Friday, January 12, 2007

cine vasco de los 90

Durante los años 90 surgieron en el País Vasco una serie de jóvenes cineastas que realizaron su primera película con éxito; aunque todas distintas entre sí desde un punto de vista formal y temático, en todas aparece la violencia de fondo, como contexto, circunstancial. Tres cineastas que curiosamente proceden de cada una de las provincias vascas y que contaron en sus películas historias que abordaban la violencia y de algún modo u otro el conflicto vasco.
Ya en los años 80 Imanol Uribe había abordado el terrorismo vasco desde una perspectiva más histórica y política: El proceso de Burgos, La fuga de Segovia, y La muerte de Mikel (la más conocida, y que probablemente es hasta la fecha la mejor aproximación al tema y que cuenta una ficción basada muy libremente en la vida del etarra Mikel Kastresana).



En 1991 un joven de 23 años, Juanma Bajo Ulloa, sorprende en San Sebastián con su ópera prima Alas de mariposa. La violencia en este caso emana de la propia familia, una mujer castrada y una madre castradora que odia a su hija por no haber nacido varón como deseaba el abuelo. La crisis de identidad sexual de esta chica que nunca se ha sentido querida emparenta a esta película con La muerte de Mikel donde una madre dominante es el origen y causa del drama que va a desarrollarse.



En 1992 el donostiarra Julio Medem debutaba con Vacas, que sorprendió por su originalidad y que nos descubrió a un autor con esto que llaman un universo propio por sus aspectos formales que ha seguido desarrollando a lo largo de su filmografía. Vacas cuenta la rivalidad y el enfrentamiento visceral entre dos familias vecinas a lo largo de tres generaciones: desde la guerra carlista de 1875 hasta el inicio de la Guerra Civil en 1936. Las vacas son testigos mudos del conflicto entre esas dos familias, del odio transmitido de generación en generación. El amor sólo podrá triunfar cuando los protagonistas salgan fuera del bosque.


En 2003, Medem quiso abordar de nuevo el conflicto vasco en La pelota vasca. La piel contra la piedra, un documental sobre la problemática política y social existente en Euskadi que recoge entrevistas de casi todas las partes (ningún miembro del PP quiso participar, y otros no permitieron que sus palabras salieran a la luz). El documental fue muy polémico. En el mejor de los casos, se le acusó de equidistancia, algo que se entiende mal fuera del País Vasco, cuando no directamente de hacer un panfleto proetarra.
Tras La pelota vasca Julio iba a plasmar en su sexto largometraje de ficción la historia de Aitor: La piel contra la piedra, película hermana del documental, pero aparcó el proyecto por salud mental tras el acoso sufrido para rodar la incomprendida Caótica Ana.



El bilbaíno Alex de la Iglesia estrenaría también en 1992 Acción Mutante, bajo la batuta de El Deseo, la productora de de Pedro Almodóvar. Estamos en 2012, en un escenario futurista donde el mundo está dominado por los pijos, un grupo de minusválidos del planeta vecino Axturias, líderado por Ramón Yarritu, que secuestran a la hija de un riquísmo industrial que hizo su fortuna con el pan y las galletas integrales. Extrañas similitudes que convierten a la película en un trasunto del conflicto vasco pero en clave de parodia gamberra.

6 comments:

Anonymous said...

El aspecto que yo mas remarcaría es justamente el florecimiento cultural y la inquietud creativa de la sociedad vasca en un entorno tan ostil. Es como si esa inseguridad vivencial la llevara a un continuo replanteamiento de valores y conceptos cosa que no es extraña ya que de las épocas mas convulsas es de donde la creatividad saca fuerzas, llamémosle huida creativa o replanteamiento vital, da igual, la inestabilidad genera sus propias fuerzas que acostumbran a quedar plasmadas en un gran viatalismo creativo.

Anonymous said...

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De todos ellos, siento predilección por Medem, con esa Los Amantes del Círculo Polar, que es una de mis películas favoritas de todos los tiempos.

Y ¿dónde se ha metido Juanma Bajo Ulloa? ¿Por qué un director con un comienzo tan bueno como Alas de Mariposa tuvo que autoproducirse su última película relegándola a un circuito no comercial (con lo cual era de esperar que no llegara a mi ciudad-pueblo, como así fue)? Ains...

Un beso.

senses and nonsenses said...

pejota, es algo que siempre me he planteado, no sé si la razón es el contexto político-social, pero cada cierto tiempo es patente una creatividad desbordante que no sé de donde sale. si en los primeros 90 fue el cine, en los últimos 90 fue el teatro independiente y la escena underground. sociedad de contrastes.

también mi favorto es medem, y coincido contigo, capitán harlock, en que 'los amantes del CP' es su mejor película. es una de las historias de amor más bonitas que he visto nunca.

Besos.

Anonymous said...

Nunca había escuchado mencionar de estas películas y dudo que sea sencillo localizarlas en México, pero haré mi mejor esfuerzo por intentar ver al menos una :D

Anonymous said...

Recuerdo cuando vi "Alas de Mariposa". Me quede fascinado con la estetica del filme y la tematica, no podia creer que la factura fuera española. Me parece un pequeño gran filme. No puedo olvidar los profundos ojos azules de la niña protagonista.

Anonymous said...

Hey, no sabes cuántas ganas tenía de comentar este post sobre el cine vasco. Aunque parte de mi comentario ya me lo ganó Beto: yo también pesqué casualmente hace muchos años en la TV y de madrugada "Alas de mariposa". La factura, la dureza de la película, el silencio que todo lo envuelve, todas me parecían características muy poco regulares en el cine español, que como el mexicano, a veces está sobredialogado. El caso de los vascos es singular: la creación de un universo aparte, hablar de las sensaciones internas de los personajes a partir de una estilización del paisaje. Todavía recuerdo aquella escena de "Vacas" en la que la cámara se sumerge en el ojo de la vaca para desde allí contemplar uno de los momentos cruciales de la historia. Julio Medem sigue siendo uno de mis autores más entrañables: la lucha literal y metafórica entre el bien y el mal en "Tierra" (¡cómo me gusta esta película, a pesar de que sé que no es la mejor de él¡), entre la rubia y la pelirroja... Las simetrías y los desencuentros entre Otto y Anna en "Los amantes..." El cuento con un agujero en su interior para regresar al principio en "Lucía y el sexo"... Nunca pude ver "La pelota vasca". Pero recuerdo que cuando recién se estrenó tuvimos en la Universidad la visita de un profe de Barcelona, Manuel Cruz, que la ponía como un ejemplo de juicio político emparentado un poco con "Soldados de Salamina"; porque ambas obras obligaban a emprender un ejercicio extremo de imaginación moral para imaginar lo que se siente estar situado en el otro lado de la historia, en aquella zona que nos han enseñado pertenece al traidor... Qué buen post, Senses... Muchos abrazos