillo-, y Hairspray (me temía algo mucho peor: mantiene el espíritu de la película de John Waters, que hace aquí un cameo, pero sin la mala leche del original).
¡Qué grande es el cine... clásico! Necesito un clásico YA.

Me gustaría acabar con una canción. Al entrar en un bar suena una melodía que me resulta familiar, descubro entre sorprendido y horrorizado que es una versión electrónica de un tema de Guns N' Roses. Veo a un chico bailar y me enamoro de inmediato. Debe ser que también necesito enamorarme ya. Antes de que acabara la canción casi me lanzo a bailar. ...Y es la primera canción que me he descargado. Estoy fatal.

Y esto parece ya un diario on line.
Aún no sé cómo continuar este viaje, pero estoy de vuelta, atrapado en la blogosfera, aunque nada me impide salir de aquí, igual que aquellos personajes de El ángel exterminador.