Dije que diría cómo nacieron estos placeres prohibidos que nacen como torres de espanto... Aunque no fui un niño gay -hasta los 13 no fui consciente de mi curiosidad por los chicos-, puedo recordar momentos turbadores de mi más tierna infancia que ya revelaban una extraña atracción. Uno de esos momentos es cuando cayó en mis manos esta foto del que aún tardaría bastantes años en saber su nombre,
Joe Dallesandro.
Sería fácil hacer poesía barata sobre lo que ocurrió en el interior de mi pantalón cuando vi la foto, y aunque algo desconcertado por ello, eso no me impidió seguir desafiando la ley de las dos dimensiones fotográficas intentando descubrir que se escondía tras la pierna del niño; pusiera la foto como la pusiera sólo se veía una mancha negra que mi imaginación iba alimentando. Sólo tenía 10 años, así que la escena no acabó como algunos ya estáis imaginando. Pero algo cambió. En esa época para mí el súmmum del erotismo era este póster de
Farrah Fawcett-Majors que colgaba en mi habitación. Muy poco tiempo después quité el póster de la pared y Farrah pasó a empapelar mi carpeta de clase. Nunca pensé colgar a
Joe Dallesandro en la pared, pero sí que lo arranqué de la revista y lo escondí secretamente -sin saber muy bien por qué- en un Atlas. Algo en mi interior sabía, más bien lo sabe ahora, que en ese momento sustituí una imagen por otra.
La vida de Joe Dallesandro merece un post: creció en orfanatos, y la calle fue su mejor escuela, allí creció como un pequeño delincuente: pequeños hurtos, robo de coches, hasta que le ofrecieron dinero por posar desnudo para una pequeña publicación de culturismo para consumo gay. Se presentó a una prueba para una película y conoció a
Paul Morrisey y
Andy Warhol que pronto le ofrecieron trabajar en sus películas. De pequeño delincuente pasó a ser en poco tiempo el
Rodolfo Valentino del Cine Underground.
La imagen de Joe Dallesandro impresionó a otros muchos antes que a mí. A todos impactaba por su belleza y por su naturalidad:
Norman Mailer,
Tennessee Williams..., uno de los 10 hombres más bellos que el fotógrafo
Francesco Scavullo (autor de la foto) había fotografiado nunca, el actor cuya interpretación en
Trash sirvió a
George Cukor para entender qué es lo que significa ser un drogadicto. Se convirtió en todo un símbolo de la época: Dallesandro también es el
Little Joe del
Walk On The Wild Side de
Lou Reed, y la entrepierna de la portada del
Sticky Fingers de los Rolling Stones.
Unos años más tarde, gracias a santa
Pilar Miró, pude ver en la televisión pública las tres películas de la Trilogía que hicieron famoso a Joe Dallesandro (y lo que escondía la entrepierna). En una época que dominaba el culto al cuerpo femenino, Warhol y Morrisey ponen el acento por primera vez en el cuerpo masculino, y más concretamente en el pene de Dallesandro (en contraposición al cine pornográfico que exaltaba el pubis femenino).
En la primera secuencia de
Flesh (1968), que dura varios minutos, Joe aparece completamente desnudo, sólo con un lazo (podéis adivinar dónde). Era el primer desnudo integral de un hombre en una película. Era imposible fijarse en lo que decía, no podías dejar de (ad)mirar su belleza, su espontaneidad, el cuerpo que él exhibía con toda naturalidad. Una desinhibición que hacía que se le notara más cómodo incluso cuando interpretaba sin ropa que con ella. La película para mí fue impactante. Estaba en mi salida particular del armario. Por primera vez oía hablar de que todos eramos bisexuales, de prácticas homosexuales en vez de orientaciones o condiciones sexuales. Un tema por cierto vigente en la actualidad.
La naturalidad, el carisma, la sinceridad que proyectaba hizo que multitud de fans le escribieran ofreciéndole ayuda, protección, con propuestas de todo tipo, asumiendo que el joven llamado Joe en las películas y el Joe de la vida real eran la misma persona.
Trash, 1970, es probablemente la mejor de las tres, la peli con más entidad. Fue considerada
"una obra maestra" y
"la mejor película del año" según la revista Rolling Stone (y la que probablemente haya superado mejor el paso del tiempo). La película cuenta la historia de Joe, un heroinómano que vive con su novia, el travesti
Holly Woodlawn. Creo recordar que era una crítica mordaz a la sociedad de consumo con bastante mala leche.
Heat, 1972, me pareció la más flojita, cuenta las relaciones de Joe con una actriz de serie B madura y su hija lesbiana.
Estas tres películas componen las joyas del imperio Warhol, y pretenden reflejar la escena underground más marginal y los personajes que la pueblan. Joe Dallesandro representó en las tres a hombres-objeto, rol que tradicionalmente ocupa(ba) la mujer. En
Flesh Dallesandro se prostituye para conseguir dinero para su esposa que a su vez dará a su amante. En
Trash la pareja protagonista quiere concebir un niño para obtener el subsidio de la seguridad social por tener hijos, algo impensable puesto que ella es un travesti, y en
Heat es la recuperación de la fama lo que mueve al personaje de cama en cama.
Se fue a Europa cansado de que siempre le asociaran con la factoría Warhol y revitalizar así su carrera como actor. Y aunque fue tratado como una estrella, ya que era conocido por la famosa trilogía, no pudo escapar de esa imagen de icono sexual. Su primera escena en una película europea fue una lluvia dorada, y la película de la que él se siente más orgulloso,
Je T’Aime Moi Non Plus de
Serge Gainsbourg, es la historia de Joe, un camionero gay, y una camarera bastante andrógina (la confunde con un chico la primera vez que la ve de espaldas),
Jane Birkin, con la que sólo puede mantener relaciones sexuales si son anales. Esta película es de la que Joe se siente más satisfecho de las 18 en las que ha intervenido, piensa que es una película de culto que está esperando a ser redescubierta para convertirse en un clásico. Para mí es infumable, no creo que pase a la Historia del Cine, como sí lo ha hecho la canción que dio título al film, que cantaban a dúo Serge Gainsbourg y Jane Birkin.
En 1980 regresó a Estados Unidos, pero desde entonces sólo ha hecho pequeños papeles entre los que podemos destacar
Cotton Club de Coppola o
Cry Baby de John Waters.
Joe Dallesandro nunca ha podido escapar de su fama como una Warhol Superstar, ni al poder que su imagen abiertamente erotizada ha ejercido sobre generaciones sucesivas. Soy un claro ejemplo de ello. Es más que un actor, es un icono, un símbolo. El primer hombre que se paseó desnudo a través de una pantalla, liberó al macho desnudo como un objeto de belleza en el cine. Liberó nuestras fantasías prohibidas al mostrar su cuerpo como objeto de deseo. Le gusta decir en las entrevistas que todo lo que tuvo que hacer en las películas de Warhol/Morrissey fue mostrarse.
Los mismos personajes veinte años después.
Lou Reed - Walk On The Wild Side