1. Las imágenes de Holly-wood, tienen más de lo santo que el puro nombre. Lo santo se cuela en las imágenes cuando se hace sentir la supremacía de lo que ahí se representa, y aun más cuando lo que ahí aparece se reviste con "aura" de sacralidad, de algo intocable por supremo.
uno punto dos. Las estrellas de cine, son en buena medida las encarnaciones de los dioses, son avatares, entrecruce de lo finito y lo infinito. Un individuo es común hasta que se transforma en una luminaria. Cuando eso pasa se diviniza. Por algo aquello que se pantallea tiene que revestirse de un tiempo extraordinario, un tiempo sacro. Los 20 segundos de un comercial con un famoso hollywoodense son más o menos un tiempo sincrónico, de apertura de lo absoluto. Una visión mística. Basaría recordar todo lo que piensa Theodor Adorno al respecto de la sacralidad de las estrellas de cine en el apartado "La industria cultural", en la bendita "Dialéctica de la Ilustración" ("Dialectik der Aufklärung" si no me falla el alemán).
dos y 1/2. De ahí que la cruz que forman los brazos de James Dean con el arma detrás, sean una representación del plano horizontal del tiempo profano, el tiempo ordinario. El mundo de los espectadores. Este eje horizontal cruzado por el tronco del cuerpo en vertical, forma precisamente una cruz de revelación, pues el cuerpo -a diferencia de los brazos- apunta hacia arriba, hacia la trascendencia, hacia lo divino. Hacia el mundo de los dioses. Hollywood.
que buena pic...
ReplyDeleteson a proposito las poses?
salu2
pop life
Cuando el arte ataque
Prince solo Prince
Tengo los huevos llenos!
Boca y Huracán
Exquisita pasión
ReplyDeleteAlgo más que un clásico.......
ReplyDeleteQuè foto tan buena èsa de Fe(Liz)Taylor con el Dean,jejej
ReplyDelete1. Las imágenes de Holly-wood, tienen más de lo santo que el puro nombre. Lo santo se cuela en las imágenes cuando se hace sentir la supremacía de lo que ahí se representa, y aun más cuando lo que ahí aparece se reviste con "aura" de sacralidad, de algo intocable por supremo.
ReplyDeleteuno punto dos. Las estrellas de cine, son en buena medida las encarnaciones de los dioses, son avatares, entrecruce de lo finito y lo infinito. Un individuo es común hasta que se transforma en una luminaria. Cuando eso pasa se diviniza. Por algo aquello que se pantallea tiene que revestirse de un tiempo extraordinario, un tiempo sacro. Los 20 segundos de un comercial con un famoso hollywoodense son más o menos un tiempo sincrónico, de apertura de lo absoluto. Una visión mística. Basaría recordar todo lo que piensa Theodor Adorno al respecto de la sacralidad de las estrellas de cine en el apartado "La industria cultural", en la bendita "Dialéctica de la Ilustración" ("Dialectik der Aufklärung" si no me falla el alemán).
dos y 1/2. De ahí que la cruz que forman los brazos de James Dean con el arma detrás, sean una representación del plano horizontal del tiempo profano, el tiempo ordinario. El mundo de los espectadores. Este eje horizontal cruzado por el tronco del cuerpo en vertical, forma precisamente una cruz de revelación, pues el cuerpo -a diferencia de los brazos- apunta hacia arriba, hacia la trascendencia, hacia lo divino. Hacia el mundo de los dioses. Hollywood.
vaya pareja de iconos Liz y james Dean idolos todo el rato
ReplyDeleteInteresting to know.
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